tag:blogger.com,1999:blog-34319670444311117642024-03-13T19:43:23.373+01:00dialogical creativitycomunicación, universidad, culturaÁlvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.comBlogger307125tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-29612297097021141472023-11-30T18:03:00.004+01:002023-11-30T18:03:48.539+01:00De la mímesis a la subcreación: rutas para investigadores del porvenir<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKBUuvdbTAUWEtUiAO3Mxx0kTq46zMEOOUc2iniuFlcIlZW1sDNdq5fP2ULH2_FD1c7b5zwHBpWlrxnip42L_2gBA4BeKST6VB2xi3IXhnrG4g3GuENXqMs-nFiK2dCZTWPlBgzvIs-X6kheOSKMHCNgeSQBVR6WbWndT7a6vzbuGHGbSY0JogWL5gNno/s1440/tolkien1.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1440" data-original-width="1440" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKBUuvdbTAUWEtUiAO3Mxx0kTq46zMEOOUc2iniuFlcIlZW1sDNdq5fP2ULH2_FD1c7b5zwHBpWlrxnip42L_2gBA4BeKST6VB2xi3IXhnrG4g3GuENXqMs-nFiK2dCZTWPlBgzvIs-X6kheOSKMHCNgeSQBVR6WbWndT7a6vzbuGHGbSY0JogWL5gNno/w400-h400/tolkien1.jpg" width="400" /></a></div><spam>Mis colegas <b>Victoria Hernández Ruiz</b> y <b>Javier Rubio Hípola, </b>del <a href="https://mundosposibles.es">GEI Imaginación y Mundos Posibles</a>, han coordinado un proyecto de investigación y un congreso que ha reunido a magníficos investigadores en torno a la obra teórica, literaria y visual de <b>J. R. R. Tolkien</b>. Fruto de estos trabajos es el libro <i>Tolkien revisitado, 50 años después de su viaje a Valinor</i> (Sindéresis, 2023). En el libro participan algunos de los investigadores de Tolkien más reputados, como <b>Eduardo Segura</b>, <b>Alison Milbank</b> y <b>Martin Simonson</b>. Tengo el honor de publicar con ellos y con otros colegas un capítulo-gancho, una invitación a quienes quieran investigar la teoría poética de Tolkien, con el título "</spam><span style="background-color: white; font-size: 14px;">De la mímesis a la sub-creación: rutas para investigadores del porvenir".</span><p></p><p></p><p style="text-align: left;"><span color="rgba(0, 0, 0, 0.9)" face="-apple-system, system-ui, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, "Helvetica Neue", "Fira Sans", Ubuntu, Oxygen, "Oxygen Sans", Cantarell, "Droid Sans", "Apple Color Emoji", "Segoe UI Emoji", "Segoe UI Emoji", "Segoe UI Symbol", "Lucida Grande", Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; font-size: 14px;">El objetivo de ese capítulo es contribuir a una renovada comprensión de la fantasía moderna, en lo referido a sus potencialidades especulativas y prácticas, es decir, a su capacidad para cuestionarnos a nosotros mismos, nuestro mundo y nuestro modo de conducirnos en él. Para hacerlo, presenta una pregunta de investigación: ¿Qué añade la noción de "sub-creación" de J.R.R. Tolkien a la "mímesis" aristotélica? Luego ofrece un método y las fuentes fundamentales para responder a esa pregunta. Finalmente, abre una primera ruta para responder a la cuestión, en la que se indican la ruptura y la continuidad entre la cosmovisión del griego y la del británico. Precisamente en los intersticios de esa ruptura se cuela la posibilidad poética de la fantasía moderna.</span></p><p><span color="rgba(0, 0, 0, 0.9)" face="-apple-system, system-ui, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, "Helvetica Neue", "Fira Sans", Ubuntu, Oxygen, "Oxygen Sans", Cantarell, "Droid Sans", "Apple Color Emoji", "Segoe UI Emoji", "Segoe UI Emoji", "Segoe UI Symbol", "Lucida Grande", Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; font-size: 14px;">Ref: </span><span style="background-color: white; color: #444444; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px;">ABELLÁN-GARCÍA BARRIO, Álvaro. "De la mímesis a la subcreación: rutas para investigadores del porvenir", en HERNÁNDEZ RUIZ, V Y RUBIO HÍPOLA, J. (coords.), con prólogo de Eduardo SEGURA. </span><i style="background-color: white; color: #444444; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px;"><b><a href="https://editorialsinderesis.com/producto/tolkien-revisitado-50-anos-despues-de-su-viaje-a-valinor" target="_blank">Tolkien revisitado. 50 años después de su viaje a Valinor</a></b></i><span style="background-color: white; color: #444444; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px;">, Sindéresis, Madrid, 2023, 61-80.<br /></span></p><p><span style="background-color: white; color: #444444; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px;"><br /></span></p>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-42847305199964852542023-11-24T18:54:00.004+01:002023-11-27T12:45:19.611+01:00Sagasti: de padres e hijos<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXLfwxEsdHNaRbyVFKBCruE2kc6z9x59E_v38TjtJPQxebiWFH3l9hwAJON_1Oik0aYkP7fqIE_4xaR87Gz-gVZknK5Fypzstgm_4bqJzZsZDjV35X0veEd2LAhkkFz9XhiS7zc5V6AAa0xBIm50s_UAjRoblVwGH8gioDmZIc3p0ah4uxLGLS34IJdIQ/s680/Kebab.jpg" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="452" data-original-width="680" height="452" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXLfwxEsdHNaRbyVFKBCruE2kc6z9x59E_v38TjtJPQxebiWFH3l9hwAJON_1Oik0aYkP7fqIE_4xaR87Gz-gVZknK5Fypzstgm_4bqJzZsZDjV35X0veEd2LAhkkFz9XhiS7zc5V6AAa0xBIm50s_UAjRoblVwGH8gioDmZIc3p0ah4uxLGLS34IJdIQ/w400-h266/Kebab.jpg" width="680" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Calle Mártires concepcionistas, 1. Madrid.</td></tr></tbody></table><p>Me recuerda un doctorando —y hace bien— que no estoy cumpliendo la promesa de compartir por esta vía mi <a href="https://www.dialogicalcreativity.es/search?q=titularidad" target="_blank">#CaminoATitular</a>, aunque <a href="https://www.instagram.com/explore/tags/caminoatitular/" target="_blank">algo más lo he hecho en Ig</a>. Lo cierto es que he avanzado mucho en las lecturas y el plan de trabajo y pronto daré cuenta de eso. Pero no así en la escritura. Acumulo más de 100 páginas que habrán de tener otro uso —futuros <i>papers</i>—. Pero sí, ya he encontrado el tono, al menos para la primera parte del proyecto que es, en realidad, memoria. Son ya unas 40 páginas. Comienza así...</p><p><b>Sagasti: de padres e hijos</b></p><p>Colegio Calasancio, antigua cárcel de Porlier, finales de los 80. «Es listo, pero muy vago», repetían los profesores a mis padres. Tomaban como evidencia la evaluación continua. Primeros parciales: 0, 2, 4, 3… Hacia mitad de trimestre: 7, 6, 8, 10… Nota final: aprobado. Los datos eran ciertos. La interpretación, errada. No es que yo pasara las tardes tumbado en la cama con la mirada fija en el techo, que también. Es que prefería hacer otras cosas que mis preocupados profesores no veían, pues lo las recogían los números.
Jugar al baloncesto, practicar judo, escuchar música, leer y escribir, ojear láminas y dibujar, repasar atlas y trazar mapas de islas imaginarias, diseñar aventuras de <i>Dungeons & Dragons</i> para meter en problemas a mis amigos y ver cómo los superaban. El plan era el siguiente: gastar poco tiempo y esfuerzo en memorizar datos sin contexto o en solucionar problemas artificiales que ya estaban resueltos. Invertir el tiempo y esfuerzo ahorrados en entrenar el cuerpo, la mente y el corazón. Disfrutar con amigos de actividades estimulantes; entrar en contacto directo con los grandes pensadores, escritores, artistas; inventar situaciones realmente nuevas y tratar de solventarlas creativamente.</p><span><a name='more'></a></span><p>Me iba bien así, hasta que una vez —8º de EGB— calculé mal. Demasiados suspensos. Llegaron las notas pero en casa, esta vez, apenas hubo <i>chapa</i>. Mi padre me invitó a tomar un café en Sagasti. El bar de la esquina, pero no cualquiera: el suyo, de adultos, con madera oscura y espejos, moqueta, luces cálidas que matizan la penumbra y camareros con pajarita negra y chaleco rojo. El barman, sin preguntar, puso un café solo a mi padre. Solo-solo, ni azúcar ni leches. «Otro para él. Es mi hijo». ¿Puede una voz sonar dura y tierna, orgullosa y preocupada, todo a la vez? Puede. Olvidé las palabras exactas, no las ideas. 1) Tu madre y yo te queremos y te vamos a querer siempre. 2) Mientras estemos aquí, pondremos todo de nuestra parte para no te falte nada importante. 3) No siempre vamos a estar aquí. 4) Lo mejor que podemos darte, para cuando no estemos, es una buena educación. 5) Nosotros podemos dártela pero nuestro esfuerzo es inútil si no quieres recibirla. 6) Te toca decidir. Piénsatelo y en un tiempo volvemos a hablar. </p><p>Nunca volvimos a hablar exactamente en esos términos, pero mis notas empezaron a hablar por mí. Tímidamente ascendentes en BUP y COU, pues el sistema educativo se empeñaba en truncar mis planes. Luego encontré <a href="https://www.dialogicalcreativity.es/2013/03/ken-robinson-el-sistema-educativo.html" target="_blank">mi <i>tribu </i>y mi </a><i><a href="https://www.dialogicalcreativity.es/2013/03/ken-robinson-el-sistema-educativo.html" target="_blank">zona</a> </i>en el entonces Centro Universitario Francisco de Vitoria (CUFVi), adscrito a la <a href="https://ucm.es/" target="_blank">Universidad Complutense de Madrid</a> (UCM): licenciado en Periodismo (Premio Extraordinario de Licenciatura), máster en Filosofía (sobresaliente summa cum laude et honore), doctor en Humanidades y Ciencias Sociales (sobresaliente summa cum laude).
El CUFVi logró su homologación como universidad privada un año después de que yo concluyera mis estudios (julio de 2001). Hoy, en ya la <a href="http://ufv.es/" target="_blank">Universidad Francisco de Vitoria</a> (UFV), al enfrentarme a los nuevos alumnos, les comparto algunas ideas. 1) Cuentas con nosotros y con los medios de la universidad para crecer personal y profesionalmente. 2) Este es un entorno seguro, pero el mundo aguarda. 3) Lo mejor que podemos darte es una buena educación. Pero nuestro esfuerzo es inútil, si no quieres recibirla. 4) Te toca decidir. Cuando veo a algún alumno despistado, pienso: ¿Será vago? ¿Qué es lo que no estoy viendo? ¿Estará donde debe estar? ¿Estará con quien debe estar? Hablo con él. Suele ser el principio de una buena historia.</p>
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…</p>
<p>En Sagasti nace un <i>vector específico </i>de mi vocación, esa <i>trayectoria vital </i>que me impulsa hoy hacia la titularidad.</p>
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Cuenta la leyenda que a mediados del siglo XX servían en Sagasti <i>café-café</i> y no malta con achicoria —sucedáneo típico en la posguerra civil española—. Hoy Sagasti es un local muy luminoso, con la cocina abierta y forrada de baldosines blancos, barra y sillas de aluminio, suelo duro y frío. La puerta, forrada de carteles amarillos y fotos de comida es toda ella un anuncio. ¿Su nombre? No, no es Sagasti. Es KEBAB ARTESANAL 100% HALAL. Así, todo en mayúsculas. Me he prometido entrar al menos una vez. «Artesanal» y «halal» —carne de animal sacrificado conforme a los ritos prescritos— son palabras que sugieren la presencia de un fantasma antiguo que se resiste a abandonar este plano de existencia.</p><p style="text-align: center;">
…</p>
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Nota para mis queridos millennials</i></p><p>8º de EGB (Enseñanza General Básica) marcaba el fin de los estudios obligatorios, ordinariamente cumplidos los 13-14 años de edad. A partir de ahí, las opciones eran: 1) trabajos no cualificados; 2) ciclos de FP (Formación Profesional) para alcanzar trabajos cualificados uno o dos años después; 3) mantenerse como escolar entre 7 y 12 años más de estudios reglados (BUP, COU, universidad), antes de convertirse en alguien productivo para la sociedad.</p>
<p>BUP son las siglas del Bachillerato Unificado Polivalente, marcado por cuatro opciones que en su nombre conservan algo de la estructura pedagógica medieval ideada en el siglo VI (el trivium y el cuadrivium): ciencias o letras puras, ciencias o letras mixtas. El COU (Curso de Orientación Universitaria) en realidad no estaba diseñado para orientar al alumno, sino a las universidades. Contribuía a establecer la nota de corte —cuchilla afilada— que abría o cerraba las puertas a determinadas titulaciones.</p>
<p>El lenguaje escolar conservaba, si bien en desuso, el tratamiento de «don» para quien culminaba la EGB [El uso lingüístico del «don» como tratamiento diferencial para algunas personas nos ofrece un esbozo sugerente para una historia de las estructuras sociales]. Parece colegirse de ahí que quien abandonara los estudios sin concluir la EGB era un «don nadie». En las lecturas obligatorias de la EGB, descubríamos personajes cuyo nombre era precedido por los títulos de «bachiller», «licenciado», «doctor» o «maestro». Algunos de ellos son todavía de uso cotidiano, por ejemplo, en México. </p><p>Hubo, pues, un tiempo —no demasiado largo— en que la vida pública quedaba parcialmente ordenada por categorías académicas. Ese uso lingüístico antes vigente está hoy en retirada, incluso en ámbitos escolares y universitarios. Quizá ser doctor, titular o catedrático ya no significada nada socialmente relevante; o quizá son títulos contaminados por el resentimiento de clase o el victimismo <i>woke</i>. Averiguar el porqué de este desuso lingüístico nos diría algo del inmediato porvenir.</p>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-47783143322170146222023-06-20T12:00:00.009+02:002023-06-27T17:36:09.501+02:00El reinado del bien y el sabor de las fresas<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbHM3l_BabSGDgYrypCqmCpSEtfXXppA0crVw3jkdkEmerP67G0GyOF777dmHVAehqDC70jvtE8IpM24RulvtaAPe-5Oy9IWQejnxTsM0kocWk7HkNoTKpDFI7kGgNW4zD5LbuCCcesnb7K9co63lKLDX8_nJX_EAXECU71YotWqcC7OigblZY6OIK/s3840/El%20sabor%20de%20las%20fresas.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1608" data-original-width="3840" height="269" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbHM3l_BabSGDgYrypCqmCpSEtfXXppA0crVw3jkdkEmerP67G0GyOF777dmHVAehqDC70jvtE8IpM24RulvtaAPe-5Oy9IWQejnxTsM0kocWk7HkNoTKpDFI7kGgNW4zD5LbuCCcesnb7K9co63lKLDX8_nJX_EAXECU71YotWqcC7OigblZY6OIK/w640-h269/El%20sabor%20de%20las%20fresas.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Fotograma de <i>El retorno del rey</i> (Peter Jackson, 2003).</td></tr></tbody></table><br />Discutíamos el otro día la pertinencia —o no— de introducir la noción de «ilusión» en el estudio dramático del <i>Apocalipsis</i> de <b>Juan</b>. Ocurrió casi a los postres de la primera comida como doctor de uno de mis discípulos. Prolongábamos entonces la discusión iniciada por el tribunal poco antes, durante la defensa de la tesis. El tema traía cola, pues apenas seis días antes, durante la defensa de otro de mis doctorandos, el presidente de su tribunal cuestionó la pertinencia de ese mismo término en relación, esta vez, con el cine de Andréi Tarkovski.<br />
<span><a name='more'></a></span><p>
Supongo que ambos incluyeron ese término a raíz de la lectura compartida que hicimos en el <a href="https://www.mundosposibles.es/p/gei.html" target="_blank">Grupo Estable de Investigación Imaginación y Mundos Posibles</a> del <i>Breve tratado de la ilusión</i> (<b>Julián Marías</b>, 1985). Creo además que sin leer atentamente ese escrito es muy difícil comprender el alcance antropológico de la ilusión, en el sentido ambivalente que adquiere ese término en castellano desde su uso por los románticos de habla hispana. Pero no defenderé aquí a mis doctorandos —no lo necesitan—, ni tampoco explicaré por qué razón concreta introdujeron ese término en sus investigaciones —ya lo hacen ellos—. Sí quiero compartir contigo por qué <i>el estudio dramático de la ilusión</i> me parece a mí pertinente, aun cuando quizá yo mismo no lo hubiera incluido si se tratara de <i>mi tesis</i> y no de las suyas. <br /><br />
Apoyaré mi argumento en dos escenas de <i>El Señor de los anillos</i> (la versión de <b>Peter Jackson</b>; en ambos casos cito de memoria). En la primera, hacia el final de <i>Las dos torres</i>, <b>Frodo </b>se encuentra anímicamente abatido bajo el asalto aéreo de los <b>Nazgul </b>y le confiesa a <b>Sam </b>que esto de ofrecerse voluntario para llevar del anillo ha sido un error. Sam responde que así es, que todo «ha sido un error», pero que aun así luchar merece la pena, si sabemos por qué luchamos. «¿Por qué luchas tú, Sam?», pregunta Frodo. «Para que el bien reine en este mundo. Se puede luchar por eso», responde el hobbit, casi como un teólogo, un moralista o ambas cosas a la vez. La respuesta, precedida por una hermosa retórica sobre el sentido de las grandes historias, basta para que ambos retomen su misión, movidos por un deseo que ignora la lógica del cálculo de resultados. <br /><br />
La segunda escena ocurre hacia el final de <i>El retorno del rey</i>. Frodo está ya totalmente abatido: física, moral y espiritualmente. Trata de avanzar arrastrándose por el suelo, pero no logra moverse. Entonces Sam le habla de la hierba de la Comarca, de los olores de la campiña, del sabor de las fresas. Frodo no es capaz de recordar ninguna de esas <i>sensaciones</i>. Sam sí, aunque a duras penas. Y eso basta para que cargue a Frodo a sus espaldas y se disponga a continuar <i>el ascenso </i>final. A esas alturas de la historia, volver a la Comarca —para lo que sería preciso sobrevivir a la misión— se prevé imposible. Pero esa ilusión, ese «deseo con argumento» de cumplimiento altísimamente improbable y de un valor moral aparentemente vano, es suficiente para mover la voluntad y el cuerpo de Sam hacia un esfuerzo sobrehumano y desesperado.<br /><br />
