jueves, 10 de julio de 2014

«¿Tú también?» Ese lugar donde la vida se ensancha

Fotograma de La vida secreta de Walter Mitty (Ben Stiller, 2013). Una película 
en la que los "tú también" ensanchan la vida del protagonista.
«La amistad surge fuera del mero compañerismo cuando dos o más compañeros descubren que tienen en común algunas ideas o intereses o simplemente algunos gustos que los demás no comparten y que hasta ese momento cada uno consideraba que era su propio o único tesoro, o su cruz. La típica expresión para empezar una amistad podría ser algo así: ¿Cómo, tú también? Yo pensaba ser el único». (C. S. Lewis, Los cuatro amores).

Cuando un grupo de amigos, profesores y alumnos, leímos juntos el libro de C. S. Lewis Los cuatro amores hubo algunos pensamientos del autor que se nos quedaron grabados para siempre. El citado en el párrafo que inaugura esta nota fue uno de ellos. Desde aquel día, son muchas las discusiones entre amigos -y entre copas- en las que nos hemos reconocido, mirándonos a los ojos y pensando: «¡Tú también!».

El «¡Tú también!» de Lewis y todo el desarrollo que hace en ese capítulo sobre la amistad ofrece una formulación brillante de la experiencia de encuentro, categoría filosófica que me ha acompañado desde hace años y que está en la base de la Teoría Dialógica de la Comunicación. La definición de Lewis nos permite también ordenar nuestras amistades. No es lo mismo decir «tú también te fumas la clase para jugar unas manitas de mus» que decir «tú también quieres cambiar el mundo». Al atender no sólo a lo bien que lo pasamos, sino al valor de lo que compartimos, aprendemos a valorar mejor cada una de nuestras amistades.

Todas estas razones vividas y meditadas me animaron en enero de 2008 a empezar una serie de columnas en LaSemana.es con el título Tú también, en las que relaté diversas experiencias de encuentro –especialmente con autores de obras culturales y personajes públicos– que terminaban siempre con una misma frase: «ese lugar donde la vida se ensancha», pues entre las consecuencias de la amistad y del encuentro está el distenderse de nuestra intimidad, la recarga de energía espiritual y la ampliación del horizonte de nuestra vida. Dicho en breve: una vida cuajada de experiencias de «¡Tú también!» es una vida grande. Una vida que no es capaz del «¡Tú también!» es una vida que se agosta y se marchita.

viernes, 4 de julio de 2014

Claves para evaluar un trabajo final: resultados previstos de aprendizaje y creatividad



La enseñanza oficial y reglada ha de cumplir al menos dos funciones y resulta muy difícil combinarlas. Por un lado, pretende instruir, educar o formar –y la elección del verbo no es inocente, aunque ahora no entraremos en eso–. Por otro lado, debe certificar –como un sello ISO de calidad, al modo en que se certifica que un vino es de La Rioja o que la leche está pasteurizada– un estándar de calidad en el aprendizaje: «esta persona tiene una formación básica»; «esta persona tiene el nivel de un bachiller»; «esta persona puede operarte de apendicitis»; «esta persona sabe construir un puente sin que se caiga», etc.

lunes, 30 de junio de 2014

Antonio Caño y Ana Pastor: dos estilos de periodismo mano a mano

Ana Pastor y Antonio Caño durante la entrevista para Jot Down. Foto de @Lupe_.

Antonio Caño, quinto director del diario El País, concedió una extensa entrevista a Ana Pastor para Jot Down. Merece la pena leerla reposadamente, pasando de puntillas por los temas de actualidad –quizá efímeros– y atendiendo a dos concepciones del periodismo que allí aparecen enfrentadas, nítidamente encarnadas por entrevistadora y entrevistado.

Ana Pastor (1977) es una periodista a un tiempo joven y consolidada que ha trabajado para diversos medios. Si buscas "Ana Pastor" en Google aparecerán varios posados suyos y su página de Wikipedia, pues su persona aparece como un resultado más relevante que el de la actual ministra de Fomento del Gobierno de España, que tiene el mismo nombre. Pastor hizo en la entrevista aquello a lo que nos tiene acostumbrados, porque ha encontrado su sello personal. Es, en sí misma, una marca. Empieza poniendo sobre la mesa los trending topic de Twitter, en el preciso sentido de trending –inmediatez y moda– y de topic –tópico dominante–. Y lo hace con un talante incisivo, rozando la impertinencia y sin poder evitar justificarse sí misma, ejerciendo a un tiempo como juez –de forma explícita– y parte –de forma velada, pero evidente–.

Antonio Caño (1956) lleva 32 años en El País y ha ejercido prácticamente en todos los puestos posibles en un medio impreso internacional. Su estilo de Periodismo, actual por clásico, hereda la tradición anglosajona, que él considera la mejor. No tiene página en Wikipedia ni apenas presencia pública. Es a un tiempo muy educado y firme en sus convicciones. Puede ser atrevido y valiente en sus declaraciones, pero suenan moderadas porque están cargadas de razones y nunca resultan absolutas, sino enmarcadas en su contexto. Puede discrepar de muchos, pero eso no le empuja a etiquetarlos con desprecio. Al poner sobre la mesa los hechos, al priorizar unos frente a otros, al buscarles un contexto adecuado de interpretación, ejerce, como toda persona que abre la boca, de juez, pero en este caso la pretensión es ser ecuánime, no partidista.

domingo, 22 de junio de 2014

Proyecto Blog 2014: una comunidad de aprendizaje más allá de las aulas

Paloma nos revela el interior de su cerebro creativo en MIND.

La primera edición del proyecto blog quiso atender a lo esencial: «Descubrir y pronunciar nuestra palabra para el mundo». Ese es el reto de todo comunicador, sea periodista, director de cine, guionista, diseñador, publicitario o artista. En cierto modo es el reto de cada ser humano, si entendemos que vivir consiste en responder, con palabras y acciones significativas, a los retos que nos plantea el mundo que nos toca vivir.

Ahora bien: todas las realidades humanas valiosas crecen desde dentro hacia fuera, alimentando lo esencial gracias a nuevos aprendizajes y experiencias que permiten consolidarlo. El Proyecto Blog 2014, desarrollado con estudiantes de Periodismo, Diseño y Bellas Artes, ha puesto el acento en las posibilidades que ofrece el blog para generar una comunidad de aprendizaje expandida, es decir, para ampliar la experiencia formativa que comienza en el corazón del aula hasta cualquier rincón del mundo.

lunes, 16 de junio de 2014

La Feria del Libro de Madrid: una oportunidad para crecer en el encuentro

En la Feria del libro de Madrid, con mi lectora más joven. Fotografía de Vanessa Silvano.

