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lunes, 12 de marzo de 2018

Colegio de profesores: del francotirador a la comunidad docente

Minutos antes, con mis colegas en la presentación: 
Manu Casal, Ana del Valle, Paula Puceiro y Laura ZazoEl Escorial, 4-09-2017.

«Bienvenidos al concierto, gracias por estar aquí, vuestro impulso nos hará seres eléctricos». Sí, estoy citando el Bienvenidos de Miguel Ríos. Su voz me habla al oído cada vez que empezamos un curso académico, pues la presencia de nuevos y desconocidos alumnos me llena de energía. Esa energía me anima a volver al teclado para seguir compartiendo aquí reflexiones sobre comunicación, universidad y cultura, vinculadas muchas veces a mi propia vocación docente.

lunes, 20 de marzo de 2017

«Nuestro sistema educativo se basa en el engaño»: la falsa dialéctica de lo antiguo y lo nuevo en Educación

Captura de pantalla del programa Chester in love emitido el 26 de febrero de 2017 en Cuatro.

Santiago Moll (@smoll73) lanzaba en Twitter una pregunta puñetera, cosa que gusta de hacer y que yo le agradezco. Pocos estímulos educativos e intelectuales hay tan notables como las preguntas puñeteras, aunque le cuesten la vida a quien pregunta, cosa que aprendimos con Sócrates. Esta fue su provocación:

A lo que yo respondí:

Soy muy fan de las nuevas metodologías docentes, pero cuando estas se afirman acríticamente y con desprecio sobre las viejas, me empiezo a poner nervioso. Lo reconozco: soy muy duro con la ignorancia educativa de los nuevos educadores. Entiendo bien lo que la frase quiere decir, en el buen sentido de la misma, pero tiene un mal sentido tan irrespetuoso con nuestros mayores que no podía callarme, entre otras cosas porque la falta de respeto con nuestros mayores y con la tradición (en la familia, en la escuela, en la vida pública) es una de las carencias más graves de la nueva educación. Sin contar con la tradición, aunque sólo sea para enmendarla, no podemos empezar a hablar. Por lo demás, no es extraño escuchar a nuevos educadores condenar la lección magistral empleando torpemente el método de la lección magistral, lo cual no deja de parecerme una triste ironía.

domingo, 12 de febrero de 2017

Bases filosóficas de la fantasía y la ciencia ficción

Liara T'Soni, Mass Effect (paper4pc.com).

Nuestra hipótesis: la ficción como curación del alma (en la línea de «Médicos ficticios para patologías reales»). Actitud: ser verdaderos teóricos, es decir, ser muy observadores (y observantes) de las verdades descubiertas. Contexto: una comunidad de aprendizaje de profesores de humanidades y alumnos de Videojuegos (en la Universidad Francisco de Vitoria) en la que somos muy conscientes del siguiente principio pedagógico: «Nadie lo sabe todo, nadie lo ignora todo, los hombres nos educamos mutuamente por mediación del mundo» (Paulo Freire). Nuestro mundo compartido es, por supuesto, el aula, y en ella invocamos y hacemos presentes dos tipos de mundos muy especiales: el Reino de Fantasía y los mundos posibles de la ciencia ficción. No es poca cosa reflexionar con seriedad sobre el modo en el que afecta a la vida la contemplación de mundos ficcionales, e incluso la vivencia de realidades imposibles pero cotidianas, como el hecho de que tenemos por delante algo que se llama «semestre» que dura menos de cuatro meses (de principios de febrero a mediados de mayo).

domingo, 20 de septiembre de 2015

Proyecto blog: «Para crear lo fantástico, primero debemos entender lo real»

Hada sobre la hoja,  ilustración de Jorge Borja Jacob en Drawing My World.
El Proyecto blog de los alumnos de Comunicación Audiovisual ha estado marcado por la reflexión sobre los «mundos posibles». Este concepto filosófico ha sido importado al mundo de la ficción y resulta crucial para entender la narrativa transmedia. Imaginar otros mundos posibles –sean ficticios o sean realizables en el futuro– no sólo es una de las características más sorprendentes del ser humano, sino una necesidad para su supervivencia y su felicidad.