Desde el punto de vista gnoseológico, la ilusión es ambivalente: se puede tener ilusión y, precisamente por eso, ser un <i>iluso</i>. Desde el punto de vista axiológico, la ilusión es también ambivalente: podemos ilusionarnos por tonterías que nos aparten de lo valioso, o por cosas aparentemente buenas, pero nocivas. Incluso, podemos ilusionarnos por cosas muy buenas que, sin embargo, opacan nuestra visión de lo mejor, nos impiden una realización más plena. Desde el punto de vista <i>dramático</i> —de eso va comprender <i>desde dentro</i> la acción humana— la «ilusión» es un término de un valor y una riqueza inmensos. Es de <i>ilusos</i> pensar que el ser humano puede dejarse la vida por lograr «que el bien reine en este mundo» si no «proyecta o anticipa imaginariamente» el logro de ese reinado y los pasos que ha de dar para lograrlo. Para el gran Samsagaz Gamyi, luchar hasta morir por el reinado del bien pasa, en la hora decisiva, por soñarse a sí mismo, una vez completada la misión, de nuevo en la Comarca, disfrutando junto a Frodo y sus amigos del sabor de las fresas.</p><p></p>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-49065803613603240532023-05-28T20:53:00.004+02:002024-01-21T09:50:43.295+01:00La intimidad del fracasoInocente de mí, fui el pasado jueves a la <a href="https://wander.es/escuela" style="text-align: left;" target="_blank">Escuela Wander</a><span style="text-align: left;">, creyendo que iba a </span><i style="text-align: left;">escuchar</i><span style="text-align: left;"> a </span><b style="text-align: left;"><a href="https://www.instagram.com/estherblazquezblanco/?hl=es" target="_blank">Esther Blázquez</a></b><span style="text-align: left;"> hablarnos sobre </span><i style="text-align: left;">La intimidad del fracaso</i><span style="text-align: left;">. Pero no, cuando Esther habla no se puede escuchar </span><i style="text-align: left;">y ya</i><span style="text-align: left;">, sino que uno se ve arrastrado a explorar el tema o, mejor, la intimidad que uno mantiene con el tema. Sería impreciso —y tópico— si dijera que quedamos envueltos en un clima </span><i style="text-align: left;">emocional</i><span style="text-align: left;">. Nos movimos, más bien, en un plano primariamente sensitivo, que da y reclama presencia y entrega personales y procura, claro, encuentro. Sí, algo así es sin duda intenso, pero muy distinto del tan burdo y frecuente mercadeo de emociones.</span><br />
<span><a name='more'></a></span><p>
No me resultó fácil entrar personalmente en el tema del fracaso y quise preguntarme por qué. Parte del motivo es que carecía de una definición adecuada del término. Poco a poco me di cuenta de que la conversación oscilaba en dos niveles. Con frecuencia, el tema del fracaso se recubre de experiencias profesionales y de retos personales o, por precisar más, individuales. En ese nivel, el objetivo (la diana) define las reglas del juego: alcanzarlo es tener éxito y no alcanzarlo es fracasar. En ese plano, el fracaso tiene para mí relativamente poco peso existencial, quizá por afortunada biografía personal. Hay siempre un <i>inner game</i> o juego interior en el que, en diálogo atento con la realidad, somos más o menos capaces de ir ajustando objetivos a las posibilidades reales. Podemos, incluso, en lo que a nosotros respecta, renunciar a buena parte de nuestras expectativas. Al final, incluso cuando la derrota es rotunda, inesperada y dolorosa, uno puede saberse salvado, si encuentra con quién compartir la aventura.<div><br /></div><div>Una chica (Pat), de entre el público asistente, ya en coloquio, me dio la clave: «Si voy al supermercado a comprar un pollo y no lo consigo, no me siento fracasada. El ámbito en el que me siento fracasada es el de mis relaciones personales». ¡Ahora así! El asunto alcanzaba el nivel en el que la palabra fracaso tiene todo su peso. En ese nivel estaba el primer ejemplo de Esther, aunque la alusión a algunos personajes de gran éxito profesional me llevó a otros lugares. Y es en ese nivel, el de las relaciones personales que nos importan, en el que verdaderamente nos pesan, cuando nos pesan, los fracasos profesionales.<p>
En <i>mi idioma</i>, el fracaso en las relaciones personales lleva el nombre de <i>desencuentro</i>. Y ahí, la palabra tiene para mí todo su peso, aun cuando se trate de desencuentros menores. En el nivel de las relaciones personales podemos querer bien, actuar bien, esperar bien… y fracasar. Hay algo así como una Ley no escrita —una expectativa irrenunciable— por la que <i>esperamos</i> una convivencia lograda. Y, sin embargo, en diverso grado, fracasamos.
<br /><br />
En el nivel de las relaciones personales el <i>inner game</i> es insuficiente, porque <i>no se trata sólo de mí</i>. Se trata del otro, que es también responsable; o del otro del que yo soy responsable. Se trata del daño personal cometido o recibido; o el bien debido, pero ausente. Este es el fracaso escandaloso y verdaderamente íntimo. No el fracaso del individuo en sus metas singulares, sino el fracaso entre las personas, seres de encuentro. Esther, de hecho, terminó ahí. «Nos tenemos», nos decía. Pero yo, que no puedo evitar hacerme las preguntas últimas, pensaba: «¿Y si no?». </p><div>Porque, la verdad, si los demás tienen las esperanzas puestas en mí, me declaro desde ya incompetente. Y tampoco me veo capaz de exigirle a otro que me tenga incondicionalmente, a cualquier precio, a todas horas, en todo lugar y <i>porque sí</i> (a lo L’Oréal, ¡porque yo lo valgo!). En un mundo de individuos que nos creemos autónomos, reconocer esto es anatema, pero es verdad: no fracasamos tanto ante nosotros mismos... Fracasamos, sobre todo, ante aquellos de los que dependemos; o ante aquellos que dependen de nosotros. Nuestro quehacer es siempre <i>respuesta</i> dirigida a otro. La pregunta es: «¿A quién?» Más radicalmente: ¿Hay alguien a quien responder incondicionalmente y que incondicionalmente responda por nosotros?</div><p></p></div>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-17160900797062150702023-04-20T18:25:00.002+02:002023-06-26T21:06:14.009+02:00Exposición de ilustraciones inéditas para 'El Principito'<p></p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk2asXEByFJzlmsjei0H7F05vjEajxiGn6iI5yDc3SRdHL40XhKm2xxjHM55Dmlpx0G8KN6VfoVoDJ2ZpqIdHyw7L6vRyPjv6wfez7o1RqCxqt152t22fKPXCvf4-fJW6As0gmAKst2pIWkXnu9TVSUhWFC7Q5Dp0TeHYB0EAMIgM5c1yudZH6bHO7/s785/bebedor%20principito.jpg" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="785" data-original-width="507" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk2asXEByFJzlmsjei0H7F05vjEajxiGn6iI5yDc3SRdHL40XhKm2xxjHM55Dmlpx0G8KN6VfoVoDJ2ZpqIdHyw7L6vRyPjv6wfez7o1RqCxqt152t22fKPXCvf4-fJW6As0gmAKst2pIWkXnu9TVSUhWFC7Q5Dp0TeHYB0EAMIgM5c1yudZH6bHO7/w413-h640/bebedor%20principito.jpg" width="413" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Ilustración de <a href="https://www.elisadelatorre.com/" rel="nofollow" target="_blank">Elisa de la Torre Llorente</a>.</td></tr></tbody></table><b>Antoine de Saint-Exupéry</b> estaba convencido de que, igual que existen pozos de aldea para dar vida a nuestros cuerpos, hay fuentes invisibles que nutren nuestro espíritu. Que “lo esencial es invisible a los ojos” no es sólo una frase bonita de un zorro del desierto, sino la clave para entender todo el libro, y toda vida humana. Cuando el principito le ordena al piloto “¡Dibújame un cordero!”, no se conforma con uno visible, sino sólo con el invisible, el que descansa dentro de la caja. Ese dibujo, no otro, conecta con la vocación primera del piloto, que no es sólo la de ser pintor, sino la de ser pintor de realidades invisibles, como el cordero dentro de la caja. Como el elefante comido por una boa. Como el sentido de urgencia que expresa la imagen de los baobabs haciendo estallar el planeta del Principito. Como…<p></p><p></p><p><i><b>La imaginación de lo invisible</b></i> es una exposición recoge dos series de ilustraciones, de diez imágenes cada una. Ambas son obra de <b>Elisa de la Torre Llorente</b>. La primera serie, figurativa, fue concebida para ilustrar el texto original de Saint-Exupéry. La segunda, abstracta, fue ejecutada para acompañar al texto <i>Yo siempre vi un sombrero</i> (Álvaro Abellán-García Barrio, Editorial UFV, 2022).</p><p><b>Obra figurativa</b></p><p>Estas ilustraciones pretenden facilitar el acceso a lo invisible de <i>El Principito</i>. Son, en primer lugar, un homenaje al espíritu sencillo y natural de las ilustraciones originales. En segundo lugar, son una adaptación a la sensibilidad de nuestro tiempo y sus nuevas formas visuales. Están inspiradas en la expresividad del anime y en autores como <b>Benjamin Lacombe</b> y <b>Nicoletta Ceccoli</b>, reconocibles por dibujar rostros redondos y sonrojados llenos de luminosidad, con pequeñas sombras atenuadas. El color otorga a los dibujos un aspecto fresco, infantil y divertido a la vez que soñador. Su suavidad reafirma las ilustraciones pero no quita protagonismo a la línea. Buscando ser fieles a la obra del autor, muchas de las ilustraciones apenas modifican las originales, ofreciendo sólo un acabado diferente. Otras son nuevas, inspiradas en fragmentos de la obra que no fueron ilustrados por Saint-Exupery, aunque presentan situaciones o escenarios relevantes para comprender el trasfondo de la historia del principito</p>
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<p><b>Obra abstracta</b></p><p>La ilustración abstracta nos arrebata de la relación figurativa para sumergirnos en el terreno desconocido, sensitivo y emocional del color. La expresión del color puro de pintura líquida y las fusiones aleatorias que resultan al mezclarlo crean formas y realidades nuevas que se asemejan a la materia cósmica. Estas imágenes nos introducen en el universo del Principito, como peregrinos que recorren planetas y respiran polvo de estrellas en túnel del no tiempo. La belleza de lo aleatorio de las fusiones reside en la incapacidad del ser humano de controlarlo todo, por lo que no le queda sino esperar a que suceda el milagro.</p><p></p><p style="text-align: center;">.oOo.</p><p>Esta historia empezó en la primavera de 2010, en la asignatura de Introducción a los Estudios Universitarios (1º Bellas Artes, Universidad Francisco de Vitoria), con Elisa-Alumna y Álvaro-Profesor leyendo y comentando en clase <i>El Principito</i>. La exposición, ya en 2023, ha sido posible gracias la colaboración entre la Editorial UFV y el Departamento de Actividades Culturales de la misma universidad. Elisa y yo agradecemos el cariño, esfuerzo y cuidado puesto por <b>Isaac Caselles</b> (Editorial UFV), <b>Irene Solís</b> (Actividades Culturales) y <b>Verónica Berhongaray</b> (Extensión Universitaria), artífices de esta exposición.</p>
<p><b>Dónde: </b>Universidad Francisco de Vitoria, pasillo del edificio central.<br /><b>Cuándo: </b>desde el 17 de abril de 2023.<br /></p>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-80562385727330857382023-03-23T18:53:00.002+01:002023-03-23T18:54:15.209+01:00Mundos posibles poéticos: el caso de Patria<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKDiaKZZUYrtTez3RIosAm7vGJMLSIDJajzTlwSoVYRLNEXV85oyYbiXcEmZCyyhP-ph0VdyBsGlwUwuH7LUStjEXzb3-PSjq5khKxxNKhtRMCxiS2qlHxv3-o8hIavf4RjfpRZ7wZtRcRynKyo-3zS8ZPJetNoE6iKO6Dy-_xSqgwUa9jFuJ9SrPb/s1280/Foto%20portada.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="1280" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKDiaKZZUYrtTez3RIosAm7vGJMLSIDJajzTlwSoVYRLNEXV85oyYbiXcEmZCyyhP-ph0VdyBsGlwUwuH7LUStjEXzb3-PSjq5khKxxNKhtRMCxiS2qlHxv3-o8hIavf4RjfpRZ7wZtRcRynKyo-3zS8ZPJetNoE6iKO6Dy-_xSqgwUa9jFuJ9SrPb/w400-h400/Foto%20portada.jpg" width="400" /></a></div><div>La pretensión que alimenta el libro que ahora te presento es <i>programática</i>. Se trata de exponer la actualidad y el imaginado porvenir que anima los trabajos de la comunidad de investigadores reunida en el Grupo Estable de Investigación Imaginación y Mundos Posibles. Buscamos una teoría de los mundos posibles poéticos capaz de afrontar el estudio de dispositivos culturales de muy diversa especie –entre otros: libros, fotografías, cómics, cinemática, videojuegos, edificios, ciudades– acreditando las posibilidades especulativas y prácticas que esos artefactos, al constituirse imaginativamente como «mundos posibles» que proyectan la acción humana, tienen para el desarrollo de la vida social y personal.</div><br />
Los resultados de nuestras investigaciones se presentan agrupados en tres secciones. En primer lugar, ofrecemos nuestros trabajos sobre la recepción de la obra. <b>Roncesvalles Labiano</b> sitúa la novela <i>Patria</i> y la serie homónima en el contexto de la historia de la ficción sobre ETA y sus víctimas (capítulo 1). <b>Victoria Hernández</b> ofrece un panorama de la recepción de la novela de Aramburu en la prensa generalista española (nacional y regional), en el mundo académico y en otras creaciones culturales, como es el caso de la serie de HBO España y del comic de Toni Fejzula (capítulo 2). <b>Arturo Encinas</b> y <b>Victoria Hernández</b> presentan los resultados en el cambio de percepción de alumnos universitarios sobre la historia de ETA obtenidos mediante de un proyecto de innovación docente desarrollado en dos asignaturas el grado en Comunicación Audiovisual durante el año 2021 (capítulo 3).<br />
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La segunda sección presenta los resultados de nuestras prácticas hermenéuticas sobre la novela y la serie. <b>Íñigo Urquía</b> examina la mímesis del cambio en las vigencias sociales que opera la novela a consecuencia de la aparición del terrorismo en el País Vasco (capítulo 4). <b>Roncesvalles Labiano</b> y <b>Lucía Gastón</b> hacen un trabajo similar, centrándose esta vez en la evolución del silencio social en la serie de HBO España (capítulo 5). La noción de vigencia social, tomada de la filosofía de la sociedad de <b>José Ortega y Gasset</b> y <b>Julián Marías</b>, muestra un rendimiento notable para explicar la singularidad literaria y audiovisual de <i>Patria</i>, e introduce una noción poética que permite comparar el tratamiento de <i>lo social</i> en ambos dispositivos culturales. <b>Juan Rubio</b> y <b>Arturo Encinas</b> examinan el papel de <b>Bittori</b> como intrusa benefactora en la serie televisiva (capítulo 6). Finalmente, <b>Arturo Encinas</b>, <b>María Ruiz</b> y <b>Paloma Renedo</b> nos muestran un detallado análisis narrativo de la novela y la serie, un trabajo hermenéutico preliminar, meramente descriptivo, que rara vez suele publicarse, pero que ofrecemos para mostrar el tipo de trabajo necesario para identificar convergencias y divergencias en el tratamiento de una misma historia en dos dispositivos culturales diferentes (capítulo 7).<br /><br />
En la tercera sección, <b>Álvaro Abellán-García</b> evidencia tanto los <i>presupuestos teóricos</i> como el <i>utillaje conceptual</i> elaborado para abordar los trabajos de las secciones anteriores. Cada método de investigación se ajusta no solo al objeto de estudio, sino también a la cosmovisión de cada comunidad de investigadores y a las ideas que comparten sobre su disciplina. Explicitar y discutir estos presupuestos guía el trabajo de la crítica que ha de ser, en primera instancia, autocrítica. El mejor modo de explicitar nuestros presupuestos y de participárselos al lector es discutir con la tradición y la actualidad de la disciplina, al modo de la hermenéutica dialogal ensayada por <b>Gadamer</b> (1992). El capítulo 8 presenta la vigencia y actualidad de la poética clásica en diálogo con disciplinas contemporáneas que, a menudo, se ocupan de los mismos dispositivos culturales, si bien desde perspectivas diversas. El capítulo 9 esboza las relaciones entre la Poética y la Teoría Dialógica de la Comunicación, tratando de superar el tradicional divorcio entre las teorías de la comunicación del siglo XX y los estudios artísticos. El capítulo 10 revisa algunas nociones nucleares de la Poética de <b>Aristóteles</b>, corriendo su deficiente recepción por buena parte de los estudios contemporáneos y ampliando su alcance, haciéndolas operativas para el estudio de dispositivos culturales contemporáneos. Finalmente, el capítulo 11 presenta nuestra particular aproximación a los mundos posibles poéticos en diálogo con las otras tradiciones intelectuales que han aplicado esta noción al estudio de la ficción contemporánea.<br /><br />
Un colega <i>anecólogo</i> me aconsejó no publicar cuatro capítulos en un solo libro, por <i>eficientismo acreditativo</i>. Ante semejante ejercicio de <i>realpolitik</i>, sólo puedo responder aludiendo al mejor equipo de todos los tiempos: «En 2017, un comando compuesto por los mejores fundamundos fueron acreditados por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse de la burocracia en la que habían sido recluidos. Hoy, buscados todavía por la Aneca, sobreviven como investigadores de fortuna. Si usted tiene algún problema, y los encuentra, quizá pueda contratarlos».