«Mi primera vez al otro lado de la caseta», me repetía una y otra vez. Durante años he acudido a la Feria del Libro de Madrid como un lector apasionado, con ganas de descubrir tesoros de imaginación y reflexión encuadernados. En los caracteres impresos y abstractos de cada libro descubro infinitos mundos posibles que me devuelven al nuestro, el de cada día, con una mirada y una ilusión renovadas.

El pasado domingo, 15 de junio de 2014, fue mi primer día en la Feria del Libro como escritor, es decir, al otro lado de la caseta. O eso pensaba, porque aguanté allí apenas unos minutos. Pronto salí corriendo al encuentro de quienes vinieron a verme y pasé las dos horas charlando, riendo, firmando y, hay que decirlo, vendiendo algún libro. ¿Qué aprendí de todo eso?

jueves, 5 de junio de 2014

El Coahing Dialógico llega a la Feria del Libro de Madrid

Mis colegas de firmas el próximo 15 de junio en la Feria del Libo de Madrid.
El libro Coaching Dialógico (LID Editorial) estará en la Feria del Libro de Madrid hasta el 15 de junio. Será mi primera vez "al otro lado de la caseta" y también acudirán otros coautores del libro: Susana Alonso, Nadia Peeters y Juan Carlos Álvarez Campillo.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Identidad personal, mundo digital y comunicación pública

Peter Steiner en The New Yorker, 1993. En ésta, considerada 
la primera viñeta sobre internet, ya aparece la cuestión de la identidad.
«El periodismo quiere ser ciudadano, la publicidad quiere ser contenido, la propaganda quiere ser participación, el entretenimiento quiere ser interactivo, los usuarios quieren ser medios, los medios quieren conversar. Los viejos paradigmas que definían las identidades y funciones de los agentes de la comunicación pública han saltado por los aires y hoy toca repensarlos con cierta urgencia».

Este acertado diagnóstico que nos compartió José Luis Orihuela en eCuaderno (Repensando la identidad en el mundo digital) fue recogido por Juan José García-Noblejas para ofrecernos una respuesta tentativa: Repensar la comunicación pública desde la identidad personal. A continuación, parafraseo sintéticamente algunas de sus ideas:

  • Ante la tendencia a la dispersión o al reduccionismo, cabe repensar la comunicación pública, sus modos, soportes y medios desde una perspectiva integradora, que busque dar sentido unitario a lo que aparece como un panorama abierto y variopinto.
  • Desde una perspectiva profesional y académica, cabe razonar en torno a un campo disciplinar que aporte sentido integrador, centrando la atención en algunos rasgos de nuestra identidad como personas.
  • Reorientar la reflexión desde la perspectiva del poder a la del saber: aunque se haya hablado de la verdad, pero como algo ya poseído, y menos como algo buscado; se ha hablado poco de la comunicación pública como algo relacionado con la vida y la libertad de las personas.
  • La hipótesis: el elemento integrador puede ser el de repensar la comunicación pública como el conjunto de acciones que las personas libres e históricamente situadas realizan buscando el saber con verdad como aportación específica al bien común de todos los implicados.

viernes, 16 de mayo de 2014

¿Qué son las narrativas transmedia?

Fotograma extraído del vídeo que cierra esta nota.

La voluntad de expresión del ser humano, su espíritu creativo y el potencial del mundo digital hacen muy difícil seguir el ritmo de los nuevos conceptos, estrategias, formatos y lenguajes de la comunicación social. Una de las nuevas estrategias de comunicación que ya ha tenido y va a tener aún más recorrido es la de las narrativas transmedia. ¿Qué demonios quiere decir esa expresión? La agencia de publicidad Draft Fcb ha elaborado un vídeo de cuatro minutos en el que lo explica muy bien.

jueves, 8 de mayo de 2014

La Literatura escribe una carta a los estudiantes

Johannes Vermeer, Mujer de azul leyendo una carta (1662-1663).
Antes de matricularme en Periodismo ya contaba en mi curriculum con la creación de un par de fanzines fracasados vinculados a juegos de rol y en mi primer año de carrera creé con varios compañeros Cosa vostra, maquetado con QuarkXpress, impreso en casa y fotocopiado y grapado en la universidad. Aquel título resultaba sospechoso a las autoridades académicas, así que nos convocaron a los responsables y nos ofrecieron una alternativa más profesional: llenar de contenido atractivo para la gente joven una publicación institucional llamada Gente Universitaria, que fue el pre-embrión de lo que hoy, más de 15 años después, se llama Grupo Mirada XXI. Allí, alumnos noveles acompañados por veteranos y coordinados por profesores crecen y aprenden en un entorno profesional. En aquellos tiempos de ebullición universitaria trabajé codo con codo con profesores, profesionales y compañeros de carrera. Algunos de nosotros (corría el año 1996) empezamos a comprender que el papel era caro y que podíamos ser periodistas –y directores de nuestros propios medios– gracias a internet. El más emprendedor de nosotros, Pablo A. Iglesias (@PabloAIglesias), fundó LaSemana.es y en cuanto pude me incorporé a su equipo. Allí sigo publicando todos los lunes.

Una de las personas que descubrí en aquel tránsito desde Cosa vostraLaSemana.es, pasando por Gente Universitaria, fue el profesor doctor Edward Mulholland (@EdwardMulhollan), neoyorkino con sangre irlandesa que dominaba el español mejor que yo -que soy de aquí, de Madriz-. Ahora da clase de Introducción a la Literatura Hispánica en el Benedictine College (Atchinson, Kansas) y me cuenta que hace unos días, durante la última clase del curso, se despidió de sus discípulos regalándoles una “Carta de la Literatura al alumno” escrita por él.

viernes, 2 de mayo de 2014

Educar es enseñar a convivir con el misterio

Misty beach, por Engelbert Romero.

