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Portada del nº 1 de Relectiones: hacia una nueva racionalidad. |
«– ¿La crisis económica? No es que los economistas no sepan utilizar las herramientas y los conceptos técnicos de la Economía, es que su racionalidad está capada. Por ejemplo: consideran la compra de viviendas como un activo, cuando una vivienda es un hogar, un proyecto de vida. Tener activos en stock es una cosa, tener en stock miles de hogares y proyectos de vida, otra muy distinta. Es necesario repensar la Economía desde sus fundamentos, poniendo en el centro a la persona». Así me hablaba hace unos días un especialista en marketing social con una formación académica tan sólida como su trayectoria profesional.
En el año 2000 empecé a elaborar un discurso similar sobre la necesidad de repensar la comunicación social, no sin el temor de pensar que yo estaba un poco loco, proponiendo cosas muy alejadas de las preocupaciones profesionales y académicas de entonces. Sin embargo, en el año 2002, la editorial Eunsa lanzó la colección Repensar. El pontificado de
Benedicto XVI estuvo marcado por su insistencia en la necesidad de ampliar los horizontes de la razón. En realidad, todas estas urgencias fueron ya detectadas en el periodo de entreguerras en el corazón de Europa, por pensadores dialógicos y personalistas como
Jaspers,
Mounier,
Buber,
Arendt,
Guardini y tantos otros.
Aquellas intuiciones filosóficas, críticas con la auto-limitación de la racionalidad moderna –que lo redujo todo a dato empírico y lógica abstracta– empiezan a articularse de forma madura y sistemática, entre otros, por autores como el profesor
Alfonso López Quintás, quien ha consagrado su vida a desarrollar un estilo integral del pensar que promueve una creatividad cultural mucho más respetuosa con el reconocimiento y la promoción de la dignidad personal. Aquellas intuiciones empiezan también a impregnar otras disciplinas científicas, técnicas y artísticas. Aquellas intuiciones empiezan también a ser consideras como una respuesta muy oportuna para las grandes carencias y limitaciones de muchas profesiones, y de un muy generalizado malestar social.