</p><div><br /></div><div><h1 class="book-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #333333; display: inline-block; font-family: "Source Sans Pro", sans-serif; font-size: 22px; line-height: 28.6px; margin: 2px 0px 8px; text-rendering: optimizelegibility; width: 605.75px;">Mundos posibles poéticos</h1><h2 class="book-subtitle" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Source Sans Pro", sans-serif; font-size: 18px; font-weight: normal; line-height: 1.1em; margin: 0px 0px 10px; text-rendering: optimizelegibility;">El caso de Patria: el pueblo, la novela, la serie</h2><h2 class="book-author" style="background-color: white; color: #8c8c8c; font-family: "Source Sans Pro", sans-serif; font-size: 13px; letter-spacing: 0.7px; line-height: 1em; margin: 0px 0px 14px; text-rendering: optimizelegibility; width: 605.75px;"><a href="https://www.catarata.org/autor/alvaro-abellan-garcia-barrio/" itemprop="author" style="color: #8c8c8c; font-size: 14px; text-decoration-line: none;">Álvaro Abellán-García Barrio</a> (coord.)</h2><h2 class="book-author" style="background-color: white; font-family: "Source Sans Pro", sans-serif; font-size: 13px; letter-spacing: 0.7px; line-height: 1em; margin: 0px 0px 14px; text-rendering: optimizelegibility; width: 605.75px;">Un estudio crítico sobre la novela y la serie Patria. Una reflexión ética y social sobre el terrorismo desde la teoría poética.</h2></div><div><div><a href="https://www.catarata.org/libro/mundos-posibles-poeticos_146812/" target="_blank">Los libros de la Catarata</a>.</div><div class="book-synopsis" itemprop="description" style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Source Sans Pro", sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.45em; margin-bottom: 30px; margin-top: 5px;"></div></div><p></p>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-29576242028978908772023-02-01T12:17:00.005+01:002023-02-01T18:54:51.426+01:00Camino hacia la titularidad<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjh-TF2Qefq2G_4ohVZepyO6y_X8zBDqnOb6VjmMCWrFjc8_ViCAyoNyT9oJb93VrVvcpAF5yq01Mnto5vno4ehM7Nk9GbwuT4k--7_52ks5hIf2ba0H9OT1wMK17tt26rX9E0NshtPfQPT8o0imVEy4aPhpsDObOkCB7X1M1jQOdUVQag8pb6bm1aI/s1093/Titularidad.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="337" data-original-width="1093" height="197" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjh-TF2Qefq2G_4ohVZepyO6y_X8zBDqnOb6VjmMCWrFjc8_ViCAyoNyT9oJb93VrVvcpAF5yq01Mnto5vno4ehM7Nk9GbwuT4k--7_52ks5hIf2ba0H9OT1wMK17tt26rX9E0NshtPfQPT8o0imVEy4aPhpsDObOkCB7X1M1jQOdUVQag8pb6bm1aI/w640-h197/Titularidad.jpg" width="640" /></a></div><p>Mi querida decana, <b>Paula Puceiro</b>, lleva años proponiéndome como candidato a la Titularidad en la asignatura de <a href="http://notas.ufv.es/documentos/gd/3010_p.pdf" target="_blank">Teoría de la Comunicación</a>, en el grado de <a href="https://www.ufv.es/estudiar-grado-comunicacion-audiovisual-madrid/" target="_blank">Comunicación Audiovisual</a> de la <a href="https://www.ufv.es/" target="_blank">Universidad Francisco de Vitoria (UFV)</a>. Yo, por mi parte, llevo años rechazando esa invitación. ¿Mis razones? Quería primero recibir más avales objetivos y externos de mi quehacer docente e investigador (<a href="https://www.aneca.es/web/guest/sistema-garantia-calidad-docencia?p_l_back_url=%2Fresultados-busqueda%3Fq%3Ddocentia" target="_blank">trienios de docentia</a>, <a href="https://www.aneca.es/sexenios" target="_blank">sexenio de investigación</a>, algún eco o fruto de mis trabajos en antiguos alumnos y otros investigadores, dirección de varias tesis doctorales); y quería también cerrar un pequeño ciclo en el que estaba inmerso: la puesta en marcha del <a href="https://www.mundosposibles.es/" target="_blank">Grupo Estable de Investigación Imaginación y Mundos Posibles (GEI IyMP)</a>.</p><p>
Además, me horrorizaba tener que defender públicamente mi <i>curriculum</i>, como me enferma moralmente tener que recolectar certificados que avalan mis méritos para <i>vender</i> en hueco y abstracto, conforme a criterios estándar –es decir, impersonales– mi supuesta competencia docente e investigadora. <i>Show me, don't tell me</i>. Los frutos de nuestro trabajo, y no nuestra palabrería, son la mejor retórica. Esta venta, sin embargo, insertada en el sistema tecno-capitalista, es necesaria hoy para hacer carrera docente. Aunque yo recomiendo atender a la <i>posología</i> mínima e imprescindible, para evitar intoxicarnos de <i>yoísmo</i> y <i>eficientismo</i> y evitar contribuir, en lo posible, a extender la pandemia de <i>infoxicación</i> o sobreabundancia de información mediocre.
</p><span><a name='more'></a></span><p>
Ya cuento con avales docentes e investigadores suficientes en el humilde contexto de una joven universidad privada. El GEI IyMP goza de buena salud, publicaciones, proyectos de investigación y tesis defendidas. Me siento arropado por mis colegas y, gracias a ellos, pronto verá la luz un volumen en <a href="https://www.catarata.org" target="_blank">Los Libros de la Catarata</a> que da cuenta de resultados consolidados. <i>And last, but not least</i>, el procedimiento para acceder a la Titularidad en la UFV ha cambiado a mejor, como explicaré proximamente. Así que no tengo excusa. Hoy empiezo a preparar <i>formalmente</i> mi titularidad. Informalmente, llevo preparándome toda mi vida para este <i>aquí y ahora</i> (<b>Ángel Sánchez-Palencia</b> <i>dixit</i>); y ya el curso pasado hice algunos trabajos preliminares.
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He meditado mucho la posibilidad de anunciar públicamente esta preparación. Soy de naturaleza discreta, incluso tímida. Además, este camino puede culminar en fracaso. Me vienen a la mente muchos amigos que, frente a un embarazo de riesgo, guardan la noticia de su paternidad o maternidad al menos durante los tres primeros meses –luego, las evidencias fisiológicas lo harían imposible–. Con una diferencia, en mi contra: ellos <i>son ya padres</i>, acabe como acabe su aventura; yo no soy aún titular de nada.
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Sin embargo, tres experiencias me animan a escribir lo que ahora lees. La primera: el privilegio de haber podido <i>acompañar</i> a esos amigos padres/madres, aun cuando -a veces ocurre- la aventura de su criaturita en este mundo fuera o vaya a ser corta y de final, a nuestros ojos, truncado. La segunda: el haberme encontrado con otros colegas que han compartido su trabajo en las redes, de cuya generosidad me beneficio y a la que ahora quiero <i>responder</i>, <i>imitando</i> sus virtudes, siguiendo sus huellas. La tercera: la experiencia de que <i>la vida compartida es mejor</i>, también en este blog, que media ya entre mi persona y tú, aun si todavía no nos conocemos. Cuento con tu ayuda, en forma de <i>diálogo</i>. Ya estás invitado a participar en él. Pronto plantearé algunas <i>preguntas</i> que inauguran rutas para una conversación, si Dios quiere, interesante. ¡Gracias!</p><p style="text-align: center;">.oOo.</p><p><b>Hastag en ig, twt, linkedin: #caminoatitular</b></p>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-74786825468674875182022-08-29T11:26:00.006+02:002022-08-29T11:26:00.150+02:00La cuna académica del ‘visual thinking’: de Aristóteles a los mind maps, pasando por Vermeer<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/6/68/Johannes_Vermeer_-_Woman_Holding_a_Balance_-_Google_Art_Project.jpg/1200px-Johannes_Vermeer_-_Woman_Holding_a_Balance_-_Google_Art_Project.jpg" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="707" height="400" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/6/68/Johannes_Vermeer_-_Woman_Holding_a_Balance_-_Google_Art_Project.jpg/1200px-Johannes_Vermeer_-_Woman_Holding_a_Balance_-_Google_Art_Project.jpg" width="354" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;"><i>La tasadora de perlas</i> (Johannes Vermeer, 1665)</td></tr></tbody></table><div>El <i>visual thinking</i> como <i>herramienta</i> está presente desde hace décadas en diversos sectores del mundo profesional: empresa, <i>coaching</i>, publicidad, psicología, terapia, producción audiovisual… sin embargo, como <i>disciplina</i>, está poco presente en las universidades. A menudo esto se interpreta como una grave desconexión entre la universidad y la empresa, pero… lo cierto es que el origen del <i>visual thinking</i> es estrictamente académico. Debemos su desarrollo a los trabajos de <b>Rudolf Arnheim</b>, profesor de Psicología del Arte en Harvard, recogidos en el volumen <i>Visual Thinking (</i>1969). Arnheim basa sus argumentos en textos de filósofos antiguos y modernos, en experimentos psicológicos de laboratorio, en la teoría de la percepción, en la creación artística de los niños y en escritos científicos sobre física y astronomía.</div><br />
Su libro intenta «llegar a una más cabal comprensión de la percepción visual como actividad cognoscitiva» y demuestra que «el pensamiento verdaderamente productivo, en cualquiera de las áreas de la cognición, tiene lugar en el reino de las imágenes» (p. IX). Es decir, algo que ya anticipó <b>Aristóteles</b> en <i>De Anima</i> III, pero que la tradición racionalista occidental suele olvidar: el razonamiento intelectual no sólo es <i>precedido</i> sino <i>constantemente acompañado</i> por los productos y la actividad de la <i>imaginación deliberativa</i>.<span><a name='more'></a></span><div><div><div><br /></div><div>La <i>imagen </i>que nos procura <i>La tasadora de perlas</i> de <b>Johannes Vermeer</b> (1665) es cognitivamente muy rica y nos orienta en una deliberación práctica acerca del sentido de la vida. Ciertamente, para construir e interpretar este <i>pensamiento visual</i> el pintor y nosotros necesitamos del <i>pensamiento verbal</i>. No se trata aquí de un dilema o una disyuntiva. Lo que la imagen <i>cuenta</i> -y, para contarlo, cuenta con nuestras capacidades verbales- es difícil de expresar, cognitiva, emocional y éticamente, sólo con palabras. Si las usamos, caeremos inevitablemente en el uso de <i>metáforas visuales</i> que no hacen sino redundar en los mismos valores cognitivos de la imagen <i>como imagen</i>. El brazo de la tasadora está suspendido, detenido, en la vertical negra que enmarca el juicio final, en el que la mente y el corazón de la protagonista quedan también encuadrados. Se trata de la acción y el momento decisivo, un <i>kairos</i>. La luz, más poderosa que el reflejo de las joyas, desciende sobre los ojos cerrados de la tasadora, creando un triángulo de interpretación (en forma de pirámide invertida) que ilumina lo esencial: el discernimiento (la luz) de la acción (su mano en el centro del triángulo) bajo la presencia de Cristo (sobre la cabeza de la protagonista). Lo meramente mundano queda oscuro, en sombra, al margen de lo relevante.<div><div><br />
Poco antes del verano, un colega mío, muy sabio, arqueó las cejas cuando me escuchó decir que coordino un <a href="https://www.mundosposibles.es/" target="_blank">Grupo Estable de Investigación llamado <i>Imaginación y Mundos Posibles</i></a>. «¿Cómo se come eso?», me preguntó, «¡Si son dos términos contradictorios!». En efecto, para la filosofía moderna, la noción de “mundo posible” remite a un constructo puramente lógico y abstracto, fruto de un trabajo deductivo por el que se obtienen una serie de conclusiones necesarias sí, y sólo sí, se dan unas premisas condicionales, del tipo «Si… entonces…». Esta disciplina es conocida como Lógica Modal y tiene grandes aplicaciones en ingeniería de sistemas. Sorprendido por mis respuestas preliminares, este verdadero sabio me pidió referencias en la filosofía clásica que avalaran la idea de que la imaginación y el razonamiento van siempre de la mano.