Te he compartido en algunas notas mi preocupación por recuperar el asombro como la disposición originaria para el aprendizaje y el desarrollo personal. En La Ruta del encuentro, José Ángel Agejas insiste en que la formación universitaria debe empezar en el asombro, caminar en él y concluir en un nuevo asombro, habiendo aprendido algo por el camino. Catherine L’Ecuyer (Educar en el asombro, Apego & Asombro) habla del asombro como motor del aprendizaje y de la importancia de mantener viva esa actitud en los niños.

Este principio pedagógico ya lo descubrieron los griegos. ¿Por qué parece que debemos aprenderlo de nuevo? Agejas y L’Ecuyer tienen sus teorías, que yo complemento con ésta: porque hemos perdido el sentido del misterio. Reconocer que sabemos poco, convivir con la incertidumbre, es incómodo. Cuando los niños nos hacen preguntas asombradas matamos su asombro dándoles respuestas científicas o con ese definitivo porque sí y punto. "No lo sé" no nos parece una opción aceptable cuando, muchas veces, es la más sensata.

viernes, 25 de abril de 2014

‘El principito’ encuadernado: aprender a ver con el corazón

Encuadernación de Javier Abellán y María Barrio. El texto está integrado en la silueta del principito. 
Las figuras y el libro tienen un imán que permite situarlos en cualquier parte del planeta.

«Sólo hay un lujo verdadero: el de las relaciones humanas. Al trabajar sólo por los bienes materiales, construimos nuestra propia prisión». Estas palabras de Antoine de Saint-Exupéry en Tierra de los hombres guiaron la presentación de El principito encuadernado, una exposición de encuadernación de arte organizada por Llar del Llibre y acogida en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Federico Soto, en el corazón de Alicante. Fue, cómo no, el pasado 23 de abril, día del libro, en el año en que conmemoramos la desaparición del autor francés bajo el manto del Mediterráneo.

martes, 22 de abril de 2014

La ruta del encuentro: una propuesta de formación integral en la universidad

AGEJAS ESTEBAN, José Ángel
La ruta del encuentro. Una propuesta de formación integral en la universidad
Ed. Universidad Francisco de Vitoria – Colección Diálogos
Madrid, 2013, 378 pp.

«La experiencia de “encuentro” y el ideal de la “formación integral” han vertebrado la comunidad que fundó y ha constituido la Universidad Francisco de Vitoria durante sus primeros 20 años de existencia. El libro del profesor Agejas que ahora reseñamos quiere ser una síntesis de esa experiencia, un testimonio de esa forma de hacer universidad y una invitación al lector a participar de ese espíritu.

Las palabras que recoge la Introducción para ilustrar la pretensión del libro nos parecen muy inspiradoras:
“Como le sucedió a Dante en su viaje por los reinos de ultratumba, el diálogo con un acompañante era el mejor modo de comprender lo que veía y le sucedía. Las conocidas frases con que inicia el poema –“en medio del camino de nuestra vida, me encontré en un bosque oscuro, habiendo perdido la senda correcta”- son todo un programa (p. 18)”» [El subrayado es mío].
Como puedes ver, la fotografía que ilustra la portada responde a la inspiración de Dante. Con los párrafos citados arriba empieza la reseña que publiqué en el número 9 de la revista Comunicación y hombre el pasado mes de noviembre. Aquel fue un mes difícil para mí y ahora caigo en que no te había compartido la reseña. Quizá sí recuerdes que hablé del libro al escribir sobre El asombro y la formación integral. No repetiré aquí lo que escribí en la reseña, ni en aquella nota, así que si quieres saber más sobre el libro, te invito a leerlas.

lunes, 14 de abril de 2014

Sólo la sencillez salva

The Prayer, de Adrian McDonald.

«Estaba al borde de la desesperación total, de la depresión profunda, me veía en un callejón sin salida. Entonces me pongo a buscar la frase más simple, la cosa más sencilla, porque es lo que me puede salvar. Siempre he sabido que sólo la sencillez salva. No existe nada más simple que un vaso de agua o un mendrugo de pan. ¡Y con eso se salvan vidas!» (Conversación con Marek Miller para su programa de televisión, citado por Pascual Serrano en Contra la neutralidad, Península, Barcelona, 2011).

Así contaba Ryszard Kapuscinski cómo se enfrentó al síndrome de la página en blanco cuando trataba de escribir El emperador, una novela periodística sobre el líder de Etiopía Haile Selasie I. Nos revela, de esta forma, uno de sus principios literarios que, como en todo creador coherente, es también un principio de vida.

Muchos de sus reportajes destilan, quién sabe si consciente o inconscientemente, este principio: el ahogo entre las riquezas, lo barroco o la complejidad y el aire puro de lo simple, lo sencillo, lo esencial. La opresión del palacio y la liberación de la noche abierta entre las calles en un barrio humilde.

G. K. Chesterton predicó también un elogio de la sencillez en sus ensayos Lo que está mal en el mundo. Relata, entre cómico y sorprendido, la dificultad en que nos vemos envueltos entre los objetos del mundo moderno, en contraste con la sencillez de los objetos antiguos. Pone como ejemplos clásicos el fuego, el bastón, el cuchillo o la cuerda de pita. Como ejemplos modernos, el sacapuntas, la lámpara eléctrica o el calefactor. Y eso que, en su tiempo, no tuvo que lidiar con media docena de mandos a distancia para poder proyectar una película en el salón de su casa.

martes, 1 de abril de 2014

Doce buenas razones (y una mala) para que un universitario tenga un blog

Fotografía tomada de Forest Nature Dreams, 22-03-2014.
Hay infinitas buenas razones para tener un blog. No escribo esta nota para quien ya tiene razones -aunque igual encuentra alguna más-, sino para quien tiene dudas o quien nunca se lo ha planteado, puesto que creo que puede ser bueno para él. Pienso también muy especialmente en mis alumnos de la Universidad Francisco de Vitoria, a quienes llevo dos años proponiéndoles un #ProyectoBlog en el que reflexionamos sobre todas estas cosas.

lunes, 24 de marzo de 2014

Adolfo Suárez: su última lección de política, comunicación y convivencia

Adolfo Suárez habla con la prensa en la Embajada de España en París, 1975. GETTY

«En 1980 Adolfo Suárez concedió una entrevista a Josefina Martínez del Álamo que se salía de lo habitual. Fue una conversación tan franca que sus consejeros decidieron vetarla. “Un presidente no puede ser tan sincero”, dijeron». D7 Los domingos de Abc publicó aquella entrevista con motivo de su 75 aniversario el 23 de septiembre de 2007. Hoy la ha rescatado ABC, por razones evidentes. La actualidad de los contenidos, más allá del personaje, es ahora más relevante que entonces. Los azares de su historia convierten esta entrevista en su última aparición pública, aunque aconteciera 27 años antes. Es su testamento político para nosotros.