Al entender los relatos de ficción como mundos posibles, aprendemos dos cosas: la primera, que los mundos ficcionales han de tener una lógica o coherencia interna: han de ser en sí mismos posibles, coherentes, consistentes. Lo segundo, que para resultar significativos para el hombre han de ser verosímiles, es decir, han de iluminar aspectos relevantes de la existencia humana.

lunes, 13 de julio de 2015

Dar clase con la boca cerrada (y sin usar super-poderes)

Patrick Stewart es Charles Xavier en X-Men (Bryan Singer, 2000). 
El profesor Xavier puede controlar la mente de sus alumnos, pero renuncia a hacerlo. ¿Por qué?

Don Finkel dedicó su vida a la docencia universitaria. Escribió una última obra en la que, poco antes de morir, relata sus experiencias y criterios docentes. Es un testimonio interesante, además de una reflexión y propuesta metodológica aprovechable. El libro está dedicado a su esposa y a sus cuatro hijos y el tono es radical al tiempo que moderado. Radical en su propuesta, moderado en su carácter. El título es todo un desafío: Dar clase con la boca cerrada, y no es una metáfora. La obra está prologada por Ken Bain, autor de Lo que hacen los mejores profesores universitarios, libro que rescatamos de vez en cuando para este blog.

La propuesta de Finkel consiste en «dejar que hablen otros»: los libros, los estudiantes, los colegas, etc. El papel del profesor consiste en escoger una gran obra, ponerla en manos de los alumnos, dejar que éstos descubran las preguntas de fondo, dejar que las respondan, intervenir lo justo para que el debate no se salga de quicio y dar las respuestas justas, sólo cuando se tiene la seguridad de que los alumnos no podrán responderlas y después de que ellos hayan ensayado las respuestas que llevan dentro. El reto jamás es solucionar el libro pues si es un libro grande sus misterios son eso, misterios, y no tienen solución. Sencillamente, esos libros nos iluminan, nos descubren cosas, enmiendan o fecundan nuestra vida, nos despiertan del sueño cotidiano.

lunes, 11 de mayo de 2015

Innovación docente en "Narrativa Audiovisual"

Gandalf a Frodo: "No elegimos el tiempo que nos ha tocado vivir; 
pero elegimos qué hacer con el tiempo que nos es dado".

«¿En qué sentido El señor de los anillos es más verdadero que el periódico de esta mañana?». Todos los años formulo esta pregunta a mis estudiantes de Periodismo y de Comunicación Audiovisual. Los primeros suelen pensar que les estoy tomando el pelo y sospechan que dudo bastante de la profesionalidad de los periodistas actuales. Los segundos, amantes de la fantasía y la ciencia ficción, se emocionan y, después de repasar algunas citas en élfico, entran al debate de fondo.

Lo cierto es que el periódico nos pone ante un tipo de verdades que, por deficiencias epistemológicas de la profesión periodística, a menudo se reducen a un conjunto de hechos o afirmaciones asépticas sin una adecuada interpretación. Tanto se insiste en la objetividad de las noticias, por oposición a la interpretación que ofrecen otros géneros, que el periodista se gradúa con graves deficiencias en la inevitable tarea de descubrir y articular el sentido de los hechos sobre los que nos informa.

El señor de los anillos (sirven para el caso tanto el libro de J. R. R. Tolkien como la trilogía cinematográfica de Peter Jackson) no alude a hechos histórica y fácticamente acontecidos, pero nos habla de verdades universales y nos ayuda a comprendernos a nosotros mismos y nuestra particular situación en el mundo.

lunes, 30 de marzo de 2015

Proyecto Blog: ¿Sueñan los periodistas digitales con mundos virtuales?

Ilustración de P. Miller, tomada de su Proyecto blog.

El hombre moderno ha vivido acomplejado por los éxitos de las ciencias naturales y aplicadas. Esa peligrosa fascinación ha sido denunciada por la mejor literatura desde el Frankenstein de Mary Shelley, homenajeada en la inolvidable Blade Runner. Recuerdo ahora, sin olvidar Un mundo feliz, a nuestro querido Miguel de Unamuno, atrapado por esa obsesión y luchando ferozmente contra ella en Amor y pedagogía. Esa fascinación por la ciencia lleva aparejada el gusto por la neutralidad, la objetividad y los datos. A esa obsesión no escapó el Periodismo, quien hizo de la información –datos objetivos, estilo impersonal, neutralidad moral– un templo divino: «Los hechos son sagrados; las opiniones, libres».