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Pues la primera, nada menos que en la Teoría del Conocimiento de Aristóteles. Y esto, por citar sólo una de las que mantienen su prestigio, pues la noción de imaginación también es relevante para Platón, Sócrates y varios presocráticos. Y así podríamos seguir, pasando por <b>Agustín de Hipona</b> y <b>Tomás de Aquino</b> y llegando a <b>Kant</b>, <b>Locke</b> y herederos. <b>Gadamer</b> y <b>Ricoeur</b> son, quizá, los dos titanes de la filosofía del siglo XX que más sistemáticamente desarrollaron la idea, a partir de textos aristotélicos, de que «captar la semejanza» –tarea asociativa de la imaginación que requiere de un trastoque del pensamiento puramente lógico– es una exigencia del pensamiento productivo.
<br /><br />
Esta anécdota sobre el origen académico del <i>visual thinking</i> me hace pensar que, más que un divorcio entre la universidad y la empresa, nos enfrentamos a un mal avenido matrimonio entre diversas disciplinas académicas, fruto de una hiperespecialización preocupante. Pero esto son elucubraciones mías. A lo que iba: si quieres fundamentar rigurosamente el valor de la percepción sensible y de la imaginación para todo proceso cognitivo, puedes empezar con los trabajos de Arnheim… ¡y de Aristóteles!</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic962SoGFwu9geAUMcFkKphEnLS2MT7tf30D0dqP_F4d3k6TeDGOr1iDeD5Zt7_3EY1Z2q8zWv1z0KpQTG88u_Om_lPU4jWINfsmZxSBGf-Q1UxFa1iUrSPJcZZRbF39W4LO3VXsq3joJpuZxjB-IFhz9DCVe1Lx6ScAZmgaCag4CqM49FkVO2YcPX/s2288/buen%20mal%20matrimonio.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1547" data-original-width="2288" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic962SoGFwu9geAUMcFkKphEnLS2MT7tf30D0dqP_F4d3k6TeDGOr1iDeD5Zt7_3EY1Z2q8zWv1z0KpQTG88u_Om_lPU4jWINfsmZxSBGf-Q1UxFa1iUrSPJcZZRbF39W4LO3VXsq3joJpuZxjB-IFhz9DCVe1Lx6ScAZmgaCag4CqM49FkVO2YcPX/w640-h432/buen%20mal%20matrimonio.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Ilustración, tomada del libro de Arnheim, sobre un ejercicio de <i>visual thinking</i>.</td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div></div></div></div></div>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-88073605328140460122022-08-21T16:50:00.011+02:002022-09-08T10:39:11.272+02:00«The Rings of Power» y la profundidad de los textos<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://m.media-amazon.com/images/S/pv-target-images/486c0a304db4e974eba6d417f7e085ac3f92d23c07db3d0eedab774e2ef1c272.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="800" height="360" src="https://m.media-amazon.com/images/S/pv-target-images/486c0a304db4e974eba6d417f7e085ac3f92d23c07db3d0eedab774e2ef1c272.png" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Fotograma, <i>The Lord of the Rings: The Rings of Power</i></td></tr></tbody></table><br /><div>Desde que <b>Jeff Bezos</b> se empeñara en <a href="https://www.businessinsider.com/amazon-lord-of-the-rings-of-power-jeff-bezos-tolkien-2022-8" target="_blank">«hacer justicia a Tolkien»</a>, se han dispersado millares de <i>bytes</i> sobre la oportuna o impertinente <i>modernización</i> de la Tierra Media que pretenden los guionistas de la serie <i>El Señor de los anillos: los anillos de poder</i> (<a href="https://www.amazon.com/Lord-Rings-Power-Season/dp/B09QH98YG1" target="_blank"><i>The Rings of Power, </i>Amazon Prime, 2022</a>). A partir del 2 de septiembre podremos juzgar sobre ese y otros temas. Mientras, hay algo sobre lo que ya podemos hablar, dado que trasciende los resultados particulares de esta producción. Me refiero a la <i>pereza imaginativa</i> que provoca el audiovisual en el espectador, frente al esfuerzo que le exige la literatura al lector.</div>
<a name='more'></a><br />
<b>Rubén Díaz Caviedes</b> nos lo advierte: <a href="https://www.jotdown.es/2022/08/ultima-oportunidad-leer-el-silmarillion" target="_blank">«Esta es tu última oportunidad para leer el Silmarillion» (JotDown, 08.2022)</a>. ¿La razón? Que el libro de Tolkien le exige a nuestra pobre imaginación hacer un trabajo que los creadores audiovisuales ya harán por nosotros, robándonos ese esfuerzo (o placer): encarnar el <i>objeto estético</i> que el texto nos propone sin dárnoslo acabado: formas, movimientos, colores y sonidos. Díaz Caviedes presenta el tema con una cita de <i>Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy</i> (<b>Laurence Sterne</b>, 1759-1767):
<br /><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;">
«Ningún autor que comprenda los límites precisos del decoro pretendería pensarlo todo. El respeto más profundo que se puede rendir al entendimiento del lector es repartir este asunto amistosamente con él y dejarle algo que imaginar por su parte».
</blockquote><br />
La cita viene a identificar el «decoro» o pudor del autor con el «respeto» a las «dotes interpretativas» del lector. En lo que a imagen y sonoridad se refiere, el audiovisual no se puede permitir ser tan decoroso con el texto, aunque hay grados: el primer <b>Hitchcock</b>, por ejemplo, no permitía que los crímenes ocurridos en sus filmes aparecieran en pantalla. Díaz Caviedes acierta cuando sostiene que la técnica narrativa de <b>J. R. R. Tolkien</b> pasa por dosificar la información que los textos dan al lector y lo argumenta aludiendo a las orejas de los elfos. En ninguna narración sobre la Tierra Media se explicita su forma, pero en varias tenemos pistas para sacar nuestras propias conclusiones:
<br /><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;">
«En los idiomas élficos que inventó, Tolkien reservó el mismo lexema para las palabras hoja y oreja: <i>lhass </i>y <i>lhewig </i>en sindarin, <i>lassë </i>y <i>lár </i>en quenya. Esta clase de parentesco etimológico (el que conecta el nombre de un objeto natural y el de una parte del cuerpo) es habitual en las lenguas naturales y sugiere, por lo general, que ambas cosas se parecen. En castellano ocurre algo similar con los nombres del pómulo o la úvula, por poner solo un par de ejemplos; derivan del latín <i>pomulum</i>, manzana pequeña, y <i>uvula</i>, uva pequeña. Tolkien quiso que cada uno de sus lectores imaginase a los elfos a su manera, pero él, por lo que parece, tenía claro que sus orejas guardaban cierto parecido con las hojas de los árboles».
</blockquote><br />
Existe un debate en la Narratología sobre la «completitud» o «incompletitud» de los mundos imaginarios. Según algunos autores (<b>Dolezel</b>, por ejemplo), los mundos ficticios son incompletos, pues carecen de toda la información que estaría disponible en el mundo real: no podemos saber si Madame Bovary tiene en su piel alguna marca de nacimiento. Según <b>Umberto Eco</b>, esto no es un defecto de la literatura, sino su esencia. En "El lector modelo" (<i>Lector in fabula, </i>1987, 73-95), el semiólogo italiano nos dice –y así lo recuerda Díaz Caviedes– que:
<br /><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;">
«El texto está plagado de espacios en blanco, de intersticios que hay que rellenar; quien lo emitió preveía que se los rellenaría y los dejó en blanco por dos razones. Ante todo, porque un texto es un mecanismo perezoso (o económico) que vive de la plusvalía de sentido que el destinatario introduce en él […]. En segundo lugar, porque […] un texto quiere dejar al lector la iniciativa interpretativa, aunque normalmente desea ser interpretado con un margen suficiente de univocidad. Un texto quiere que alguien lo ayude a funcionar».
</blockquote><br />
Eco es generoso en su consideración de las dotes <i>demiúrgicas</i> del autor, pues es perfectamente posible –y legítimo– que algunos escritores dejen «espacios en blanco» sin tener ni la más remota idea de cómo podrían o deberían llenarse y sin dar ninguna pista sobre el asunto a los lectores. Pero es sin duda cierto que a menudo este recurso es usado de forma consciente y con objetivos estéticos muy precisos. Díaz Caviedes sugiere este: «¿No dará Sauron más miedo si cada lector le atribuye las características que más le aterran? ¿No trataremos con más reverencia a Elrond y Galadriel si solo intuimos, pero no llegamos a confirmar, el alcance de sus poderes?»
<br /><br />
La falta de información obliga a nuestra imaginación a llenar los huecos; y lo desconocido, no delimitado, no abarcable a la vista ni a la inteligencia, tiende a generar inquietud y temor, pues nos impide saber a qué atenernos. Sin embargo, el efecto estético que procura <i>El Señor de los anillos</i> no es exactamente el mismo que pretende una obra de terror.<br /><br />
Sabemos, por sus cartas y escritos no publicados, que Tolkien imaginó una Tierra Media inmensamente más vasta y rica de la explicitada en los libros publicados. En <i>El camino a la Tierra Media </i>(1982), <b>T. A. Shippey</b> muestra con agudeza que la existencia de todo ese material es una de las claves del «efecto de profundidad» que produce <i>El Señor de los Anillos</i>: hay mucha geografía e historia latente a la que alude la información patente y claramente expresada en la obra. Que la superficie manifieste tímidamente lo profundo crea «perspectiva» y esa es la grandeza del género novelesco –y lo <i>moderno</i> de la épica de Tolkien–. Intuimos esta hondura, por ejemplo, cuando Gandalf, en su enfrentamiento mortal contra el balrog, proclama solemnemente: «Soy un servidor del Fuego Secreto, que es dueño de la llama de Anor. No puedes pasar. El fuego oscuro no te servirá de nada, llama de Udûn. ¡Vuelve a la Sombra!». ¿Fuego Secreto? ¿Anor? ¿fuego oscuro? ¿Udûn? Nada de eso se explica en el libro. Y, sin embargo, esas palabras nos ofrecen alguna pista sobre el sentido global de la obra y sobre el papel del mago gris en este drama.<div><br /></div><div>Este ejemplo nos permite retomar la polémica sobre la completitud o incompletitud de los mundos posibles poéticos. Al cotejar los puntos de vista de Dolezel y Eco, parece claro que debemos distinguir entre <i>la economía de la información</i> que da el texto poético y <i>el objeto estético que evoca en el lector, </i>que siempre es completo como totalidad de sentido, aunque no sea exhaustivo en sus detalles. Esta distinción nos permite además juzgar el valor estético de la economía del texto, en función de si permite o no al lector configurar un objeto estético consistente como totalidad de sentido y de qué grados de profundidad ofrezca ese mundo poético.</div><div><br />
A nuestro juicio, el efecto estético que procura <i>El Señor de los anillos</i>, además de los señalados por Shippey –profundidad histórica y dramática– es el del sentido del «misterio», categoría filosófica de la que ya hemos hablado en otras ocasiones, y en cuya pedagogía Tolkien es un maestro (<i><a href="https://www.dialogicalcreativity.es/2013/05/el-misterio-de-la-filosofia-y-la.html" target="_blank">El misterio de la filosofía y la filosofía del misterio</a></i>; <i><a href="https://www.dialogicalcreativity.es/2014/05/educar-es-ensenar-convivir-con-el.html" target="_blank">Educar es enseñar a convivir con el misterio</a></i>). Parte de ese <i>sentido del misterio</i> supo salvarlo el <i>decoro cinematográfico</i> de <b>Peter Jackson</b> en su versión de <i>El Señor de los anillos</i>, aunque le resultara inevitable mostrarnos las orejas de los elfos. Veremos en <i>The Rings of Power</i> la responsabilidad que demuestran sus creadores con <i>lo profundo</i>, perfectamente salvable en las buenas producciones audiovisuales.<br /><br />
Quizá, sobre este tema, tendré ocasión de hablar en el V Congreso Internacional Imagen y Reconocimiento, «La <i>imago mundi</i> de J.R.R. Tolkien: poética, mito y realidad» (<a href="https://www.ufv.es/semana-de-la-imagen/" target="_blank">SIMUFV 2023</a>), organizado por el <a href="https://www.mundosposibles.es/" target="_blank">Grupo Estable de Investigación Imaginación y Mundos Posibles</a>, inscrito en la Facultad de Comunicación de la <a href="https://www.ufv.es/" target="_blank">Universidad Francisco de Vitoria</a>.</div>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-16396890404085436212022-08-13T19:50:00.005+02:002022-08-14T14:45:52.744+02:00La aportación de 'Patria' a la "gran conversación" sobre el terrorismo de ETA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbz5tnk7f52Zos4fl6CSSIOo99y8lXGNeef4hoAEh4wFz6TEl9UvYMee8peK9adZvC5iinA5-Rd6N5WNTMPJ7uCBx3EfOTN05nhS9oRyV_M3e3n4yt1CO0uIafAtVYQEXTOf7IbtJNCeck_p2Su-fXmYRaje_gBTQYX-qA7e3p-UKFUZI0uvl9M20w/s1080/1.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbz5tnk7f52Zos4fl6CSSIOo99y8lXGNeef4hoAEh4wFz6TEl9UvYMee8peK9adZvC5iinA5-Rd6N5WNTMPJ7uCBx3EfOTN05nhS9oRyV_M3e3n4yt1CO0uIafAtVYQEXTOf7IbtJNCeck_p2Su-fXmYRaje_gBTQYX-qA7e3p-UKFUZI0uvl9M20w/s320/1.png" width="320" /></a></div>Apoyado en los trabajos de Mijaíl Bajtín, abordamos en este artículo académico el estudio de <i>Patria </i> (Fernando Aramburu, 2016) respetando su singularidad como obra literaria y, a un tiempo, atendiendo a su ineludible referencia a la historia del País Vasco. <p></p><div>La hipótesis es que <i>Patria </i> aprovecha los recursos del género para constituirse como una gran novela dialógica, aportando un valioso enfoque a la “gran conversación” sobre el terrorismo de ETA. Para confirmar esta hipótesis, analizamos la macroestructura narrativa de la novela, así como la polifonía y dialogía en sus diversas voces narrativas al nivel de la microestructura narrativa del relato. Estos análisis sugieren la importancia de la noción de "mímesis de vigencias sociales" para dar cuenta del tipo de realismo que procura la novela.