Te recomiendo leer la entrevista entera: nos ayuda a recordar que en la vida pública siempre hay una persona detrás del personaje. Aquí reproduzco algunos párrafos directamente relacionados con la temática del blog, acompañados de una breve reflexión. Cierra esta nota su discurso electoral de 1977, con su famoso "puedo prometer y prometo", que nos permite repasar con sus palabras lo que hizo, lo que dijo que haría y lo que efectivamente logró.

viernes, 21 de marzo de 2014

'Caché', de Michael Haneke: la violencia de la incomunicación

George (Daniel Auteuil) y Anne (Juliette Binoche) en una de las secuencias clave de la película.

«¡Álvaro! La semana que viene proyectamos la película Caché y tienes que venir a comentarla. Habla sobre la violencia de la incomunicación tal y como la planteas en tu tesis». Así me obligó mi colega Juan Pablo Serra a decirle «Sí» y participar en el Ciclo de Cine que dirige en la Universidad Francisco de Vitoria, este año con el lema En camino.

Caché (Michael Haneke, 2005) es una película notable [IMDb, Filmaffinity], aunque de construcción atípica, por lo que el espectador debe concienciarse: si quiere disfrutarla, ha de poner de su parte. Georges, un hombre de éxito en la televisión, vive en una casa enorme en el centro de París junto con su mujer y su hijo adolescente. Todo parece ir bien, cuando empieza a recibir unos vídeos anónimo en los que aparece con su familia acompañados con dibujos alarmantes de oscuro significado. El modo en que Georges afronta esta situación y las consecuencias que eso podría tener en su vida personal y profesional es lo que conecta con el tema de la violencia de la incomunicación.

lunes, 10 de marzo de 2014

Ganarás la luz: biografía, poesía y destino

Buscando la luz, de Eduardo Chillida, en el Chillida-Leku.
Foto: Álvaro Abellán-García.
Los autores dialógicos sostienen que la palabra es la imagen o metáfora más perfecta del hombre, puesto que encarna en un significante (material, corpóreo) un significado (inmaterial o espiritual) y un sentido (orientación y destino). La palabra es siempre pronunciada por alguien y para alguien, lo que subraya la condición comunitaria y dialógica del ser humano. El mundo resulta significativo para el hombre en cuanto que es palabra para él; y, del mismo modo, la vida humana se torna significativa para uno mismo y para otros en cuanto que es también palabra o respuesta a los retos que el mundo nos plantea.

La historia de Helen Keller nos da pistas sobre el valor de la palabra en la vida humana; y los padres de la democracia confiaron en esa forma política precisamente porque sabían que la palabra es la forma de acción específicamente humana; y que toda acción propiamente humana es palabra.

Quizá, quienes mejor expresan y encarnan la condición del hombre como palabra son los poetas. Hoy recojo y te ofrezco algunos fragmentos del poemario de León Felipe Ganarás la luz, cuyo subtítulo ya nos pone en situación: Biografía, poesía, destino. Todos necesitamos ganar luz sobre nuestra propia vida; y el lugar en el que alumbramos nuestro destino es la palabra que pronunciamos con nuestra biografía. Éste es el testimonio del poeta:

«No en la primera, sino en la última página de la crónica es donde está escrito el nombre verdadero del héroe; y no al comenzar sino al acabar la jornada, es cuando acaso pueda decir el hombre cómo se llama». FELIPE, León. Ganarás la luz, Cátedra, Madrid, 1999, p. 90.

«La poesía se apoya en la biografía. Es biografía hasta que se hace destino y entra a formar parte de la gran canción del destino del hombre». (p. 103).

«Busco un nombre solamente. Mi verdadero nombre (no mi nombre de pila ni mi nombre de casta), mi nombre legítimo, nacido del vaho de mi sangre, de mis humores y del viejo barro de mis huesos que es el mismo barro primero de la Creación, de donde salen las uñas y las alas; mi nombre escrito en las huellas de mis pies sobre la arena blanda, hasta meterse otra vez en el mar, dejando un eco inextinguible en el viento, delante de mí, y la vieja voz que me persigue, a las espaldas. Mi nombre auténtico que le ahorre tiempo al psicoanálisis, la confesor, al cronista y al portero del cielo o del infierno. Un rápido expediente para poder decir en seguida, ante cualquier sospecha: éste soy yo». (p. 104).

«Hay un gesto en mi cuerpo y un tono en mi voz que lo dirán todo rápidamente como un relámpago en este nombre que busco: de dónde vengo y a dónde voy. Y hay alguien en el universo que espera que yo diga este nombre como una consigna para abrirme la puerta. Mi autobiografía tiene que ser esta consigna. Y al a que tú tienes que responder
[…] Quiero decir quién soy para que tú me respondas quién eres.
[…] Detrás de mí hay unas huellas sucias; delante, el guiño de un relámpago en la sombra y dentro de mi corazón, un deseo rabioso de saber cómo me llamo». (p. 105).

«Porque el poeta es el hombre desnudo que habla y pregunta en la montaña sin que le espere ya nadie en la ciudad. Habla siempre dentro del círculo de la muerte, y lo que dice, lo dice como si fuese la última palabra que hubiera de pronunciar. La muerte está tumbada a sus pies cuando escribe, esperando a que concluya. Y cuando ya no tenga nada que decir, nada que confesar y nada que preguntar, la muerte se pondrá de pie y le dirá cogiéndole del brazo: Vámonos». (p. 133).

«Puedo explicar mi vida con mis versos. […] En mi casa duerme el hombre en la misma cama que el poeta y los dos comen con la misma cuchara». (p. 179).

«Diré que la Poesía es una ventana. La ventana. La única ventana de mi casa.
Por esa ventana irrumpe la luz e ilumina todo lo que yo escribo en las paredes.
Y también entra el Viento. El viento entra y sale por la ventana […]
Yo sé además que entre el Viento y la luz hay ciertos planes.
He oído decir que entre el Viento y la luz pueden convertir un gusano en mariposa. ¿Y quién sabe lo que serán capaces de hacer algún día con el hombre?». (p. 221-222).