Sin embargo, hasta los puristas del lenguaje, en plena moda de las distinciones analíticas, reconocieron (véase la confesión de John L. Austin) que en la comunicación humana todo acto informativo es inevitablemente perlocutivo, es decir, que busca y provoca efectos. El Nuevo Periodismo fue una primera reacción –tan moral y epistemológica como estilística– a esas pretensiones. Tom Wolfe y compañía nos recordaron que el periodista es persona que habla de personas, que el relato es la mejor forma de comprender el corazón humano y que el periodismo o es comprometido o es inhumano.

jueves, 19 de marzo de 2015

Calidad en la universidad: de los cuestionarios de satisfacción a las bodas

Boda de un antiguo alumno de la Universidad Francisco de Vitoria (14-03-2015).

La evaluación de la calidad docente es uno de los grandes retos de la universidad española y el primer indicador relevante se obtiene a partir de los cuestionarios de satisfacción de los alumnos. Es razonable: los cuestionarios son una forma de evaluación a bajo coste que proporciona datos estadísticos fácilmente comparables entre grados, tipos de asignaturas, profesores, resultados de años anteriores y datos de otras universidades.

viernes, 27 de febrero de 2015

¿Qué sentido tienen los exámenes en la universidad?

Principiteando en el examen de la vida, 1º de Periodismo, Universidad Francisco de Vitoria, febrero de 2015.

El tema de los exámenes escritos es una de las patatas calientes en el debate de la pedagogía contemporánea. He cursado varias formaciones sobre evaluación impartidas por reconocidos pedagogos en que se identificaban los exámenes escritos con el tecnicismo vacío de «prueba escrita de contenidos». Para estos pedagogos los exámenes escritos no tienen sentido, porque consisten en volcar información memorizada mecánicamente y, además, generan un estrés y una tensión en los alumnos que es contraproducente. Yo asentía con cara de pasmarote, mientras trataba de recordar si alguna vez, en mi vida de estudiante universitario, yo había sufrido alguna prueba escrita de contenidos que se pareciera a lo que me decían. La verdad es que recuerdo alguna, pero, sinceramente, muy pocas. Y, desde luego, no recuerdo haber vivido ningún examen –ni ningún suspenso– como algo traumático, ni me dejé reducir nunca en esos exámenes a mero reproductor de contenidos.

Ese análisis de los expertos en pedagogía me pareció siempre muy simplón, desde el modo en que miran los ejercicios escritos (los lastres que el positivismo y la teoría matemática de la información imponen a la Pedagogía) hasta el modo de confundir el diagnóstico. Si buena parte de los jóvenes de 18 sufren crisis nerviosas por enfrentarse a un examen, algo mucho más básico está fallando, y corregir con rotus verdes en vez de rojos, o suprimir los exámenes escritos es mirar hacia otro lado.

lunes, 12 de enero de 2015

Carta al yo futuro (comunicador): “¡Merécete las vacaciones!”

Son las cartas de los comunicadores, que retornarán a su autor/destinatario en febrero de 2015.

Es el turno de los alumnos de comunicación. Cuando repaso la Carta al yo futuro de los periodistas y la comparo con ésta, me confirmo en una vieja hipótesis que, no obstante, no deja de sorprenderme: existen personalidades asociadas a determinadas profesiones. ¡Son tan distintas! Y alguno querrá ahora juzgar cuál es mejor. Mal juicio. Es mejor preguntarse qué hace únicos a los comunicadores audiovisuales, qué hace únicos a los periodistas y qué tienen, no obstante, en común. Te animo a hacerte esas tres preguntas releyendo ambas cartas de corrido, una detrás de otra. Ya me contarás qué descubres.