<p>Este trabajo se enmarca en el Proyecto de investigación El valor especulativo y práctico de los mundos ficcionales: Patria (el pueblo, la novela, la serie) de la convocatoria de proyectos de Investigación del año 2020 financiada por la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid.</p><p>Referencia: ABELLÁN-GARCÍA, Álvaro. "<b><a href="https://revistascientificas.us.es/index.php/araucaria/article/view/18481/19240" target="_blank">La aportación de 'Patria' a la "gran conversación sobre el terrorismo de ETA</a></b>", en <a href="https://revistascientificas.us.es/index.php/araucaria/index" target="_blank">Araucaria</a>, vol. 24, nº 50, 08.2022, pp. 135-157.</p></div><p></p>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-78289398869950444732022-07-23T18:37:00.004+02:002022-08-22T15:25:18.891+02:00Teoría General de Sistemas y Persona | Paradigma, ideología, convivencia<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJHZlxQS5uYoqOxDuGykG-R-KP7HGGP53jWkExgeM_eGhXzMy3rzsELQlntfFprd1pa-EB621uPjB4r_LTTeGDFp7m4wimzGXK4wf_PciPEby9KwhXht_WQXvAyIlV9mZCB0ZTzXfC3XuslcH-tpke2mxVnfWjPaWzhGHkQ9pT8rN-fISapVvAz8Fg/s652/Teoria%20General%20de%20Sistemas%20y%20Persona.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="652" data-original-width="425" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJHZlxQS5uYoqOxDuGykG-R-KP7HGGP53jWkExgeM_eGhXzMy3rzsELQlntfFprd1pa-EB621uPjB4r_LTTeGDFp7m4wimzGXK4wf_PciPEby9KwhXht_WQXvAyIlV9mZCB0ZTzXfC3XuslcH-tpke2mxVnfWjPaWzhGHkQ9pT8rN-fISapVvAz8Fg/w261-h400/Teoria%20General%20de%20Sistemas%20y%20Persona.jpg" width="261" /></a></div><p>Fruto de mi colaboración con la Cátedra de Irene Vázquez de Empresa Centrada en la Persona, ve la luz <i>Teoría General de Sistemas y Persona. Paradigma, ideología, convivencia</i><span> (Editorial UFV, 2021). El libro fue, originalmente, un documento interno, de discusión entre colegas. Es un texto escrito </span><i>a la contra</i><span>, pues me preocupa y duele hondamente el proceso de estandarización que, en orden a la eficiencia, sufren los equipos humanos de las grandes organizaciones. Parejo al tiempo de su escritura ha corrido el crecimiento de la universidad en la que trabajo, con la ¿inevitable? transformación de muchas antiguas relaciones personales en envíos de formularios anónimos.</span></p><p></p><p>La noción de «sistema» se ha extendido para referirse tanto a los equipos como al conjunto de las organizaciones. Esa expresión puede llevarnos a interpretar que los «sistemas humanos» son conjuntos de personas agrupadas entre sí con el objeto de cumplir alguna función –la función del sistema–. Así, cada persona está referida a las demás y al conjunto del sistema. De esta idea se desprenden algunas consecuencias, presentadas a veces a modo de «leyes sistémicas», del tipo: un cambio en alguna persona afecta a todas las demás personas y al conjunto del sistema; y viceversa, un cambio en el sistema afecta a cada una de las personas del sistema y a las relaciones entre ellas. Si estas leyes, y otras semejantes, resultaran ser ciertas, estaríamos ante un saber universal acerca de cómo funcionan los distintos «sistemas humanos», lo que nos permitiría desarrollar una herramienta para diagnosticar cada sistema y para diseñar un proyecto de transformación con el que acompañar al sistema desde su situación actual a otra mejor. Este planteamiento resulta sin duda atractivo.</p>
<a name='more'></a>
<p>Por otro lado, no es un planteamiento nuevo, sino que ha sido ya ensayado en la filosofía, la sociología y la práctica política del siglo XIX y de principios del siglo XX. Esos ensayos han sido acusados de deshumanizadores por reducir a la persona a rol o función y por ofrecer una imagen de la sociedad similar a la de una gran máquina –mecanicismo– o a un gran organismo biológico –organicismo–. En esta investigación repasamos la noción de sistema y el uso que de ella hacen los teóricos de sistemas para hablar de los «sistemas humanos». Al constatar que ese planteamiento puede llevarnos a un reduccionismo de la realidad del hombre y sus relaciones, por cosificarlos y reducirlos a formulaciones matemáticas o lógico–ideales, decidimos ensayar una nueva aproximación a la noción de sistema desde un planteamiento más fenomenológico–existencial, supuesta la estructura dialógica de la persona, que nos permita entender con mayor precisión a qué podemos llamar «sistemas humanos», en la medida en que posibiliten el desarrollo pleno de la persona en sociedad.</p><p>Referencia completa: <span style="background-color: white; color: #444444; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px;">ABELLÁN-GARCÍA, A. </span><i style="background-color: white; color: #444444; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px;"><b>Teoría General de Sistemas y Persona. Paradigma, ideología, convivencia</b></i><span style="background-color: white; color: #444444; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px;">, Colección Diálogos, Editorial UFV. Madrid, 2021.</span></p>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-5650422540915335652022-05-31T14:10:00.004+02:002022-08-21T19:28:53.547+02:00Apología de Sócrates: la primacía de la verdad<p class="MsoNormal"></p>
<table
align="center"
cellpadding="0"
cellspacing="0"
class="tr-caption-container"
style="margin-left: auto; margin-right: auto;"
>
<tbody>
<tr>
<td style="text-align: center;">
<a
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><img
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title="Sócrates, Aspasia y Alcibíades (Nicolas Andre Monsiau)"
/></a>
</td>
</tr>
<tr>
<td class="tr-caption" style="text-align: right;">
Sócrates, Aspasia y Alcibíades (Nicolas Andre Monsiau)
</td>
</tr>
</tbody>
</table>
<p class="MsoNormal">
<span
lang="ES-TRAD"
style='background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;'
>Esta conferencia pone la figura de Sócrates en relación con la primacía de
la verdad pero es, sobre todo, una invitación a quienes la escuchan a leer y
meditar por su cuenta la <i>Apología de Sócrates</i>, texto
breve y dramático que se encuentra entre los fundacionales de la cultura
occidental.</span
><span> </span>
</p>
<p class="MsoNormal">
<span
lang="ES-TRAD"
style='background: white; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;'
>Lleva por título «Sócrates I: la primacía de la verdad (Apología)» y fue
pronunciada el 18 de marzo de 2021 en el Curso Sistemático de Filosofía del
hombre (2022-2021), integrado en el Seminario de Humanidades y Educación
dirigido por el catedrático D. José Manuel García Ramos en la sede de la
<a href="http://www.fuesp.com" target="_blank"
>Fundación Universitaria Española (FUE)</a
>. Tienes abajo una introducción a las ideas allí expuestas.</span
><span style="background-color: white;"> </span>
</p>
<p class="MsoNormal">
<span
lang="ES-TRAD"
style='background: white; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;'
>Creo que la <i>Apología</i> contiene seis ideas fundamentales:
cuatro sobre la sabiduría, que Sócrates expone con la intención de demostrar
que <i>el no es un sabio</i>. Las otras dos, indirectamente
presentadas por Platón, explican por qué Sócrates pierde el juicio y es
condenado a muerte.</span
><span style="background-color: white;"> </span>
</p>
<p class="MsoNormal">
<span
lang="ES-TRAD"
style='background: white; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;'
>Como estas seis ideas pueden contarse en 15 minutos, el resto de la
conferencia consiste en una lectura reposada de algunos pasajes de la
<i>Apología</i> y en un coloquio con los oyentes pues, como dice
Sócrates en este texto, no hay nada más hermoso que conversar con los amigos
acerca de los asuntos importantes de la vida.</span
>
</p>
<p>
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</p>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-48223697233900375272022-05-17T20:44:00.012+02:002022-05-17T23:12:30.308+02:00Don Mario Benedetti, tú quisiste superar todas las grietas<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-3lJTFUJyKys/YXgNGI1RgCI/AAAAAAAAKS0/V5Ra9qF2HFYbI3rGcohjG8viewq7I7xBgCLcBGAsYHQ/s675/mario%2Bbenedetti.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="437" data-original-width="675" src="https://1.bp.blogspot.com/-3lJTFUJyKys/YXgNGI1RgCI/AAAAAAAAKS0/V5Ra9qF2HFYbI3rGcohjG8viewq7I7xBgCLcBGAsYHQ/s16000/mario%2Bbenedetti.jpg" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Mario Benedetti en 1983 (Fuente: Wikipedia)</td></tr></tbody></table>«Voy a cerrar los ojos en voz baja. Voy a meterme a tientas en el sueño. En este instante el odio no trabaja para la muerte, que es su pobre dueño», escribió, una vez, don Mario Benedetti. <i>Hasta mañana</i>, llevaba por título. Sin la esperanza, o sólo a medias, de que mañana hubiera Mañana. Creo que es su poema más trágico, más duro, donde reconoce con crudeza que la vida, cuando estamos verdaderamente despiertos, no tiene sentido. Por eso él prefería soñar e, incluso cuando hablaba en serio, no lo hacía por mucho tiempo. A pesar del miedo que reconocía en este poema terminaba pidiéndonos: «No me lo digan cuando me despierte».
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Hoy hace 13 años que don Mario dejó de escribir poemas en esta tierra y quiero rescatar para dialogicalcreativity lo que escribí entonces en <a href="http://www.lasemana.es/" target="_blank">LaSemana.es</a>. Nos vendieron sus obituarios que fue un poeta comprometido políticamente. Es verdad, y pagó el precio. Dicen que fue un gran poeta, depurado en un estilo muy personal. Dicen que fue un poeta del amor y con seguridad el amor era, para él, lo más importante. En <i>Interview</i>, simula responder a una entrevista en la que dice no creer ni en el infinito, ni en la política ni en el estilo. Cuando le preguntan por el amor no puede dudar: «El amor es una cosa seria». Inmediatamente, añade: «por favor, esto último no vaya a publicarlo».
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Incluso en el amor, Benedetti era un hombre apocado, suavemente irónico, temeroso de sus limitaciones y capaz de valorar lo más sencillo. ¡Que grande aquel poema a <i>La Octava</i> en un concurso de belleza, qué genial <i>Los formales y el frío</i>. Don Mario huía siempre de pretensiones demasiado románticas llamadas, son toda probabilidad, al fracaso. «Compañera / usted sabe / puede contar conmigo / no hasta dos o hasta diez / sino contar conmigo», proponía tímidamente, sin esperar que su amor fuera correspondido. Pero lo fue. Luz, su compañera, pasó con él desde que se conocieron hasta el final de su vida. No me consta que dedicara a Luz, expresamente, uno solo de sus poemas. Pero le dedicó toda su obra, en la primera página de sus Inventarios: «A Luz, como siempre».
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<br />Hace exactamente 13 años, varios amigos pasaron días dándome el pésame, pues saben que yo apreciaba mucho los versos de don Mario, y me han escuchado declamarlos siempre que la ocasión era propicia. Una de sus preocupaciones, ante las injusticias que vivió, es que el mal fuera olvidado. «El olvido está lleno de memoria», escribió a menudo. «Y la verdad será, al final, que no hay olvido», sostuvo en una de sus raras afirmaciones categóricas. <div><br /></div><div>Tampoco habrá olvido de lo bueno que viviste, don Mario, mientras alguien haga suya tu voz y extienda el eco de tus, más que poemas, reflexiones compartidas. </div><div><br /></div><div>No habrá olvido aquí, ni habrá olvido allí, si es cierto lo que dijo San Agustín de que el Padre es la memoria del ser. Uno de tus poemas me sorprendió especialmente: Irse. En él le dices a una mujer lo que Dios le reveló al hombre en la Parábola del hijo pródigo: «Cada vez que te vayas de vos misma, no olvides que te espero en tres o cuatro puntos cardinales. Siempre habrá un sitio, dondequiera, con un montón de bienvenidas. Todas te reconocen desde lejos y aprontan una fiesta, tan discreta, sin cantos, sin fulgor, sin tamboriles, que sólo vos sabrás que es para vos».
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Ahora que tus ojos se han cerrado por última vez en voz baja, ahora que tal vez descubriste que tu sueño es más real que estar despierto en vida, ahora que quizá veas más allá de las injusticias y las limitaciones propias y ajenas… ahora, espero, has confirmado la verdad profunda de ese poema, y la voz del Único que puede pronunciarlo convirtiéndolo en verdad eterna: «Volver es otra forma de encontrarse y así sabrás que allí también te espero».
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Porque tus poemas siempre fueron un encuentro a medias: encuentro en todo lo hermoso que cantaste; desencuentro por todo lo que no te atreviste a soñar. Por eso, si aquí luchaste por vencer todas las <i>Grietas</i> «que separan la maravilla del hombre de los desmaravilladores», ahora estás donde todos y todo es maravilla, donde definitivamente puedes gritar, sin ironías ni temores, que <i>la vida se ensancha</i>. </div><div><br /></div><div style="text-align: center;">.oOo. </div><div><br /></div><div>Este artículo, de la serie Tú también , fue publicado en su versión primera en <a href="http://www.lasemana.es/opinion/noticia.php?cod=23447" target="_blank">LaSemana.es</a>.</div>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-69808704884531978582022-03-21T08:55:00.017+01:002022-08-11T12:07:56.236+02:00Yo siempre vi un sombrero | Encuentros con el Principito<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXJKt84iB_eH7wTyNiGDrMBClx_P2LSFjqzCC6Fdn7nK7BuuHYajoq-iEMiqE1B87Ee8jD3Wa8Dfozg7zGlko8pG8vgfNe2UfZ_V8_OhRw-KGCVsHyBtyCm1934T5OG_3FNTnNgyF3Q0KtK-UNRdcpE_ImDBWv5-SIFVc_Z0sRKsGJIOECjq6cRcvZ/s674/Yo%20siempre%20vi%20un%20sombrero.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="674" data-original-width="478" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXJKt84iB_eH7wTyNiGDrMBClx_P2LSFjqzCC6Fdn7nK7BuuHYajoq-iEMiqE1B87Ee8jD3Wa8Dfozg7zGlko8pG8vgfNe2UfZ_V8_OhRw-KGCVsHyBtyCm1934T5OG_3FNTnNgyF3Q0KtK-UNRdcpE_ImDBWv5-SIFVc_Z0sRKsGJIOECjq6cRcvZ/w284-h400/Yo%20siempre%20vi%20un%20sombrero.jpg" width="284" /></a></div>
<p>Muchos de los que leyeron <i>El Principito</i> de niños no tienen un gran recuerdo de la obra. Porque no es un libro para niños. Al leerlo de adultos, somos muchos los que pensamos: “Nunca supe ver el elefante dentro de la boa; yo siempre vi un sombrero”. Así me decía mi querido <b>José Manuel de León</b> cuando le hablé del libro que <b>Elisa de la Torre</b> y yo estábamos perfilando y que hoy te presento.</p>
<p>En este pequeño libro nos proponemos no sólo enseñar a ver el elefante, sino mucho de lo invisible que contiene el relato del piloto, mucho más de lo que los tópicos populares e incluso la crítica formal han subrayado. <i>El Principito</i> no nos propone un retorno a una infancia acrítica, ni relata una ensoñación, sino que promueve nuestra “imaginación de lo invisible”, nos enfrenta a los misterios que fundamentan nuestra vida, haciéndonos ver con el corazón lo que es invisible a los ojos.</p>
<p>Cada capítulo es una meditación de una frase o un párrafo de cada episodio de <i>El Principito</i>. La estructura de nuestro libro respeta la temporalidad lineal -a diferencia de la obra original- lo que permite recorrer mejor la lógica del drama vital de cada uno de los amigos -el piloto y el principito- que se inicia con el despertar de la vocación, la renuncia a cumplirla, la caída en el desierto -el exilio de una vida sin vocación-, el encuentro con el amigo que nos hace renacer a nuestra vocación y el afrontamiento esperanzado de la soledad, el mal y la muerte.</p>
<p>En la primera parte acompañamos en su viaje al principito: del asteroide B-612 hasta su encuentro con el zorro. En la segunda parte, acompañamos al piloto que quiso ser pintor, desde que descubrió y renunció a su vocación, a la edad de seis años, hasta que su vocación le grita de nuevo en el desierto: Dibújame un cordero. En la tercera parte meditamos sobre el encuentro entre el principito y el piloto. Nuestra contemplación de estas dos vidas concluye frente al más bello y más triste paisaje del mundo</p><a name='more'></a>
<p>Estas meditaciones van precedidas por una introducción que explica el origen del libro: el encuentro entre un profesor de filosofía y una alumna de Bellas Artes, unidos en la asignatura <i>Introducción a los Estudios Universitarios</i> en la <a href="https://www.ufv.es" target="_blank">Universidad Francisco de Vitoria</a>. Y concluyen con una revisión de las ediciones del libro de Saint-Exupery y de los títulos más significativos en tomo a esa obra.</p>
<p>Referencia: Abellán-García Barrio, A. y De la Torre Llorente, E. <i>Yo siempre vi un sombrero. Encuentros con el Principito</i>. Editorial UFV, 2022.</p>
<p>¿Dónde comprar el libro? Aquí tienes la <a href="https://www.editorialufv.es/distribuidores/" target="_blank">lista de los distribuidores de la Editorial UFV</a>.</p>
<p><b>Revista de prensa:</b></p>
<ul>
<li><a href="https://youtu.be/OgcO-BNR4ZM" target="_blank">Es Cultura (Mirada XXI TV): 24' 35''</a></li>
<li><a href="https://radiomaria.es/podcast/rompiendo-moldes-27-03-22/" target="_blank">Rompiendo Moldes (Radio María): 7' 45''</a></li>
<li><a href="https://www.abc.es/cultura/libros/abci-editorial-publica-siempre-sombrero-encuentros-principito-202206151021_noticia.html" target="_blank">Diario Abc</a> (reseña)</li>