«Se escribe dentro de un plan que el poeta ignora al comenzar y que conoce solo el Viento. Y ahora veo que yo no he escrito más que un solo poema, uno solo. En él todo lo anterior y todo lo venidero tienen su sitio». (p. 256).

miércoles, 5 de marzo de 2014

Paco de Lucía: diálogo entre guitarra y orquesta



Según supo de la muerte de Paco de Lucía, el 25 de febrero de 2014, mi querido maestro y colega Gabriel Sánchez Rodriguez nos mandó un correo-e con un enlace al vídeo que encabeza esta nota: El Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, interpretado por Paco de Lucía. Junto al enlace, su breve y oportuno comentario de periodista conciso y esencial, que comparto contigo:

jueves, 27 de febrero de 2014

‘Gravity’: mejor película estrenada en España en 2013

Imagen promocional de la película Gravity (Alfonso Cuarón, 2013).

Ir al cine ya no es necesariamente una inversión que merezca la pena. Quizá por eso, una buena selección de lo mejor estrenado en salas cada año es un recurso muy valioso. Elaborar esa lista, reconociendo el mejor cine estrenado en España cada año natural, es uno de mis objetivos como miembro del jurado de los Premios Alfa y Omega de cine.

La gran ganadora en 2013 ha sido Gravity, una de esas experiencias cinematográficas que, sin duda, merecen la pena. Las virtudes técnicas de la película son muchas. Lo más emocionante para mí fue comparecer ante el reto logrado de un director que quiere sostener la acción dramática con apenas dos actores, o una y medio, pues Ryan Stone (Sandra Bullock) es la protagonista solitaria durante casi todo el metraje. Lo más logrado, sin embargo, me pareció el modo en el que Alfonso Cuarón logra articular forma y fondo, argumento y tema, con una planteamiento profundamente dialógico.

Todas las historias, por definición, tienen un planteamiento o sustrato dialógico, es decir: relatan la acción dramática de un personaje como su respuesta a una realidad que no le puede dejar indiferente. Pero no en todas las películas el corazón de la historia es la estructura constitutivamente dialógica del ser humano, cosa que ocurre en Gravity.

jueves, 20 de febrero de 2014

Trabajo manual vs. trabajo intelectual


Este cuadro distingue con claridad dos tipos de trabajo: el trabajo manual o fabril que se adquiere por instrucción y el trabajo intelectual, propio de los profesionales y fruto de la educación liberal. Puestos a valorar críticamente esta distinción, yo diría que el «trabajo manual» es menos manual de lo que parece, en cuanto que el protagonista no es una máquina, sino un ser humano. El vs. del título de esta nota, por lo tanto, puede traducirse mejor como «hacia» que como «contra».

miércoles, 12 de febrero de 2014

¿Estás #Enganchado al WhatsAPP?: riesgos y oportunidades

Jaime López-Chicheri, Anna Saura, Juan Merodio, Juan Pozuelo y Álvaro Abellán en el plató de Servimedia, 10/02/2014.
Mi querido amigo Pablo A. Iglesias, director de Información de Servimedia, me propuso participar en el nuevo programa online de debates presentado por Juan Merodio y que lleva por título #Enganchado. En esta primera emisión, el tema fue el uso del WhatsAPP, instalado en más del 90 por ciento de los smartphones usados en España. La televisión no es precisamente mi medio favorito, pero los directivos y profesionales de Servimedia, el tono del debate y mis compañeros en plató hicieron que lo disfrutara mucho.

Anna Saura nos compartió la experiencia de los jóvenes con WhatsAPP. Jaime López-Chicheri nos explicó que lo usa para mejorar la productividad de sus equipos de trabajo y nos compartió algunas aplicaciones como herramienta promocional, publicitaria y de Relaciones Públicas. El chef Juan Pozuelo usa WhatsAPP como una herramienta más: no es buena o mala, se trata de saber usarla para mejorar la comunicación. Enrique Dans se sumó por Skype al programa para decirnos que él no usa WhatsAPP porque no le parece una aplicación segura: aquí desarrolla su planteamiento. A mí me tocó hablar del potencial comunicativo de WhatsAPP y de si mejora o empeora las relaciones personales.

jueves, 6 de febrero de 2014

‘Call for papers’ de ‘Relectiones’: buscamos una razón ampliada


Tengo el honor de formar parte del Consejo de Redacción de Relectiones, la nueva revista interdisciplinar de Filosofía y Humanidades de la Universidad Francisco de Vitoria. Este proyecto se suma al de Comunicación y hombre y espera alcanzar tan pronto como aquel los estándares de calidad que la lleven a estar indexada en los mejores directorios y bases de datos.

El objetivo de Relectiones es «promover y estimular la reflexión, el análisis y la investigación en el campo de las Humanidades y en el diálogo interdisciplinar, en orden a suscitar una nueva creatividad cultural que dilate los horizontes de la razón».

Así queda definida su línea editorial: «Las páginas de Relectiones pretenden ser un nuevo areópago para la propuesta y el sincero diálogo cultural, por lo que en ellas tienen cabida todas aquellas reseñas, investigaciones, ensayos y estudios cuyos planteamientos consigan inquietar y suscitar en nuestros contemporáneos las preguntas hondas que alienten la búsqueda sincera de la verdad, abran la razón humana a la contemplación del Misterio de lo real, alienten el diálogo y el encuentro interpersonales, confieran sentido a los fragmentos, despierten humanidades dormidas o dolidas.

lunes, 3 de febrero de 2014

La rebeldía de estudiar

Guy Montag (interpretado por Oskar Werner) comete el delito de leer en Fahrenheit 451 (François Truffaut, 1966).

Seguramente la mayoría de nosotros sólo hemos escuchado las palabras “rebelde” y “estudiar” en esta frase, u otra similar: «Ese niño -o adolescente, o joven- está un poco rebelde, no quiere estudiar». Esa frase es lo que se llama un tópico: algo que se repite, que todo el mundo repite sin pensarlo demasiado. Casi como una respuesta automática ante una situación estándar. Los tópicos suelen consolidarse porque explican suficientemente bien una realidad; pero no significa que la solucionen. El problema de los tópicos es que, como tópicos, empiezan a funcionar por sí mismos, desgajados de la situación concreta a la que se refieren y extirpados también del contexto intelectual en el que ese tópico era algo más que un eslogan.

