El maestro Chema Madoz retratado por Lupe, cortesía de HelloLupe.com. |
«Y cómo se llamará nuestro grupo?», preguntó Jessica. «16 ISOS», bromeó Lucas. Ya era mucho decir 16, pues apenas media docena de alumnos éramos los preocupados por la fotografía a mediados de los 90 en la Universidad Francisco de Vitoria. No obstante, 16 ISO, esa mítica sensibilidad estudiada en los libros pero nunca vista en la vida real, hablaba de un grano de plata de gran calidad, impresionado a fuego lento. Han pasado algunos años y miles de fotos desde aquel principio de no se sabía muy bien qué. Pero aquel mítico carrete soñado entonces se ha revelado en las vidas de muchos de nosotros (Ramón, Willy, Áboli, Lupe... aunque toda enumeración es una memoria injusta y recuerdo ahora especialmente a las primeras generaciones).