<li><a href="https://www.cope.es/programas/mediodia-cope/noticias/alvaro-abellan-garcia-conozco-nadie-quien-haya-gustado-principito-pequeno-20220728_2221449" target="_blank">Entrevista de Pilar García Muñiz en Mediodía COPE (audio)</a></li></ul><p></p>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-74898361001771492572021-11-08T07:26:00.004+01:002022-08-22T15:26:17.225+02:00¿Cómo escoger qué libros leer?<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-5ms73BixJjE/YXgO7Ge9qQI/AAAAAAAAKS8/WuEhkpu0Ic8RbdW0h80G8fzPuVgrXlYOgCLcBGAsYHQ/s675/Escoger%2Blibro.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="675" src="https://1.bp.blogspot.com/-5ms73BixJjE/YXgO7Ge9qQI/AAAAAAAAKS8/WuEhkpu0Ic8RbdW0h80G8fzPuVgrXlYOgCLcBGAsYHQ/s16000/Escoger%2Blibro.jpg" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Fotografía por cortesía de <a href="https://www.pexels.com/es-es/foto/hombre-con-anteojos-y-sudadera-con-capucha-dentro-de-la-biblioteca-1848924/" target="_blank">Malte Luk</a></td></tr></tbody></table><br />Hay mucho bueno que leer como para perder demasiado el tiempo en lecturas prescindibles. ¿Qué elegir? ¿<a href="https://www.dialogicalcreativity.es/2019/01/escuchar-con-los-ojos-los-muertos.html" target="_blank">Qué entiende Quevedo por <i>doctos</i> libros</a>? Él nos da al menos cuatro criterios:<br />
<ul>
<li><b>Pocos</b>: es decir, rechacemos la sed de libros, huyamos de la bulimia que afecta a tantos lectores voraces a quienes poco aprovecha lo que leen, porque lo olvida todo, o lo mezclan todo. «Escoger los libros y escoger en los libros», enseña A-D. Sertillanges.</li>
<li><b>Doctos</b>: es decir, obra de autores sabios, cultivados.</li>
<li><b>Difuntos</b>. Frente a las novedades editoriales, las críticas de prensa, los títulos de ocasión –no es que nada de esto sea malo, pero es menos fiable, más oportunista-, confiemos en las obras que han superado la criba de los tiempos, que la sabia tradición ha decidido conversar por algo.</li>
<li><b>Si no siempre entendidos, siempre abiertos</b>: aquellos cuyo secreto no se nos regala a la primera, pero que nos invitan a no cerrarlos nunca, pues lo mucho o poco que sacamos de ellos…</li>
<li><b>Nos despiertan y mejoran</b>: enmiendan o fecundan nuestros asuntos, traen una voz que nos despierta de las opiniones y modas: nos ponen frente a las verdades universales. </li>
</ul>
No lo dice expresamente, pero se intuyen otros dos criterios:<br />
<ul>
<li>Los que nos muestran, a su modo, <b>lo eterno</b>.</li>
<li>Los que contienen «<b>el espesor de muchos hombres</b>» (Kenneth Clark, <i>¿Qué es una obra maesra</i>, Icaria, Barcelona, 1980, 11). Es decir que no sólo son el espejo de un alma, sino un mapa del mundo; no la voz de un hombre, sino del Hombre.</li>
</ul>
Naturalmente, no son estos los únicos libros que podemos o debemos leer. Por necesidad, trabajo, estudio o distracción, será necesario o conveniente enfrentarse a otros. Pero tocaba hablar hoy, por esta vez, de los mejores.Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-78631951651834926792021-10-26T14:09:00.003+02:002021-10-26T14:10:47.754+02:00El reconocimiento de lo sagrado en la teoría de los mundos posibles poéticos<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-7dN0D8fNNAI/YXfuyFmKSZI/AAAAAAAAKSs/074q4z-a1cEkj6kCxvShiA8zh_t8TsqTgCLcBGAsYHQ/s675/indiana%2Bjones%2Bcaliz.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="287" data-original-width="675" src="https://1.bp.blogspot.com/-7dN0D8fNNAI/YXfuyFmKSZI/AAAAAAAAKSs/074q4z-a1cEkj6kCxvShiA8zh_t8TsqTgCLcBGAsYHQ/s16000/indiana%2Bjones%2Bcaliz.jpg" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Fotograma de <i>Indiana Jones y la última cruzada</i> (Steven Spielberg, 1989).</td></tr></tbody></table><br />La perspectiva de estudio que ofrecen los mundos posibles está plenamente instalada en literatura desde hace décadas. El interés de estos autores era el de superar los límites del formalismo y del estructuralismo al prometer un mayor énfasis en el “mundo del texto” y las “verdades” en él contenidas, frente a la mera estructura del texto. Sin embargo, “mundo” y “verdad” se dicen en muchos sentidos, también entre los diversos teóricos que podemos adscribir a esta joven tradición. Si bien algunos de estos autores cuestionan la ontología del mundo ficcional como nota distintiva entre diversos géneros literarios (realista y fantástico, por ejemplo), no suelen cuestionar sus propios presupuestos ontológicos y gnoseológicos sobre el mundo real, a pesar de que eso condiciona el desarrollo de sus planteamientos. Por ejemplo: la aparición de “lo sagrado” en una novela, ¿determina que ésta pertenezca al género de Fantasía, o puede, más bien, presentarse como una obra marcadamente realista?
<br /><span><a name='more'></a></span><br />
Mi colega <b>Arturo Encinas</b> hemos publicado un artículo que trata de resolver la pregunta sobre la posibilidad del reconocimiento de lo sagrado en las teorías de los mundos posibles poéticos, un asunto poco desarrollado explícitamente, pero de importantes consecuencias a partir de la noción subyacente de “mundo” que maneja cada autor. Puedes consultarlo aquí:<div> <div>
<div><span style="background-color: white; color: #444444; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px;">ABELLÁN-GARCÍA, Álvaro y ENCINAS CANTALAPIEDRA, Arturo. "</span><b style="background-color: white; color: #444444; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px;"><a href="https://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1080/23753234.2021.1961594" style="color: #1c327d; text-decoration-line: none;" target="_blank">The recognition of the sacred in theories of possible worlds: some hermeneutic orientations</a></b><span style="background-color: white; color: #444444; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px;">", en </span><a href="https://www.tandfonline.com/toc/rchu20/current" style="background-color: white; color: #1c327d; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px; text-decoration-line: none;" target="_blank">Church, Communication and Culture</a><span style="background-color: white; color: #444444; font-family: "PT Sans"; font-size: 15.4px;">, vol. 6, 2, 2021, pp. 175-193.</span></div></div></div>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-74772825694697365232021-07-22T16:32:00.006+02:002021-10-26T17:42:09.403+02:00Cada imagen es un mundo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-TL5xh_DWbQY/YPmBA0H2WZI/AAAAAAAAKQU/XfaW22BVeogRgp9YXonWnp-G3-QmgcfsACLcBGAsYHQ/s1450/Cada%2Bimagen%2Bes%2Bun%2Bmundo.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1450" data-original-width="1026" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-TL5xh_DWbQY/YPmBA0H2WZI/AAAAAAAAKQU/XfaW22BVeogRgp9YXonWnp-G3-QmgcfsACLcBGAsYHQ/w283-h400/Cada%2Bimagen%2Bes%2Bun%2Bmundo.jpg" width="283" /></a></div>Los capítulos que componen esta obra colectiva exploran diversos objetos culturales (fotografías, series y películas de ficción, documentales, videojuegos, cómics) fruto de la imaginación humana. Como objetos culturales, son «medios expresivos» cuya dimensión sensible, reconocible por cualquiera, ejerce una primera mediación entre autor y espectador (poeta y teórico, diría el griego). Pero esas imágenes sensibles están compuestas de tal modo que alumbran una cierta cosmovisión –imagen racional y deliberativa– conectada con todo un mundo –el nuestro– en cuya interpretación intervenimos todos, y lo hacemos juntos en la medida en que entramos en diálogo con las mismas obras. <br /><br />
Al participar en ese diálogo ensayamos nuestra potencia especulativa (de pensar, teorizar o imaginar diversas interpretaciones posibles, verosímiles o necesarias de aquello que observamos) y nuestra potencia práctica (de imaginar y proyectar diversas posibilidades de acción para obtener un bien y realizar nuestra propia vida). Así, al revisar en diálogo crítico nuestra imagen del mundo, estaremos prevenidos para evitar naufragar en nuestra circunstancia y procurarnos una navegación favorable a nuestro destino.<br />
<span><a name='more'></a></span><br>
Además de coordinar el volumen, realizo en él una contribución específica: “Mundo actual y mundos posibles a propósito de una fotografía de Henri Cartier-Bresson”. Este trabajo prolonga el desarrollo de la Teoría Dialógica de la Comunicación mediante la incorporación en su seno de una noción en auge en el mundo académico, la de «mundo posible» (possible world), cuyo interés teórico superó hace tiempo las fronteras de la lógica modal para fecundar los ámbitos de la ciencia, el arte y la técnica, la psicología cognitiva, la teoría de la literatura, los estudios de la ficción, la comunicación social (cine, periodismo y opinión pública) y la narratología, donde ha tenido aplicaciones para objetos culturales como el cine, la serialidad televisiva y los videojuegos. Este capítulo, además de un desarrollo teórico original, analiza al detalle <a href="https://www.parismuseescollections.paris.fr/es/node/173157#infos-principales" target="_blank"><i>Braserie Lipp</i> (París, 1969)</a>, una de las piezas maestras de Henri Cartier-Bresson. He contemplado esa fotografía durante años; y no sólo por su valor estético, sino también como fuente de inspiración para desarrollar la filosofía del diálogo.
<br /><br />
El conjunto del libro recoge algunos frutos del II Congreso Internacional Imagen y Reconocimiento, organizado en el seno de la IV Semana de la Imagen de la Universidad Francisco de Vitoria (SIMUFV 2020). El objetivo del congreso, a medio plazo, es convertirse en una referencia nacional para el encuentro y el debate entre los diversos agentes vinculados a la comunicación audiovisual: estudiantes universitarios, profesionales, académicos y empresas que desarrollan y comercializan tecnología.<div><br /></div><div>Referencia: Abellán-García A. (Coord.) <i>Cada imagen es un mundo</i>, Sindéresis, Madrid, 2020.<br /><br />Reseña académica de Victoria Hernández en <i><a href="https://revistascientificas.uspceu.com/doxacomunicacion/article/view/887" target="_blank">Doxa Comunicación</a></i>, nº 32, pp. 484-487.</div>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-17838705658831010892020-12-01T19:52:00.005+01:002022-08-22T15:26:50.391+02:00Patria: ficción y agentes sociales<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-KrdoPteQxNE/X8aPBTr5RII/AAAAAAAAKHs/kvB77maH0KYIk0V97lAGmnw4WGy6Q18hQCLcBGAsYHQ/s842/Cartel%2Brectangular.jpeg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="842" data-original-width="595" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-KrdoPteQxNE/X8aPBTr5RII/AAAAAAAAKHs/kvB77maH0KYIk0V97lAGmnw4WGy6Q18hQCLcBGAsYHQ/w283-h400/Cartel%2Brectangular.jpeg" width="283" /></a></div><div>En el Grupo Estable de Investigación <b>Imaginación y Mundos Posibles</b> nos dedicamos a investigar las posibilidades de la ficción como medio para la reflexión y la acción social. Cuando supimos que <i>Patria</i> (<b>Fernando Aramburu</b>, 2014) iba a ser adaptada a mini serie de televisión por HBO España (<b>Aitor Gabilondo</b>, 2020), sospechamos que el asunto daría de qué hablar y que la reflexión y la toma de postura de la sociedad española en relación con el terrorismo de ETA y sus víctimas recobraría interés en el debate público, a raíz de una ficción.</div><br /><i>
Patria </i>no es, además, la única referencia audiovisual reciente a aquel periodo de nuestra historia. A lo largo de estos meses se ha estrenado <i>La línea Invisible,</i> <i>El Final del silencio</i> (ambas en Movistar+) y <i>El desafío: ETA</i> (Amazon Prime). Parece que inauguramos una nueva fase en el debate público sobre aquel episodio de nuestra historia, y que la ficción, además del documental, se nos presenta como un medio propicio para alentar esa reflexión. <br /><br />
Muchas personas tienen ya una postura bastante definida sobre este asunto, que parece además cosa del pasado. Pero las consecuencias del terrorismo pesan hoy en el presente del País Vasco y del conjunto de España, a menudo de forma indirecta, aunque la mayoría de nosotros no estemos al tanto, por ejemplo, de las políticas penitenciarias, del cuidado de las víctimas, de los casos sin resolver, etc. Y en este hoy en el que las heridas provocadas por la violencia siguen abiertas, contamos con una inmensa mayoría de jóvenes que no saben hoy apenas nada de ETA.<br />
<a name='more'></a><br />
Entre las acciones que nos hemos propuesto en el GEI para estudiar este asunto, te presento ahora las jornadas <b>Patria y Agentes Sociales</b> (14 y 15 de diciembre de 2020, Universidad Francisco de Vitoria). Por razones sanitarias, el aforo será muy limitado, pero el curso podrá seguirse <a href="https://ufv-es.instructure.com/courses/12364" target="_blank">mediante este enlace</a>. <br /><br /><div style="text-align: center;">.oOo. </div><div><br /></div><div>
Formato mixto (presencial y online): salón de Grados (Ed. Central), Universidad Francisco de Vitoria.<br /><br /><b>
Organiza: </b><br />
Grupo Estable de Investigación Imaginación y mundos posibles, adscrito a la Facultad de Comunicación de la Universidad Francisco de Victoria. <br /><br /><b>
Dirección: </b><br />
Dra. Dña. Laura Zazo Correa<br />
Dr. D. Álvaro Abellán-García Barrio<br /><br /></div><div>
<b>Objetivos: </b><br />
• Valorar el potencial especulativo de <i>Patria </i>(y la ficción en torno a ETA y las víctimas) para asimilar, entender, comprender y hacer partícipes a otros de este fenómeno histórico. <br />
• Valorar el potencial práctico de <i>Patria </i>(y la ficción en torno a ETA y las víctimas) para contribuir a un cambio real en la percepción, las actitudes y la acción personal y social en relación con este periodo de nuestra historia. <br />
• Probar la fecundidad analítica de las nociones teóricas de de imaginación, mundo posible, vigencias sociales, mímesis de acción y mímesis de mundo. <br />
<br /><b><br />
</b></div><div><b>14 de diciembre de 2020</b><br /><br /></div><div>
<b>9:30-11h. MESA 1: ¿Otro mundo más justo es posible? </b><br />
Modera: Laura Zazo, doctora en Ciencias de la Información<br />
• <b>Carlos Urquijo</b>, director del Proyecto Dignidad, <br />
• <b>Santiago Milans del Bosch</b>, socio director de Milans del Bosch Abogados<br /><br /></div><div>
<b>12-13:30h. MESA 2: ¿Un mundo atravesado por la necesidad del perdón?</b> </div><div>Modera: Álvaro Abellán-García, doctor en Humanidades y Ciencias Sociales, coordinador del GEI Imaginación y mundos posibles<br />
• <b>Ester Pascual</b>, Derecho restaurativo profesora UFV<br />
• <b>Txema Urkijo</b>, impulsor del programa de encuentros restaurativos entre presos arrepentidos de ETA y víctimas del terrorismo</div><div><br /><b>
15:30-17h. MESA 3: Religión, nacionalismo y violencia</b><br />
Modera: Arturo Encinas, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad Francisco de Vitoria<br />
• <b>Joseba Arregui</b>, teólogo, sociólogo, profesor universitario y político<br />• <b>Santiago Huvelle</b>, doctor en Filosofía, investigador en fenomenología del hecho religioso</div><div><b><br /></b></div><div><b><br /></b></div><div>
<b>15 de diciembre de 2020 </b><br /><br /></div><div><b>
9:30-11h. MESA 1: Los préstamos de la ficción al cine documental y al periodismo</b> </div><div>Modera: Ana del Valle, doctora en Humanidades y Ciencias Sociales<br />
• <b>Luis Ferrández</b>, director de cine y de cine documental<br />
• <b>Iñaki Arteta</b>, director de cine y de cine documental<br />
• <b>Gabriel Sánchez</b>. periodista<br /><br /></div><div>
<b>12-13:30h. MESA 2: Ficción y prácticas sociales</b><br />
Modera: Íñigo Urquía, profesor de la Facultad de Comunicación en la Universidad Francisco de Vitoria<br />
• <b>Ignacio Latierro</b>, dueño de la librería LAGUN<br />
• <b>Santiago de Pablo</b>, historiador, Universidad del País Vasco<br />
• <b>Miguel López-Remiro</b>, artista y ex subdirector del Museo Guggenheim de Bilbao<br />
</div>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-56384868108551717812020-10-10T13:27:00.003+02:002020-10-10T13:27:15.351+02:00‘El Principito’ y la imaginación de lo invisible<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-WeX1wp7XoUg/X4GZFx6GG6I/AAAAAAAAKD4/a_FDeNdi_akxASvDyueZ7ZDWbLJuCQd4ACLcBGAsYHQ/s731/El%2Bprincipito%2By%2Blo%2Besencial%2Binvisible.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="731" data-original-width="675" src="https://1.bp.blogspot.com/-WeX1wp7XoUg/X4GZFx6GG6I/AAAAAAAAKD4/a_FDeNdi_akxASvDyueZ7ZDWbLJuCQd4ACLcBGAsYHQ/s16000/El%2Bprincipito%2By%2Blo%2Besencial%2Binvisible.jpg" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Ilustración de Antoine de Saint-Exupéry para <i>El Principito</i><br /></td></tr></tbody></table><br /><div>
Muchos estudiosos defienden que la Fantasía como género moderno surge como un cuestionamiento de la categoría de «realidad». Parten de esta constatación: el sentido común de una época considera «reales» una serie de cosas e «irreales», «falsas» o «imposibles» otra serie de cosas. Según ellos, el género fantástico juega a introducir en ese «sentido común» lo que se considera irreal, falso o imposible y lo hace aparecer como verdadero, eficaz, poderoso. De esta forma, en esas obras, el considerado orden <i>natural</i> de las cosas se ve amenazado o alterado… y precisamente en lo que provoca en la obra –y en el lector– esa alteración, residiría lo específico de lo fantástico.