Me detengo en explicar qué es un tópico porque es un caso que nos sirve bien para ilustrar el sentido de esta nota: «La rebeldía de estudiar». Porque si un tópico es una afirmación dominante e indiscutible, que todo el mundo repite sin necesidad de pensar y que lleva a todo el mundo a actuar exactamente de la misma manera, resulta que el acto de pensar o repensar los tópicos es un acto de rebeldía intelectual. Y el acto de denunciar y desarticular los tópicos que se han descubierto como falsos es ya una rebeldía social. Es, de hecho, uno de los actos de rebeldía por los que Sócrates fue condenado a muerte.

viernes, 24 de enero de 2014

Ortega: «La vida nos es dada, pero no nos es dada hecha; la vida es quehacer»

José Ortega y Gasset, imagen del Archivo General de Guipúzcoa.
José Ortega y Gasset nos invita en cada uno de sus escritos a tomarnos nuestra vida en serio. Repasando El hombre y la gente me di cuenta de que, si aislaba algunos párrafos separándolos del sentido general de la obra lograría un destilado de su pensamiento sobre la vida humana.

Ni Ortega, y menos esta amputación de su obra que ahora te presento, agotan la pregunta por el hombre. Sin embargo, creo que el texto pone el acento en aspectos que resultan importantes para quienes queremos ser protagonistas de nuestro crecimiento personal cada día de nuestra vida. Sin más, te dejo con sus palabras.

«Es constitutivo del hombre, a diferencia de todos los demás seres, ser capaz de perderse, de perderse en la selva del existir, dentro de sí mismo, y, gracias a esa atroz sensación de perdimiento, reobrar enérgicamente para volver a encontrarse. La capacidad y desazón de sentirse perdido es su trágico destino y su ilustre privilegio» (p. 45).

«Siempre que digo “vida humana” […] ha de evitarse pensar en la de otro, y cada cual debe referirse a la suya propia y tratar de hacerse ésta presente. Vida humana como realidad radical es sólo la de cada cual, es sólo mi vida. […] La vida de otro, aun del que nos sea más próximo e íntimo, […] la veo, pero no la soy». (p. 46).

«Al llamarla “realidad radical” no significo que sea la única, ni siquiera que sea la más elevada […] sino simplemente que es la raíz –de aquí, radical– de todas las demás en el sentido de que éstas […] tienen, para sernos realidad, que hacerse de algún modo presentes o, al menos, anunciarse en los ámbitos estremecidos de nuestra propia vida. […] Mi vida […] es por esencia el área o escenario ofrecido y abierto para que toda otra realidad en ella se manifieste y celebre su Pentecostés» (p. 47).

«De ahí que ningún conocimiento de algo es suficiente –esto es–, suficientemente profundo, radical, si no comienza por descubrir y precisar el lugar y el modo dentro del orbe que es nuestra vida, donde ese algo hace su aparición, asoma, brota y surge, en suma, existe [como] aquello con lo que, queramos o no, tenemos que contar» (p. 48).

«Y es ello que la vida no nos la hemos dado nosotros, sino que nos la encontramos precisamente cuando nos encontramos a nosotros mismos. De pronto y sin saber cómo ni por qué, sin anuncio previo, el hombre se descubre y sorprende teniendo que ser en un ámbito impremeditado, imprevisto, en éste de ahora […] Pues bien, ese mundo en que tengo que ser al vivir me permite elegir dentro de él este sitio o el otro donde estar, pero a nadie le es dado elegir el mundo en el que vive […]
allí donde y cuando nacemos, o después de nacer estemos, tenemos, querámoslo o no que salir nadando. En este instante, cada cual por sí mismo, se encuentra sumergido en un ambiente […], gravemente consumiendo una hora de su vida –una hora insustituible, porque las horas de su vida están contadas. Esta es su circunstancia. Su aquí y ahora. ¿Qué hará? Porque algo, sin remedio, tiene que hacer […], pues esta vida que nos es dada, no nos es dada hecha, sino que cada uno de nosotros tiene que hacérsela, cada cual la suya. Esa vida que nos es dada nos es dada vacía y el hombre tiene que írsela llenando, ocupándola. […]

mas no le es, de antemano, y de una vez para siempre, presente lo que tiene que hacer. Porque lo más extraño y azorante de esa circunstancia o mundo en que tenemos que vivir consiste en que nos presenta siempre […] una variedad de posibilidades para nuestra acción, variedad ante la cual no tenemos más remedio que elegir y, por lo tanto, ejercitar nuestra libertad, […] cruelmente entregados a nuestra iniciativa e inspiración; por tanto, a nuestra responsabilidad. Dentro de un rato, cuando salgan a la calle, se verán obligados a decidir qué dirección tomarán, qué ruta. Y si esto acontece en esta trivial ocasión, mucho más pasa en esos momentos decisivos de la vida en que lo que hay que elegir es nada menos, por ejemplo, que una profesión, una carrera –y carrera significa camino y dirección del caminar. […]

Quod vitae sectabor iter? ¿Qué camino, qué vía tomaré para mi vida? Pero la vida no es sino el ser del hombre –por tanto, eso quiere decir lo más extraordinario, extravagante, dramático, paradójico de la condición humana, a saber: que es el hombre la única realidad, la cual no consiste simplemente en ser sino que tiene que elegir su propio ser. Pues si analizamos ese menudo acontecimiento que va a darse dentro de un rato –el que cada cual tenga que elegir y decidir la dirección de la calle que va a tomar– verían cómo, en la elección de una acción en apariencia tan simple interviene íntegra la elección que ya han hecho, que en este momento, sentados, portan secreta en sus penetrales, en su recóndito fondo, de un tipo de humanidad, de un modo de ser hombre que en su vivir procuran realizar» (pp. 48-51).

«De toda circunstancia, aun la extrema, cabe evasión. De lo que no cabe evasión es de tener que hacer algo y, sobre todo, de tener que hacer lo que, a la postre, es más penoso: elegir, preferir. […] De donde resulta que lo que me es dado cuando me es dada la vida es quehacer. La vida, bien lo sabemos todos, la vida da mucho que hacer. Y lo más grave es conseguir que el hacer elegido encada caso sea no uno cualquiera, sino lo que hay que hacer –aquí y ahora–, que sea nuestra verdadera vocación, nuestro auténtico quehacer.

