lunes, 18 de mayo de 2020

David Lynch: «Somos como bombillas. Si la dicha empieza a crecer en nuestro interior, se enciende una luz que afecta al entorno»

Captura del documental David Lynch: The Art Life (Jon Nguyen y Rick Barnes, 2016)

Atrapa el pez dorado (David Lynch, Reservoir Dogs, 2008) es un ensayo sobre las ideas y la creatividad aplicado a la producción de películas. El sustrato de fondo supone la meditación trascendental, que Lynch practica desde hace más de 30 años, como forma de mejorarse a uno mismo y el propio entorno. Obviando el tema de la meditación trascendental y sus relaciones con la teoría unificada de la física, muchas ideas del libro sobre el cine y su producción me parecen notables. Era una lectura que tenía pendiente desde hace tiempo, y una conversación con Íñigo Urquía a la par que la revisión de un futuro capítulo de libro de Ana B. Gallego-Martínez son las que me animaron a cumplir mi olvidado propósito.

lunes, 4 de mayo de 2020

¿A qué demonios nos referimos cuando definimos a alguien como un «héroe»?

Frodo, en el Monte del Destino, a punto de renunciar a cumplir su misión.
Fotograma de El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey (Peter Jackson, 2003)
Después de la histórica frase «el heroísmo consiste también en lavarse las manos y quedarse en casa» (Pedro Sánchez dixit),  me ha conmovido re-encontrarme con este párrafo:

«He sufrido heridas demasiado profundas, Sam. Intenté salvar la Comarca, y ha sido salvada, pero no para mí. Así suele ocurrir, Sam, cuando las cosas están en peligro: alguien tiene que renunciar a ellas, perderlas, para que otros las conserven».

Así queda descrita la verdadera relación del héroe con el conjunto de la comunidad a la que pertenece. Esta descripción sí nos permite identificar con piadoso respeto a los verdaderos héroes de estos primeros meses de pandemia; y habrá otros, de otros gremios, en los meses por venir.

viernes, 1 de mayo de 2020

El heroísmo cotidiano

Foto: Álvaro Abellán-García, Castilla, 2015.
Veo a muchas personas preguntarse qué pueden hacer en tiempos de oscuridad. Sin duda, hay algunas personas que han quedado desocupadas, cuyo tiempo cotidiano se ha vaciado de contenido. Ellas han de descubrir nuevos vectores que orienten su vocación. Sin embargo, la gran mayoría de nosotros, seguimos teniendo las mismas responsabilidades, sólo ha cambiado la circunstancia. Pienso, evidentemente, en todos los trabajadores de servicios esenciales, pero también en todos los tele-trabajadores. Pienso especialmente en padres e hijos, profesores y alumnos, familiares y amigos. Todo eso lo somos hoy igual que ayer, pero hemos de aprender a serlo ahora de un modo singular, nuevo. Y entonces recuerdo las palabras de Eugenio d'Ors.