<br />
<a name='more'></a><br />
En líneas generales, es un planteamiento razonable. Pero, después de decir esto, algunos estudiosos sacan otras conclusiones, a mi juicio más discutibles. Sostienen, por ejemplo, que la intención de estas obras es subvertir los valores, fomentar el relativismo, cuestionar viejos dogmas, quebrar definitivamente la noción básica de «realidad». Esto, que quizá sea el objetivo de algunas obras de fantasía, no lo es de otras. Es muy fácil encontrar obras maestras de este género que más bien lo que hacen es recuperar viejos dogmas, restaurar valores y afirmar un realismo radical sobre cuestiones que precisamente el sentido común de nuestra época considera «irreales», como el Bien y el Mal encarnados.
<br /><br />
En el ámbito anglosajón, C.S. Lewis, J.R.R. Tolkien y G.K. Chesterton abanderaron una utilización del género fantástico para combatir la estrecha noción cientificista de realidad que era <i>el sentir común</i> de su época y para volver a proponer como muy reales –más reales que la realidad cotidiana– los valores del espíritu y la tradición judeo-cristiana y greco-romana.
<br /><br />
El caso de <i>El Principito</i> es quizá más significativo, en cuanto que todo el libro gira en torno al descubrimiento de «lo esencial» que, sin embargo, siendo lo más importante y verdadero, «es invisible a los ojos». De ahí la constante acusación a las personas mayores de ser ignorantes e infelices porque sólo se fijan en la superficie y los números. Este pequeño de libro de Saint-Exupéry cumple con lo dicho sobre la fantasía en el primer párrafo de esta nota. Pero, lejos contener una propuesta relativista o subversiva, se consagra a recuperar –si bien, de un modo nuevo– la visión fundacional de la cultura Occidental. Aquella que revela que el mundo está sostenido por vínculos espirituales e invisibles cuya fuerza última es el amor.
<br /><br />
Esto, que tal vez es fácil de intuir para muchos, requiere, en el ámbito académico, de una sólida fundamentación. A ella he querido contribuir con esta publicación que acaba de ver la luz y que puedes descargar ya gratuitamente: ABELLÁN-GARCÍA, Álvaro, "<a href="https://publicaciones.unex.es/index.php/AEF/article/view/318/346" target="_blank">Le Petit Prince y la imaginación de lo invisible</a>", en el <a href="https://publicaciones.unex.es/index.php/AEF/index" target="_blank">Anuario de Estudios Filológicos</a>, vol. XLIII, nº 2020, pp. 5-23.
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Dudo de si animarte o no a leer el artículo, pues está escrito pensando en las <i>personas mayores</i>; pero, si lo haces, sí te aconsejo encarecidamente que después de hacerlo vuelvas de inmediato a lo esencial, cojas tu ejemplar de <i>El Principio</i> y goces del hermoso modo en el que allí están expresadas algunas grandes verdades sobre el ser humano.
Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-80849635173535605402020-05-18T12:17:00.001+02:002020-05-18T12:24:03.195+02:00David Lynch: «Somos como bombillas. Si la dicha empieza a crecer en nuestro interior, se enciende una luz que afecta al entorno»<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-FTTWb3tqh98/XsJgD5IrWzI/AAAAAAAAJrA/9dVchhC0CC0EPaZQC87iji6XcbOByOA4gCLcBGAsYHQ/s1600/LYNCH%2BDavid%2B-%2Bpintando.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="352" data-original-width="675" src="https://1.bp.blogspot.com/-FTTWb3tqh98/XsJgD5IrWzI/AAAAAAAAJrA/9dVchhC0CC0EPaZQC87iji6XcbOByOA4gCLcBGAsYHQ/s1600/LYNCH%2BDavid%2B-%2Bpintando.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Captura del documental <i>David Lynch: The Art Life </i>(<b>Jon Nguyen </b>y <b>Rick Barnes</b>, 2016)</td></tr>
</tbody></table>
<i><br /></i>
<i>Atrapa el pez dorado</i> (<b>David Lynch</b>, Reservoir Dogs, 2008) es un ensayo sobre las ideas y la creatividad aplicado a la producción de películas. El sustrato de fondo supone la meditación trascendental, que Lynch practica desde hace más de 30 años, como forma de mejorarse a uno mismo y el propio entorno. Obviando el tema de la meditación trascendental y sus relaciones con la teoría unificada de la física, muchas ideas del libro sobre el cine y su producción me parecen notables. Era una lectura que tenía pendiente desde hace tiempo, y una conversación con <b><a href="https://twitter.com/inigourquia" target="_blank">Íñigo Urquía</a></b> a la par que la revisión de un futuro capítulo de libro de <b>Ana B. Gallego-Martínez</b> son las que me animaron a cumplir mi olvidado propósito.
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<a name='more'></a><br />
Comparto la idea de Lynch de que una película no sólo sirve para contar una historia, sino que puede permitirnos crear y habitar mundos posibles poéticos: «No sé por qué, pero entrar en un cine y que se apaguen las luces es mágico. […] Así te adentras en otro mundo» (25). «Se trata de inventar un mundo, una experiencia que la gente no tendría de no ver esa película» (27). «En el cine es fundamental la sensación de lugar, porque quieres entrar en otro mundo. Cada historia posee un mundo propio, un ambiente y una atmósfera también propios» (133). «Hay dos películas suyas [de <b>Billy Wilder</b>] que aprecio particularmente porque crean mundos propios: <i>El crepúsculo de los dioses</i> y <i>El apartamento</i>» (149).
<br />
<br />
Su concepción del cine como mundo atraviesa toda su filmografía, pero también afecta a su proceso creativo, pues la noción de mundo presupone: a) una idea vertebradora del mismo y b) una coherencia o consistencia de todos los elementos del mundo en torno a esa idea originaria. De ahí que las obras de Lynch, que juegan con el misterio y lo incomprensible, tengan, sin embargo, la consistencia interna suficiente como para que nos demos cuenta de que tal vez entendemos poco de lo que ocurre, pero ahí hay sin duda un <i>sentido</i> oculto que da consistencia a lo que ocurre. De ahí que tengamos la necesidad de hablar de sus películas (y de <i>Twin Peaks</i>) y de tratar de explicarlas.
<br />
<br />
Lynch combate en este libro dos tópicos muy peligrosos. El primero de ellos, sobre el sufrimiento del artista: «Para el artista es bueno entender el sufrimiento y la tensión. Son cosas que pueden aportarle ideas. Pero te garantizo que, si soportas demasiada tensión, serás incapaz de crear. Y un exceso de conflicto se interpondrá en el camino de la creatividad» (109). Frente al tópico del sufrimiento, Lynch propone que el cineasta ha de ampliar su «conciencia», pues el tamaño de la conciencia da cuenta de la cantidad de cosas que el artista puede llevar en su interior y proponer en sus obras; y la paz que es fruto de esa consciencia permite al cineasta alcanzar claridad sobre la unidad subyacente a todas las cosas y sobre el orden que han de tener los elementos de su mundo cinematográfico.
<br />
<br />
El segundo tópico peligroso que combate Lynch es el del valor de las drogas: «Todos queremos la dicha y una conciencia expandida. Es un deseo humano, natural. Y mucha gente desea satisfacerlo mediante las drogas. Pero el problema está en que las drogas tienen un impacto muy fuerte en el cuerpo, en la psicología. Las drogas perjudican el sistema nervioso y por tanto dificultan poder alcanzar dichas experiencias por tu cuenta […] Además, por medios naturales se alcanzan experiencias mucho más profundas» (119).
<br />
<br />
El libro cuajado de breves reflexiones sobre algunas de sus películas y sobre distintos aspectos de la producción de cine: trabajo con actores, música, sonido, escenografía, rodaje… dedica reflexiones interesantes a las posibilidades del vídeo digital y da algunos consejos a los jóvenes creadores.
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El libro termina exponiendo los fines de la <a href="https://www.davidlynchfoundation.org/" target="_blank">Fundación David Lynch para la Educación Basada en la Conciencia y en la Paz Mundial</a>. Sin duda, esta faceta de Lynch sorprenderá a los que sólo lo conocían por mediación de sus películas.
Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-91111912689650563902020-05-04T11:30:00.000+02:002020-05-04T17:49:57.296+02:00¿A qué demonios nos referimos cuando definimos a alguien como un «héroe»?<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-jmuYibvZqco/Xq7sQLOxW5I/AAAAAAAAJmw/hLguaFyIOxYqW5cVdfuTKMBBdPcauW7NwCLcBGAsYHQ/s1600/Frodo%2Ben%2Bel%2Bmonte%2Bdel%2Bdestino.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="349" data-original-width="670" src="https://1.bp.blogspot.com/-jmuYibvZqco/Xq7sQLOxW5I/AAAAAAAAJmw/hLguaFyIOxYqW5cVdfuTKMBBdPcauW7NwCLcBGAsYHQ/s1600/Frodo%2Ben%2Bel%2Bmonte%2Bdel%2Bdestino.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div style="text-align: right;">
<b style="font-size: 12.8px;">Frodo</b><span style="font-size: 12.8px;">, en el Monte del Destino, a punto de renunciar a cumplir su misión.</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: 12.8px;">Fotograma de </span><i style="font-size: 12.8px;">El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey </i><span style="font-size: 12.8px;">(</span><b style="font-size: 12.8px;">Peter Jackson</b><span style="font-size: 12.8px;">, 2003)</span></div>
</td></tr>
</tbody></table>
Después de la histórica frase <a href="https://eldebatedehoy.es/noticia/politica/20/03/2020/lavarse-las-manos-coronavirus" target="_blank">«el heroísmo consiste también en lavarse las manos y quedarse en casa»</a> (<b>Pedro Sánchez </b><i>dixit</i>), me ha conmovido re-encontrarme con este párrafo:<br />
<br />
«He sufrido heridas demasiado profundas, <b>Sam</b>. Intenté salvar la Comarca, y ha sido salvada, pero no para mí. Así suele ocurrir, Sam, cuando las cosas están en peligro: alguien tiene que renunciar a ellas, perderlas, para que otros las conserven».
<br />
<br />
Así queda descrita la verdadera relación del héroe con el conjunto de la comunidad a la que pertenece. Esta descripción sí nos permite identificar con piadoso respeto a los verdaderos héroes de estos primeros meses de pandemia; y habrá otros, de otros gremios, en los meses por venir.
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<a name='more'></a><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-1qyG2ad9Wyg/Xq7qYnX3VWI/AAAAAAAAJmk/FD63UxZaUYwlXkZgif_yMy6tewjHAX8LgCLcBGAsYHQ/s1600/El%2Bviaje%2Bdel%2Banillo%2BEduardo%2BSegura.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="977" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-1qyG2ad9Wyg/Xq7qYnX3VWI/AAAAAAAAJmk/FD63UxZaUYwlXkZgif_yMy6tewjHAX8LgCLcBGAsYHQ/s320/El%2Bviaje%2Bdel%2Banillo%2BEduardo%2BSegura.jpg" width="208" /></a></div>
He aprovechado estas semanas de confinamiento para consumir un tipo de producto que se cuenta entre los menos perecederos que jamás ha producido el hombre. Tengo varios de ellos, desde hace años, en mi despensa, esperando el momento oportuno. Los abro ahora y están en su punto. Hablo, claro está, de buenos libros. En concreto, hoy me refiero a <i>El viaje del Anillo</i>, de <b>Eduardo Segura</b> (EUG, 2016).
<br />
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Es cierto que este libro de investigación se beneficia de la calidad del libro investigado, obra de creación: <i>El Señor de los Anillos</i>, de <b>J. R. R. Tolkien</b>. Pero hay libros infumables sobre Tolkien y su mitología. Este se disfruta por dos razones: primera, es una buena investigación; segunda, te ayuda a comprender la genialidad de la obra estudiada, es decir, te ayuda a amarla más y mejor.
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Indirectamente, <i>El viaje del Anillo</i> es también una lección de teoría de la Literatura y de análisis literario. En el Capítulo 1, Segura nos cuenta la compleja y peculiar génesis literaria de <i>El Señor de los Anillos</i>. En adelante, Segura adopta como marco general el planteado por el narratólogo <i>Gérard Genette</i> (<i>Figuras III</i>). Así, distingue entre <i>la historia</i> (los acontecimientos al final de la Tercera Edad que culminan con la destrucción del Anillo Único), <i>el relato</i> (el texto) y <i>la narración</i> (la acción de contar la historia mediante el relato). Estas distinciones nos permiten descubrir la originalidad de <i>El Señor de los Anillos</i>, obra maestra de la literatura, en tres aspectos concretos, cada uno de ellos tratado en su correspondiente capítulo: el 2, sobre la voz narrativa; el 3, sobre el tiempo narrativo; y el 4, sobre el modo narrativo.
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<br />
Finalmente llega la exposición de las conclusiones. La primera subraya el dominio que Tolkien tenía en el campo de la Literatura y la Filología comparadas en el área de la mitología y la épica del norte de Europa, así como el efecto de esa literatura en la sensibilidad y personalidad del autor. Otras ocho conclusiones, que repasan pormenorizadamente los frutos de la investigación, nos conducen a la última: Tolkien ha integrado el estilo de la épica con la arquitectura del relato novelesco, renovando así uno de los estilos literarios más antiguos.