Entre todos esos caracteres de la realidad radical o vida […] el que me interesa ahora subrayar es el que hace notar la gran perogrullada: que la vida es intransferible y que cada cual tiene que vivirse la suya; que nadie puede sustituirle en la faena de vivir, […] que ningún otro puede elegir ni decidir por delegación suya lo que va a ser; que nadie puede reemplazarle ni subrogarse a él en sentir y querer; en fin, que no puede encargar al prójimo de pensar en lugar suyo los pensamientos que necesita pensar para orientarse en el mundo […] y así acertar con su conducta; por tanto, que necesita convencerse o no, tener evidencias o descubrir absurdos por su propia cuenta, sin posible sustituto, vicario ni lugarteniente» (p. 52-53).

ORTEGA Y GASSET, José. El hombre y la gente, Madrid, 1980, Revista de Occidente en Alianza Editorial.

viernes, 17 de enero de 2014

La comunicación madura en un clima de veracidad y confianza

Robert Doisneau, París, 1956.
Mientras vigilo un examen final, un alumno levanta la mano: quiere consultarme una duda sobre el enunciado de una pregunta. Camino por la Gran Vía madrileña y dos enormes y jóvenes extranjeros se acercan a mí con un mapa hablándome en algo que suena como el alemán. Tomo una carretera secundaria, con un carril en cada sentido, y un hombre con chaleco amarillo y casco de obrero me indica con una señal de tráfico sostenida por un palo que continúe conduciendo, pero por el carril contrario al sentido habitual. Son tres situaciones comunicativas distintas, reales y cotidianas. En los tres casos, la confianza mutua y la veracidad de todos los sujetos implicados resulta crucial para el éxito de la interacción.

El ser humano está dotado de una intimidad que se manifiesta en su cuerpo: en lo que hace y en cómo lo hace, en lo que dice y su timbre y su ritmo, en sus ojos y su mirada, en los gestos y la fisonomía de su rostro. Cuando se comunica –sea por el medio que sea–, puede articular su expresividad respetando esa interioridad o tratando de ocultarla; puede tratar de mostrarse como es… o como no es. Que haga lo primero o lo segundo no es sólo una cuestión de veracidad o autenticidad personal. Es también una cuestión de confianza.

¿Qué significa ser veraces?


Cabe entender la veracidad en tres sentidos; y los tres son comunicativamente relevantes. El primero tiene que ver con lo dicho, con el contenido de la comunicación. Se expresa con veracidad quien manifiesta abiertamente su grado de convicción con respecto de lo que dice y es capaz de justificar esa convicción. Es veraz quien reconoce dudas cuando duda; y quien está seguro y es capaz de expresar por qué, cuando está seguro. En este sentido, la veracidad con el otro presupone la honestidad con uno mismo: revisar nuestras propias convicciones y ser capaces de distinguir entre nuestras conjeturas y opiniones y nuestras auténticas certezas. Paradójicamente, el compromiso de nuestra palabra para el otro nos obliga a revisarnos a nosotros mismos. Sin embargo, expresar alguna verdad no es todavía condición suficiente para ser veraces. ¿Qué perseguimos cuando decimos alguna verdad? ¿Cuál es nuestra intención?

Aparece, inmediatamente vinculado a lo anterior, un segundo sentido: la veracidad tiene que ver con la intención por la cual nos comunicamos. Comprender a alguien implica no sólo comprender lo que dice, sino también el sentido por el que lo dice, el para qué, su intención y finalidad. La finalidad habitual de la comunicación busca entendimiento, comprensión y colaboración entre quienes se comunican. Eso presuponemos en los tres casos con los que abría esta nota y, sin embargo, pueden estar traicionando nuestra suposición. Por ejemplo: el alumno tal vez me pregunte por una duda real... pero no con ánimo de que yo se la resolviera, sino de distraer mi atención para que otro alumno que quede a mis espaldas pueda copiar; o para hacer llegar su pregunta, mediante un micrófono-receptor oculto en su oído, a un compinche que le dictará una respuesta por ese mismo dispositivo. Por lo tanto, aunque el contenido de la expresión del alumno se ajusta a su situación real, su intención, oculta e inconfesable, introduce una falsedad que enturbia nuestro encuentro. No basta decir verdades para ser veraces.

Finalmente, podemos hablar de veracidad en un tercer sentido más radical que los anteriores en cuanto que el contenido y la intención radican o se anclan, en última instancia, aquí. En este plano, somos veraces cuando nos expresamos de tal forma que nos presentamos mostrando quiénes somos, sin merma ni desviación. Al comunicarnos, manifestamos un modo de ser que es reconocido y tematizado por el resto de los interlocutores hasta el punto de que ellos, legítimamente, esperan encontrar de nuevo eso mismo en sucesivas comunicaciones o encuentros con nosotros (Erving Goffman, La presentación de la persona en la vida cotidiana, 1959). Cuando los otros van confirmando que somos como manifestamos ser, vamos acumulando un crédito que puede sustanciarse en confianza.

martes, 7 de enero de 2014

¿El arte crea la realidad? 'Un roble' de Michael Craig-Martin

Un roble (An Oak Tree), de Michael Craig-Martin, 1973.
Michael Craig-Martin (Dublín, 1941) es un artista conceptual cuya obra más significativa es, quizá, Un roble (An Oak Tree), reproducida junto a estas líneas. En la parte superior de la imagen verás el roble, sí, eso que a nuestros ojos aparece como un vaso de agua. El texto en rojo sobre blanco es también parte de la obra. Consiste en una supuesta entrevista de alguien que quiere comprender la obra –y formula preguntas– al artista, que trata de explicarse en las respuestas. Cada uno de nosotros podemos ser quien pregunta… y debemos tratar de comprender las respuestas de Craig-Martin. En eso consiste el juego al que nos invita la obra.

Como pensé que no tendrías una lupa a mano, he transcrito el texto más abajo, en su versión original y en una traducción propia. También puedes visitar la web de Michael Craig-Martin, en la que tienes fotos del vaso y del texto a muy buena resolución.

[Actualización 26-01-2016: Me escribe Kristen, desde Artsy.net, para presentarme su proyecto y pedirme que enlace este artículo a la Artsy's Michael Craig-Martin page, cosa que hago encantado. Firma su mail con una cita de Craig-Martin que reproduzco: «The art world, of all worlds, has room for everyone»].