Por si llegas de quién sabe dónde a este blog, te pongo en contexto. Hace unos días compartí en el blog un juego muy serio que me traigo con mis alumnos:
«Una de tareas que pido a mis alumnos durante su segunda semana de vida universitaria es que se escriban una carta a su yo futuro, el yo que serán al finalizar los exámenes de febrero, sus primeros finales como universitarios. Yo me quedo con esa carta –y la leo y/o la comparto, con su permiso– hasta que se la devuelvo puntualmente al comenzar el segundo semestre […]
Si me dan su permiso, espero compartirte pronto una entrada con varias perlas recogidas de sus distintas cartas. Estoy seguro de que, por torpe que sea mi intervención, el conjunto puede sonar armónico, como un poema colectivo» (Puedes leer la dinámica completa del ejercicio en: Carta al ‘yo futuro’: escribir nuestra historia y vivir con esperanza).
Pues bien, obtuve su permiso, así que pongo en tus manos un regalo: las preguntas, dudas y miedos, retos y expectativas, consejos, motivaciones y esperanzas de un gran grupo de universitarios que esperan convertirse en un futuro en buenos comunicadores audiovisuales.

domingo, 11 de enero de 2015

Carta al yo futuro (periodista): "Te envío estas letras para para recordarte lo que quiero que seas"

Cartas de los alumnos de periodismo al "yo futuro" que cada uno de ellos será en febrero de 2015.

Te compartí hace unos días un juego muy serio que me traigo con mis alumnos:
«Una de tareas que pido a mis alumnos durante su segunda semana de vida universitaria es que se escriban una carta a su yo futuro, el yo que serán al finalizar los exámenes de febrero, sus primeros finales como universitarios. Yo me quedo con esa carta –la leo y la comparto, con su permiso– hasta que se la devuelvo puntualmente al comenzar el segundo semestre […]
Si me dan su permiso, espero compartirte pronto una entrada con varias perlas recogidas de sus distintas cartas. Estoy seguro de que, por torpe que sea mi intervención, el conjunto puede sonar armónico, como un poema colectivo» (Carta al ‘yo futuro’: escribir nuestra historia y vivir con esperanza).
Pues bien, tengo su permiso y, cuando releo algunas de las cosas que aquí trascribo, no puede dejar de emocionarme. Pongo en tus manos un tesoro que es también un regalo: las dudas, miedos, retos, expectativas, consejos y esperanzas de un gran grupo de universitarios que esperan convertirse en un futuro en buenos periodistas.

miércoles, 7 de enero de 2015

Carta al ‘yo futuro’: escribir nuestra historia y vivir con esperanza


Durante sus primeros días de vida universitaria, allá por el mes de octubre, pido a mis alumnos que escriban una carta a su yo futuro, al yo que serán cuando terminen sus primeros exámenes finales. Me quedo con esa carta –y la leo con su permiso– hasta que se la devuelvo puntualmente al comenzar el segundo semestre, a principios de febrero.

Los objetivos generales de este ejercicio son siempre los mismos. Cuando la escriben, espero que se imaginen a sí mismos al finalizar el primer gran hito de la aventura universitaria que entonces comienzan. Cuando la leen, les invito a reflexionar sobre cómo encarnan en el calendario o tiempo cronológico su tiempo biográfico, su propia vida.

Los objetivos específicos varían según el año y la asignatura que comparta con ellos, como puede variar también el tiempo entre el yo presente y el yo futuro al que les pido que escriban. Todas esas variantes ofrecen posibilidades interesantes, pues los frutos de dedicar un tiempo a pensar en nosotros, a imaginar quiénes seremos y a decirle, al que seremos, quiénes somos hoy, son incontables y pueden ser muy fecundos. Por eso la carta al yo futuro es también un recurso interesante en la práctica del Coaching Dialógico.

jueves, 4 de septiembre de 2014

El Proyecto Blog, en la II Jornada de Innovación y mejora docente de la Universidad Francisco de Vitoria

Póster del Proyecto Blog en alta resolución.
«No es suficiente enseñar a los hombres una especialidad. Con ello se convierten en algo así como máquinas utilizables pero no en individuos válidos. Para ser un individuo válido el hombre debe sentir intensamente aquello a lo que puede aspirar. Tiene que recibir un sentimiento vivo de lo bello y de lo moralmente bueno. En caso contrario, se parece más a un perro bien amaestrado que a un ente armónicamente desarrollado» (Albert Einstein, Mi visión del mundo, p. 29).

