jueves, 21 de febrero de 2013

Premios Alfa y Omega de cine 2012

La madrastra, interpretada por Maribel Verdú, ofrece la manzana letal a Blancanieves.

Parece cumplirse la ley de que la creatividad crece con la necesidad y muere con la opulencia. El 2012, el año más delicado de la crisis hasta ahora, además de varios records de recaudación, nos ha dejado el mejor cine español de los últimos tiempos. Al menos, esa es la impresión compartida entre los miembros del jurado reunidos para la XVIII Edidición de los Premios Alfa y Omega de cine, entre los que me encuentro.

Ya han pasado los Goya y pronto tendremos encima los Oscar. Entre unos y otros están estos premios, los Alfa y Omega, que examinan el cine estrenado en España en cada año natural (en este caso, del 1 de enero al 31 de diciembre de 2012) y lo valoran y premian no sólo por cuestiones técnicas, sino también profundamenta humanas. Puedes descargarte ya el Alfa y Omega nº 821, en el que Juan Orellana, portavoz del jurado, dedica cinco páginas a enumerar los premios y a justificar el sentido de la elección.

Estos son los premios concedidos en 2012:

martes, 19 de febrero de 2013

De la dialéctica a la dialógica

Severialdia.com
«Creemos, con los pensadores dialógicos, que buena parte de los males del pasado siglo son consecuencia, precisamente, de la dialéctica como ideología o como mentalidad; y que la mejor forma de superar la actual crisis (filosófica, ética, económica, cultural, etc.) es proponer un nuevo estilo de pensar que permita al hombre una mejor comprensión de sí mismo y de sus posibilidades de desarrollo personal y comunitario. Un momento importante en esa tarea exige clarificar los dos conceptos sobre los que pivota este artículo: la dialéctica y la dialógica».

Así empieza mi último artículo académico, titulado De la dialéctica a la dialógica. En él trato de distinguir no sólo dos conceptos, sino dos formas de entender el mundo, dos mentalidades que se traducen también en estilos distintos de discusión o debate. Creo que la causa subyacente de la actual crisis en Occidente es, antes que una crisis de económica, financiera o de valores, una crisis de mentalidad. Dedico el artículo a explicar esa mentalidad y a proponer una alternativa. La única, a mi juicio, que nos previene de cerrar en falso la situación actual.

domingo, 10 de febrero de 2013

Decálogo: qué saben los mejores sobre cómo aprendemos

Tira de un comic de Mafalda, personaje creado por Quino.

Al publicar la caracterización que propone Ken Bain sobre los mejores profesores universitarios, prometí que desglosaría en futuras notas los capítulos más importantes del libro. Hoy te ofrezco mi síntesis personal, en forma de decálogo, sobre qué saben los mejores sobre cómo aprendemos. Cuando me siento a repensar mis metodologías o a diseñar una experiencia de aprendizaje, repaso los puntos de esta lista:
  1. Se aprende más y mejor de los mejores. Por eso los mejores profesores dominan la disciplina, y también su devenir histórico (problemáticas y soluciones) y saben distinguir los conceptos fundamentales de los desarrollos posteriores. Esto es: aprenden del aprendizaje de los grandes de su disciplina, lo que les permite trasladar ese aprendizaje (no sólo mediante relatos, sino mediante casos y ejercicios prácticos) a sus estudiantes. Sobre esto insisto yo cuando recuerdo a mis alumnos que la experiencia universitaria pasa por renconocernos enanos encaramados a hombros de gigantes.
  2. Se da la paradoja de que algunos alumnos mantienen creencias equivocadas sobre la disciplina, aunque tienen resultados sobresalientes: ¿Cómo es eso posible? Esos alumnos han aprendido las fórmulas básicas que deben aplicar para la resolución de problemas típicos, pero son incapaces de extrapolar ese conocimiento a situaciones nuevas, porque su marco de creencias antiguo sigue imperando fuera de la asignatura. El libro pone como ejemplo que la mayoría de los estudiantes univesitarios de Física, aun cuando explican y aplican la fórmula de la Teoría de la Relatividad, sin embargo, al enfrentarse a muchos problemas físicos cotidianos siguen siendo newtonianos, por lo que incurren en errores básicos.
  3. Esta paradoja revela que no es suficiente impartir contenidos (pura información que terminará por encajarse en esquemas mentales equivocados), sino que el profesor debe identificar y trabajar con los modelos y los esquemas mentales en los que los alumnos encajan esos contenidos, para corregir y desbrozar creencias equivocadas.

viernes, 1 de febrero de 2013

Lo que hacen los mejores profesores universitarios

BAIN, Ken
Traducción: Óscar Barberá
Lo que hacen los mejores profesores universitarios
PUV (Publicaciones de la Universidad de Valencia)
Valencia, 2007

Ken Bain fue director y fundador del Center for Teaching Excellence de la Universidad de Nueva York. Durante más de 15 años, este profesor de historia se ha preguntado qué hacen los mejores profesores universitarios, tratando de destilar su “sabiduría docente” y de ofrecer una guía a otros profesores que quieran alcanzar la excelencia. Sus dos preguntas fundamentales fueron “cómo piensan los mejores profesores” y “cómo actúan”, con el objetivo de “comenzar una caracterización de sus prácticas”.

Lo primero reseñable es el modo en que Bain plantea el problema. Como dejó escrito Aristóteles y repite hoy la doctrina sobre el pensamiento creativo, nos jugamos lo fundamental en plantearnos las preguntas y finalidades adecuadas. Bain jamás intentó desarrollar un “modelo docente”, ni mucho menos una “estandarización de procesos de éxito”. Si lo hubiera pretendido, lo primero que le hubieran dicho los mejores profesores –como se colige de la lectura del libro- es que para ser un profesor excelente hay que huir de modelos y estandarizaciones. En ese sentido, convenimos con Carlos Ivorra en su ácida crítica cuando recibió gratis el libro de Bain junto con una carta de su rector invitándole a aplicarlo: Lo que NO hacen los mejores profesores universitarios es someterse a cronogramas, temarios prefijados, pruebas de evaluación estándar, etc.

El libro puede ser leído con agilidad de principio a fin, si bien conviene volver sobre él a menudo y releer sus distintas partes como un ejercicio constante para nuestra propia mejora docente. Desgranaré en futuras notas algunas de las claves del libro. Aprovecho ésta para responder a las primeras preguntas que yo mismo me hice antes de empezar la lectura: ¿Qué entiende Bain por “los mejores”? y ¿cómo seleccionó a los 60-70 referentes que fundamentan su propuesta?