Suelo proponer el disfrute de esta obra a mis estudiantes de Bellas Artes y Diseño de la Universidad Francisco de Vitoria, en nuestra asignatura de Filosofía Aplicada. Como artistas, nos enfrentamos a Un roble porque esta obra ilustra lo esencial del arte contemporáneo, aquello que es aplaudido por algunos y que cumple buena parte de lo que otros llaman los pecados capitales del arte contemporáneo. Como universitarios, nos interesa forjar un pensamiento crítico, y eso pasa por comprender los diversos planteamientos que, sobre el tema del arte, de la verdad y de la verdad del arte nos hemos planteado a lo largo de la historia. Lejos de desentrañar Un roble, me limito a exponer algunas claves para los debates que pretendo suscitar.

domingo, 5 de enero de 2014

Carta a los Reyes Magos: «Me pido…» una vida transfigurada

Viaje de los Reyes Magos, James Tissot, 1894.

Requiem por un sueño (Darren Aronofsky, 2000) es una película demasiado dura para recomendarla, pero me enseñó algo importante: ten cuidado con perseguir sueños equivocados, porque puedes alcanzarlos. Conociendo los poderes legendarios de los Reyes Magos y teniendo el consejo de Aronofsky presente: ¿Qué podemos pedir a los sabios de Oriente? Sin duda, muchas “cosas”, y algunas de ellas no caben en una caja: deseos, ilusiones, proyectos...

Irene Vázquez Romero escribió en el Adviento de 2012 una carta a los Reyes Magos en la que pedía algo enorme. Sin duda, lo más valioso que podemos lograr cada uno de nosotros: una vida transfigurada. Podríamos decir: una vida nueva si eso no significara, casi automáticamente, un rechazo a la vieja. No es eso. Una vida transfigurada es una vida en la que todo, TODO, adquiere ya pleno sentido y por lo tanto es rescatado, salvado. Lo pasado, lo presente y lo futuro; esta vida y la otra; lo material y lo espiritual; lo dulce y lo amargo; lo lejano y lo próximo; el extraño y el prójimo.

Una vida transfigurada es la aventura que estrena Frank Galvin (Paul Newman) en Veredicto final (Sidney Lumet, 1982) cuando pronuncia, por vez primera con temor y temblor: «Soy su abogado». Una vida transfigurada es lo que logra en sí misma y en los otros la pequeña Momo con su forma de escuchar. Una vida transfigurada es lo que eclosiona en Helen Keller cuando recibe el regalo del lenguaje. Una vida transfigurada es la que relata el piloto cuando renuncia a sus seguridades vitales para acompañar al principito hacia una fuente cuya agua «es buena para el alma». Una vida transfigurada, en su sentido más radical, es la que nos propone el Rey del Universo al nacer en un pesebre en la escondida ciudad de Belén. Como los Reyes Magos intuyeron esa grandeza y se dejaron transfigurar por ella, pueden mediar para nosotros. Podemos pedírsela. Se la pidió Irene y creo que le fue concedida.

miércoles, 1 de enero de 2014

El diálogo: la aventura por un «logos compartido»

Antiguas bicicletas, Art Postman.
Cuando alguien pronuncia la palabra "bicicleta", nuestra memoria
recupera un concepto o imagen mental asociado a nuestras
experiencias pretéritas con bicicletas reales o representadas por otros.
«Supongamos, por ejemplo, que tú y yo estamos caminando hacia la biblioteca y que, de repente, yo te señalo unas bicicletas apoyadas contra la pared del edificio. Muy probablemente, me dirás: “¿Qué pasa?” [...] Sin embargo, si algunos días antes te peleaste con tu novio de manera especialmente desagradable y los dos conocemos este hecho y, además, una de las bicicletas es la del susodicho –cosa que también reconocemos los dos-, entonces el mismo gesto de señalar, en la misma situación física, puede querer decir algo muy complejo como, por ejemplo, “tu ex novio está en la biblioteca (de modo que mejor no entremos)”. Por el contrario, si una de las bicicletas es la que te robaron no hace mucho y los dos conocemos este hecho, el mismo gesto de señalar tendrá un significado totalmente diferente. También podría suceder que nos hubiéramos preguntado el uno al otro si la biblioteca estaría abierta tan tarde, y entonces mi gesto de señalar la presencia de muchas bicicletas en el exterior indicaría que sí está abierta» (Michael Tomasello, Los orígenes de la comunicación humana, Katz Editores, Madrid, 2013, p. 14).

¿Cómo es posible que un mismo gesto, el de señalar una determinada realidad física, pueda significar cosas tan distintas y, sin embargo, la comunicación –salvo en el primer caso– resulte clara y efectiva? Algunos autores dirán que esto se debe al contexto físico. Y es verdad. Toda comunicación se da en un contexto concreto, y sin él, no comprendemos nada. Sin embargo, en estos ejemplos el contexto espacio-temporal es exactamente el mismo. Es otro tipo de contexto el que hemos sido capaces de poner en común para que ese gesto logre su sentido comunicativo. El contexto común que resultaba necesario es el de una experiencia previa que ya habíamos compartido -“la pelea con el novio” o “el robo”- y que habíamos interpretado más o menos de forma similar –“no te apetece en este momento ver a tu ex novio “ o “quieres recuperar tu bicicleta”-. Es decir, para que ese gesto mío de señalar la bicicleta adquiera pleno sentido, y yo debemos:
  1. Hacernos cargo de la realidad que estoy señalando,
  2. interpretar por qué eso que estoy señalando es significativo para nosotros y 
  3. comprender el gesto mío como el medio expresivo por el cuál te quiero compartir mi interpretación sobre esa realidad.
Los griegos tenían una expresión para referirse a estas tres cuestiones: logos. El logos remite, en su sentido más fuerte, al «orden y sentido de la realidad». En un segundo sentido, los griegos llamaron logos al «orden y sentido de nuestro pensamiento», en la media en que este es capaz de interpretar adecuadamente el logos de lo real. De ahí que hoy llamemos a algunas ciencias bio-logía, zoo-logía, teo-logía, etc. Por último, logos significaba también para los griegos «orden y sentido de nuestra expresión», y puede usarse como sinónimo de «palabra», «verbo» o «discurso».