Así empezó mi intervención de tres minutos en la que expuse el póster del Proyecto Blog en la II Jornada de Innovación y mejora docente organizada por el Instituto de Innovación de la Universidad Francisco de Vitoria. Aquí tienes un enlace directo a los pósters presentados aquel 24 de junio de 2014. En el diseño del mío conté con la colaboración de esa buscadora de #cosasbonitas que es @AmaliaCasado.

viernes, 4 de julio de 2014

Claves para evaluar un trabajo final: resultados previstos de aprendizaje y creatividad



La enseñanza oficial y reglada ha de cumplir al menos dos funciones y resulta muy difícil combinarlas. Por un lado, pretende instruir, educar o formar –y la elección del verbo no es inocente, aunque ahora no entraremos en eso–. Por otro lado, debe certificar –como un sello ISO de calidad, al modo en que se certifica que un vino es de La Rioja o que la leche está pasteurizada– un estándar de calidad en el aprendizaje: «esta persona tiene una formación básica»; «esta persona tiene el nivel de un bachiller»; «esta persona puede operarte de apendicitis»; «esta persona sabe construir un puente sin que se caiga», etc.

domingo, 22 de junio de 2014

Proyecto Blog 2014: una comunidad de aprendizaje más allá de las aulas

Paloma nos revela el interior de su cerebro creativo en MIND.

La primera edición del proyecto blog quiso atender a lo esencial: «Descubrir y pronunciar nuestra palabra para el mundo». Ese es el reto de todo comunicador, sea periodista, director de cine, guionista, diseñador, publicitario o artista. En cierto modo es el reto de cada ser humano, si entendemos que vivir consiste en responder, con palabras y acciones significativas, a los retos que nos plantea el mundo que nos toca vivir.

Ahora bien: todas las realidades humanas valiosas crecen desde dentro hacia fuera, alimentando lo esencial gracias a nuevos aprendizajes y experiencias que permiten consolidarlo. El Proyecto Blog 2014, desarrollado con estudiantes de Periodismo, Diseño y Bellas Artes, ha puesto el acento en las posibilidades que ofrece el blog para generar una comunidad de aprendizaje expandida, es decir, para ampliar la experiencia formativa que comienza en el corazón del aula hasta cualquier rincón del mundo.

jueves, 8 de mayo de 2014

La Literatura escribe una carta a los estudiantes

Johannes Vermeer, Mujer de azul leyendo una carta (1662-1663).
Antes de matricularme en Periodismo ya contaba en mi curriculum con la creación de un par de fanzines fracasados vinculados a juegos de rol y en mi primer año de carrera creé con varios compañeros Cosa vostra, maquetado con QuarkXpress, impreso en casa y fotocopiado y grapado en la universidad. Aquel título resultaba sospechoso a las autoridades académicas, así que nos convocaron a los responsables y nos ofrecieron una alternativa más profesional: llenar de contenido atractivo para la gente joven una publicación institucional llamada Gente Universitaria, que fue el pre-embrión de lo que hoy, más de 15 años después, se llama Grupo Mirada XXI. Allí, alumnos noveles acompañados por veteranos y coordinados por profesores crecen y aprenden en un entorno profesional. En aquellos tiempos de ebullición universitaria trabajé codo con codo con profesores, profesionales y compañeros de carrera. Algunos de nosotros (corría el año 1996) empezamos a comprender que el papel era caro y que podíamos ser periodistas –y directores de nuestros propios medios– gracias a internet. El más emprendedor de nosotros, Pablo A. Iglesias (@PabloAIglesias), fundó LaSemana.es y en cuanto pude me incorporé a su equipo. Allí sigo publicando todos los lunes.

