jueves, 30 de noviembre de 2023

De la mímesis a la subcreación: rutas para investigadores del porvenir

Mis colegas Victoria Hernández Ruiz y Javier Rubio Hípola, del GEI Imaginación y Mundos Posibles, han coordinado un proyecto de investigación y un congreso que ha reunido a magníficos investigadores en torno a la obra teórica, literaria y visual de J. R. R. Tolkien. Fruto de estos trabajos es el libro Tolkien revisitado, 50 años después de su viaje a Valinor (Sindéresis, 2023). En el libro participan algunos de los investigadores de Tolkien más reputados, como Eduardo Segura, Alison Milbank y Martin Simonson. Tengo el honor de publicar con ellos y con otros colegas un capítulo-gancho, una invitación a quienes quieran investigar la teoría poética de Tolkien, con el título "De la mímesis a la sub-creación: rutas para investigadores del porvenir".

El objetivo de ese capítulo es contribuir a una renovada comprensión de la fantasía moderna, en lo referido a sus potencialidades especulativas y prácticas, es decir, a su capacidad para cuestionarnos a nosotros mismos, nuestro mundo y nuestro modo de conducirnos en él. Para hacerlo, presenta una pregunta de investigación: ¿Qué añade la noción de "sub-creación" de J.R.R. Tolkien a la "mímesis" aristotélica? Luego ofrece un método y las fuentes fundamentales para responder a esa pregunta. Finalmente, abre una primera ruta para responder a la cuestión, en la que se indican la ruptura y la continuidad entre la cosmovisión del griego y la del británico. Precisamente en los intersticios de esa ruptura se cuela la posibilidad poética de la fantasía moderna.

Ref: ABELLÁN-GARCÍA BARRIO, Álvaro. "De la mímesis a la subcreación: rutas para investigadores del porvenir", en HERNÁNDEZ RUIZ, V Y RUBIO HÍPOLA, J. (coords.), con prólogo de Eduardo SEGURA. Tolkien revisitado. 50 años después de su viaje a Valinor, Sindéresis, Madrid, 2023, 61-80.


viernes, 24 de noviembre de 2023

Sagasti: de padres e hijos

Calle Mártires concepcionistas, 1. Madrid.

Me recuerda un doctorando —y hace bien— que no estoy cumpliendo la promesa de compartir por esta vía mi #CaminoATitular, aunque algo más lo he hecho en Ig. Lo cierto es que he avanzado mucho en las lecturas y el plan de trabajo y pronto daré cuenta de eso. Pero no así en la escritura. Acumulo más de 100 páginas que habrán de tener otro uso —futuros papers—. Pero sí, ya he encontrado el tono, al menos para la primera parte del proyecto que es, en realidad, memoria. Son ya unas 40 páginas. Comienza así...

Sagasti: de padres e hijos

Colegio Calasancio, antigua cárcel de Porlier, finales de los 80. «Es listo, pero muy vago», repetían los profesores a mis padres. Tomaban como evidencia la evaluación continua. Primeros parciales: 0, 2, 4, 3… Hacia mitad de trimestre: 7, 6, 8, 10… Nota final: aprobado. Los datos eran ciertos. La interpretación, errada. No es que yo pasara las tardes tumbado en la cama con la mirada fija en el techo, que también. Es que prefería hacer otras cosas que mis preocupados profesores no veían, pues lo las recogían los números. Jugar al baloncesto, practicar judo, escuchar música, leer y escribir, ojear láminas y dibujar, repasar atlas y trazar mapas de islas imaginarias, diseñar aventuras de Dungeons & Dragons para meter en problemas a mis amigos y ver cómo los superaban. El plan era el siguiente: gastar poco tiempo y esfuerzo en memorizar datos sin contexto o en solucionar problemas artificiales que ya estaban resueltos. Invertir el tiempo y esfuerzo ahorrados en entrenar el cuerpo, la mente y el corazón. Disfrutar con amigos de actividades estimulantes; entrar en contacto directo con los grandes pensadores, escritores, artistas; inventar situaciones realmente nuevas y tratar de solventarlas creativamente.