<br />
<br />
Voy a confesarte algo, ahora que no nos oyen los estetas: si <i anillos="" de="" i="" l="" los="" or="" se=""> sólo supusiera una renovación literaria, yo creo que la cosa no sería para tanto. Pero ocurre que la literatura, cuando es leída por muchos y releída con frecuencia, enseña y contagia un modo de vivir. De forma que al renovar el estilo épico Tolkien hace otra cosa: actualiza para el hombre contemporáneo, postmoderno y descreído el sentido perenne de la verdadera heroicidad.</i>Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-77593115110990079232020-05-01T00:00:00.001+02:002020-05-01T09:58:51.099+02:00El heroísmo cotidiano<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-iu6Mw5Ws-JQ/XqtIdBU8nMI/AAAAAAAAJlg/e7sG9EXmCX0YKJL8-pXRbq6esZQLGs9NgCLcBGAsYHQ/s1600/Alvaro%2BAbellan%2BVidanes%2B2015.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="670" data-original-width="670" src="https://1.bp.blogspot.com/-iu6Mw5Ws-JQ/XqtIdBU8nMI/AAAAAAAAJlg/e7sG9EXmCX0YKJL8-pXRbq6esZQLGs9NgCLcBGAsYHQ/s1600/Alvaro%2BAbellan%2BVidanes%2B2015.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Foto: <b>Álvaro Abellán-García</b>, <i>Castilla</i>, 2015.</td></tr>
</tbody></table>
Veo a muchas personas preguntarse qué pueden hacer en tiempos de oscuridad. Sin duda, hay algunas personas que han quedado desocupadas, cuyo tiempo cotidiano se ha vaciado de contenido. Ellas han de descubrir nuevos vectores que orienten su vocación. Sin embargo, la gran mayoría de nosotros, seguimos teniendo las mismas responsabilidades, sólo ha cambiado la circunstancia. Pienso, evidentemente, en todos los trabajadores de servicios esenciales, pero también en todos los tele-trabajadores. Pienso especialmente en padres e hijos, profesores y alumnos, familiares y amigos. Todo eso lo somos hoy igual que ayer, pero hemos de aprender a serlo ahora de un modo singular, nuevo. Y entonces recuerdo las palabras de Eugenio d'Ors.<br />
<a name='more'></a><br />
«Pero yo te digo que cualquier oficio se vuelve filosofía, se vuelve arte, poesía, invención, cuando el trabajador da a él su vida, cuando no permite que ésta se parta en dos mitades: la una para el ideal; la otra para el menester cotidiano. Sino que convierte cotidiano menester e ideal en una misma cosa, que es, a la vez, obligación y libertad, rutina estricta e inspiración constantemente renovada».<br />
<br />
<b>Eugenio d’Ors</b>, <i>Aprendizaje y heroísmo</i>, Madrid, 1915, p. 19.<br />
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Hay, aquí, una hermosa épica del hombre común que trasciende los tiempos de coronas y de virus, un heroísmo de lo cotidiano más propio de <i>Los trabajos y los días</i>.Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-59758403540719036092020-03-22T19:31:00.000+01:002020-03-23T10:47:27.607+01:00Vivir es intentar descubrir lo que viviríamos si viviésemos<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-i_7AWJ8wBHQ/XnerCQ70A0I/AAAAAAAAJVk/wlW4LQnEnqQu-z9QnuSVGJATCtIAFqMGACEwYBhgL/s1600/Dormicion%2Bde%2Bla%2BVirgen%2BIcono.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="877" data-original-width="735" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-i_7AWJ8wBHQ/XnerCQ70A0I/AAAAAAAAJVk/wlW4LQnEnqQu-z9QnuSVGJATCtIAFqMGACEwYBhgL/s400/Dormicion%2Bde%2Bla%2BVirgen%2BIcono.png" width="335" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Icono de la dormición de la <b>virgen María</b></td></tr>
</tbody></table>
Estábamos acostumbrados a vivir de una manera. El coronavirus nos obliga a aprender a vivir, de nuevo. Pero, ¿no debería ser este el plan nuestro de cada día?<br />
<br />
«Siempre me asusta escribir las primeras líneas, cruzar el umbral de un nuevo libro. […] Los capítulos todavía sin escribir deberían adivinarse ya, pugnando por nacer, en el semillero de las palabras elegidas para empezar. Pero ¿cómo se hace eso? Mi bagaje ahora mismo son las dudas. Con cada libro vuelvo al punto de partida y al corazón agitado de todas las primeras veces. Escribir es intentar descubrir lo que escribiríamos si escribiésemos, así lo expresa <b>Marguerite Duras</b>, pasando del infinitivo al condicional y luego al subjuntivo, como si sintiese el suelo resquebrajarse bajo sus pies.<br />
En el fondo, no es tan diferente de todas esas cosas que empezamos a hacer antes de saber hacerlas: hablar otro idioma, conducir, ser madre, vivir». <br />
VALLEJO, Irene, <i>El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo</i>, Siruela, Biblioteca de Ensayo, Madrid, 2019, 16-17.<br />
<br />
8ª edición, ensayo revelación de la temporada, etc. Así se vende esta investigación-divulgación de <b><a href="https://twitter.com/irenevalmore" target="_blank">@IreneVallejo</a></b>, cuya sensibilidad humana y literaria conocen bien los lectores de columnas de <i><a href="https://elpais.com/" target="_blank">El País</a></i>. Llevo leídas siete páginas, así que no puedo valorar la obra. Pero en apenas siete encontré la joya exhibida arriba.<br />
<a name='more'></a><br />
La cosa empieza con un «tópico» que no por tal es falso, sino experiencia común: el temor a la página en blanco. El bagaje de dudas es drama socrático: una vez nos tomamos la vida en serio, conviene empezar de nuevo, examinar el asunto desde el principio. Con la experiencia de la última, pero con el amor y la ilusión de la vez primera. Y entonces llega: «Escribir es intentar descubrir lo que escribiríamos si escribiésemos». Pensé: «<b>Aristóteles</b>». Y efectivamente hacia allí conduce inexorablemente la reflexión hasta su término: «vivir».<br />
<br />
La <i>Ética a Nicómano</i> es el libro de un padre (Aristóteles) a su hijo. Es un libro sobre el sentido de la vida, es decir, sobre la búsqueda de una felicidad segura. Y la felicidad está en la acción (<i>praxis</i>). Lo que incluye la praxis contemplativa, claro está. Pero ocurre que sólo aprendemos qué es la felicidad, sólo aprendemos a hacer lo que tenemos que hacer, haciéndolo. «Para saber lo que tenemos que hacer, hay que hacer lo que queremos saber», dice el griego. Esta es la paradoja del vivir humano, que viene sin manual de instrucciones.<br />
<br />
Porque a vivir se aprende viviendo –qué firmeza nos trae el gerundio–, resulta tan importante la memoria –la escritura–. Así, a la noche, hacemos examen de conciencia, revisamos el borrador de nuestra biografía y decidimos qué aciertos y errores salvar mañana. Además, resulta que en la cultura heredada –otra vez, la escritura– encontramos los apuntes que nos legan nuestros padres.<br />
<br />
Pero ocurre que los tiempos del verbo, que son muchos, son menos que los tiempos de la vida. Y las salvaciones son de muy diverso rango. Es verdad que el escribir es una magnífica metáfora del vivir. Quizá porque esta vida, transfigurada, es imagen de Escritura.<br />
<br />
«Soy hombre: duro poco<br />
y es enorme la noche. <br />
Pero miro hacia arriba: <br />
las estrellas escriben. <br />
Sin entender comprendo: <br />
también soy escritura <br />
y en este mismo instante <br />
alguien me de le tre a».<br />
(<b>Octavio Paz</b>).
<br />
<br />
Vivamos intentando descubrir lo que viviríamos si viviésemos.Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-86510788745681934072020-01-28T10:33:00.001+01:002020-01-28T22:09:08.844+01:00El cambio en las vigencias familiares en '1984', de George Orwell<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-6We8TAyyotA/Xi__fB8y1HI/AAAAAAAAJSI/cEZyD8mMYhwCZxS8uwksDnLl-p7gaUEzgCLcBGAsYHQ/s1600/Cambio%2Bvigencias%2B1984b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="234" data-original-width="675" src="https://1.bp.blogspot.com/-6We8TAyyotA/Xi__fB8y1HI/AAAAAAAAJSI/cEZyD8mMYhwCZxS8uwksDnLl-p7gaUEzgCLcBGAsYHQ/s1600/Cambio%2Bvigencias%2B1984b.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: right;">Dos fotogramas de la película <i>1984</i> (<b>Michael Radford</b>, 1984).</td></tr>
</tbody></table>
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La novela <i>1984</i>, de <b>George Orwell</b>, propone un mundo posible -un futuro distópico- que ha suscitado reflexiones extraliterarias en torno a diversos ámbitos del saber. Su recepción en las últimas décadas provoca análisis desconcertantes, pero una aproximación poética revela que la idea controladora de la obra establece una relación directamente proporcional entre la calidad de los vínculos familiares del protagonista y el desarrollo de su carácter.<br />
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En este artículo publicado en <a href="https://revistacarthaginensia.com/index.php/CARTHAGINENSIA/article/view/151/167" target="_blank">Carthaginensia</a> me propongo analizar la mutación de la institución familiar en <i>1984</i> y las consecuencias que esto acarrea para la humanidad de los personajes. Desde un planteamiento estético-hermenéutico, que incorpora la teoría ficcional de los mundos posibles, analizamos el cambio en las vigencias familiares diseñado por el Partido. Tomamos la noción de <i>vigencia </i>de la sociología de <b>Ortega y Gasset</b>, desarrollada por <b>Julián Marías</b>. Esta aproximación revela el rol fundamental que la familia, especialmente la figura del padre y la relación conyugal, juegan en orden al desarrollo de la humanidad del protagonista.
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Este trabajo se inscribe en el seno del Grupo Estable de Investigación «Imaginación y Mundos posibles», de la Facultad de Comunicación de la <a href="http://www.ufv.es/" target="_blank">Universidad Francisco de Vitoria</a>.
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Referencia: ABELLÁN-GARCÍA, Álvaro. <a href="http://ddfv.ufv.es/handle/10641/1840" target="_blank">«El cambio en las vigencias familiares en '1984', de George Orwell»</a>, en <a href="https://revistacarthaginensia.com/index.php/CARTHAGINENSIA/" target="_blank">Carthaginensia</a>, vol. XXXVI, nº 69, 2020, pp. 81-102.
Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3431967044431111764.post-42801096584364798442020-01-03T11:32:00.003+01:002020-01-03T11:32:54.406+01:00La imagen: caminos del reconocimiento<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Hf_psuFKVns/Xg8NdTdZWvI/AAAAAAAAJPg/r1A8fO1JIooa6EKdPBy6axP9_M-Vy4YbQCEwYBhgL/s1600/la%2Bimagen%2Bcaminos%2Bdel%2Breconocimiento.png" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="837" data-original-width="590" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-Hf_psuFKVns/Xg8NdTdZWvI/AAAAAAAAJPg/r1A8fO1JIooa6EKdPBy6axP9_M-Vy4YbQCEwYBhgL/s400/la%2Bimagen%2Bcaminos%2Bdel%2Breconocimiento.png" width="280" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div style="text-align: right;">
Álvaro Abellán-García Barrio (coord.)</div>
<div style="text-align: right;">
<b><i><a href="https://editorialsinderesis.com/producto/la-imagen-caminos-del-reconocimiento" target="_blank">La imagen: caminos del reconocimiento</a></i></b></div>
<div style="text-align: right;">
Colección Jano Comunicación y Humanidades</div>
<div style="text-align: right;">
Editorial Sindéresis. Madrid, 2019.</div>
<div style="text-align: right;">
ISBN: 978-84-16262-45-8.</div>
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Este libro es fruto de la alianza entre dos proyectos distintos: la Semana de la Imagen (SIMUFV), organizada por el grado en Comunicación Audiovisual de la Universidad Francisco de Vitoria; y el Grupo Estable de Investigación (GEI) Imaginación y mundos posibles, inscrito en la Facultad de Comunicación y vinculado, mediante un Seminario Permanente de Investigación, al doctorado oficial en Humanidades (Línea: Estética) de la misma universidad.
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La cuestión de fondo que aborda el libro es que en su materialidad, las imágenes, las películas, las series de televisión, los anuncios publicitarios, los videojuegos y las fotografías son imágenes sensibles en las que se manifiesta otra realidad: un referente, un significado, un sentido. De ahí que tomarse en serio las imágenes nos obligue a un doble examen: el de su materialidad sensible y el del mundo que ellas nos presentan, como camino de reconocimiento de uno mismo, del otro y del mundo. Un mundo que, con frecuencia, no encontramos en la superficie de la tierra, sino en otra esfera –quizá mental, quizá celeste–, allá donde Aristóteles encontró lo universal, o donde Platón imaginó que estaban las Ideas, aquellas cuyas imágenes proyectadas en la caverna de este mundo no son sino meras sombras. Los autores de este libro analizan con rigor y pasión las sustancias expresivas de su estudio, las imágenes. Pero además nos invitan constantemente a alzar la vista para ver esa otra realidad que ellas nos presentan, enseñándonos a reconocer lo invisible en lo sensible.
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Los autores y sus textos</h4>
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<li>Capítulo I: «El reconocimiento de la imagen», por <b>Francisco García García</b>.</li>
<li>Capítulo II: «Reconocimiento personal y mundos posibles de ficción en ‘Blade Runner’ y ‘La Princesa Prometida’», por <b>Juan José García-Noblejas</b>. </li>
<li>Capítulo III: «El reconocimiento de lo sagrado a través de las representaciones profanas en la cultura visual contemporánea», por <b>Guillermo Gómez-Ferrer </b>y <b>Catalina Martín</b>. </li>
<li>Capítulo IV: «Fotografía y reconocimiento: la imagen, en perspectiva dialógica», por <b>Álvaro Abellán-García</b>. </li>
<li>Capítulo V: «La muerte y su valor religioso-social como personaje protagonista en la serie ‘Gomorra’», por <b>Luis Ferrández</b>. </li>
<li>Capítulo VI: «Claves visuales de la serialidad en las cabeceras de ‘Alfred Hitchcock presents’», por <b>Ana María del Valle</b>. </li>
<li>Capítulo VII: «Ser o no ser humano en ‘Farscape’, esa es la cuestión», por <b>Monique Villen</b>. </li>
<li>Capítulo VIII: «’The Dig’: los reconocimientos que revelan un mundo», por <b>Arturo Encinas</b>. </li>
<li>Capítulo IX: «Anagnórisis y ludomundos cinematográficos: la imagen del reconocimiento en ‘Wreck-it Ralph’, ‘The Lego Movie’ y ‘Ready Player One’», por <b>Juan Rubio de Olazabal</b>. </li>
<li>Capítulo X: «La imaginación y los anhelos humanos en ‘Retorno a Brideshead’», por <b>Victoria Hernández Ruiz</b>. </li>
<li>Capítulo XI: «La posibilidad de experiencia estética del espectador en la sociedad visual», <b>Elisa de la Torre</b>. </li>
<li>Capítulo XII: «El reconocimiento de nuestro mundo en los relatos de la publicidad. Tres ‘spots’ de Ikea España», por <b>Íñigo Urquía</b>. </li>
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Este libro inaugura una nueva colección en la <a href="https://editorialsinderesis.com/" target="_blank">Editorial Sindéresis</a>.<br />
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La colección <b>Jano Comunicación y Humanidades</b> nace como lugar de encuentro entre dos ámbitos: el de las profesiones vinculadas a la comunicación social y el académico de la Filosofía y las Humanidades. Nuestro objetivo es ofrecer una mirada renovada a los estudios y profesiones vinculadas a la comunicación pública y la producción cultural.<br />
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La revolución digital inaugura posibilidades creativas que nos exigen repensar los marcos teóricos de referencia y revisar algunos supuestos, al tiempo que nos invita a explorar nuevos medios y formatos. El campo de juego de esta revolución, la realidad afectada, es la vida humana en su conjunto, por lo que es urgente reflexionar sobre las implicaciones personales, profesionales y sociales de esta nueva época. <br />
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Estamos persuadidos de que el diálogo interdisciplinar es el mejor modo de integrar ciencia y profesión, tecnología y desarrollo humano. Los romanos encontraron en la imagen bifronte del dios Jano –dios de los comienzos, las transiciones y los finales, dios de las puertas y portales– esta invitación a tener en cuenta las dos direcciones: pasado y futuro, saber práctico y fundamento teórico. Sabían que sólo el mirar así ofrece garantías para finalizar bien las grandes empresas.Álvaro Abellán-García Barriohttp://www.blogger.com/profile/05547611870232694281noreply@blogger.com0