Una de las personas que descubrí en aquel tránsito desde Cosa vostraLaSemana.es, pasando por Gente Universitaria, fue el profesor doctor Edward Mulholland (@EdwardMulhollan), neoyorkino con sangre irlandesa que dominaba el español mejor que yo -que soy de aquí, de Madriz-. Ahora da clase de Introducción a la Literatura Hispánica en el Benedictine College (Atchinson, Kansas) y me cuenta que hace unos días, durante la última clase del curso, se despidió de sus discípulos regalándoles una “Carta de la Literatura al alumno” escrita por él.

martes, 1 de abril de 2014

Doce buenas razones (y una mala) para que un universitario tenga un blog

Fotografía tomada de Forest Nature Dreams, 22-03-2014.
Hay infinitas buenas razones para tener un blog. No escribo esta nota para quien ya tiene razones -aunque igual encuentra alguna más-, sino para quien tiene dudas o quien nunca se lo ha planteado, puesto que creo que puede ser bueno para él. Pienso también muy especialmente en mis alumnos de la Universidad Francisco de Vitoria, a quienes llevo dos años proponiéndoles un #ProyectoBlog en el que reflexionamos sobre todas estas cosas.

jueves, 20 de febrero de 2014

Trabajo manual vs. trabajo intelectual


Este cuadro distingue con claridad dos tipos de trabajo: el trabajo manual o fabril que se adquiere por instrucción y el trabajo intelectual, propio de los profesionales y fruto de la educación liberal. Puestos a valorar críticamente esta distinción, yo diría que el «trabajo manual» es menos manual de lo que parece, en cuanto que el protagonista no es una máquina, sino un ser humano. El vs. del título de esta nota, por lo tanto, puede traducirse mejor como «hacia» que como «contra».

lunes, 3 de febrero de 2014

La rebeldía de estudiar

Guy Montag (interpretado por Oskar Werner) comete el delito de leer en Fahrenheit 451 (François Truffaut, 1966).

Seguramente la mayoría de nosotros sólo hemos escuchado las palabras “rebelde” y “estudiar” en esta frase, u otra similar: «Ese niño -o adolescente, o joven- está un poco rebelde, no quiere estudiar». Esa frase es lo que se llama un tópico: algo que se repite, que todo el mundo repite sin pensarlo demasiado. Casi como una respuesta automática ante una situación estándar. Los tópicos suelen consolidarse porque explican suficientemente bien una realidad; pero no significa que la solucionen. El problema de los tópicos es que, como tópicos, empiezan a funcionar por sí mismos, desgajados de la situación concreta a la que se refieren y extirpados también del contexto intelectual en el que ese tópico era algo más que un eslogan.

Me detengo en explicar qué es un tópico porque es un caso que nos sirve bien para ilustrar el sentido de esta nota: «La rebeldía de estudiar». Porque si un tópico es una afirmación dominante e indiscutible, que todo el mundo repite sin necesidad de pensar y que lleva a todo el mundo a actuar exactamente de la misma manera, resulta que el acto de pensar o repensar los tópicos es un acto de rebeldía intelectual. Y el acto de denunciar y desarticular los tópicos que se han descubierto como falsos es ya una rebeldía social. Es, de hecho, uno de los actos de rebeldía por los que Sócrates fue condenado a muerte.

jueves, 29 de agosto de 2013

Atrapados en el tiempo

Fotograma de la película Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993).

Han pasado cinco meses* desde el primer cineforum que hice con mis alumnos de 1º de Grado en Periodismo en la Universidad Francisco de Vitoria. En octubre analizamos El Show de Truman. El viernes pasado comentábamos Atrapado en el tiempo -sí, la del día de la marmota- y en los minutos iniciales de la clase fui interrumpido por el grito de un alumno: «¡Ha muerto Hugo Chavez!», seguido del previsible revuelo en clase. Traté de llamar al orden y una alumna contestó: «¡Es que somos periodistas!». La frase contenía una lectura a un tiempo humorística y terrible, y como el primer sentido había sido captado por todos, decidí destacar el segundo: «¡Precisamente por eso! Debemos aprender a distinguir qué tiempos son para qué cosas, y no dejarnos llevar por el vértigo informativo mundial».

En esa misma universidad aprendí hace tiempo de Javier Reyero (@Reyero) que el gran periodista es un profesional y eso le exige aprender a distinguir cuándo estar concentrado en algo -allá se caiga el mundo-, cuándo toca estar de guardia y cuándo descansar. Sólo si el periodista se sabe parte de un equipo -y no se cree el ombligo del mundo- es capaz de ordenar su vida conforme a estos criterios.