martes, 4 de agosto de 2015

¿Son las vacaciones una forma de arte?

Fotograma de El último samurái, Edward Zwick, 2003.

Seguramente ya estés inmerso en las vacaciones. No importa. Porque la vida del espíritu no sólo inspira el trazo de nuestros itinerarios, sino que renueva el modo en que los recorremos. Recuerdo ahora el modo en el que capitán Nathan Algren (Tom Cruise) viste –y es vestido– en su armadura para la batalla final (El último samurái, Edward Zwick, 2003). Cada pieza y cada movimiento son, a un tiempo, quehacer mínimo y expresión máxima de la vida, la muerte y el valor. Recuerdo ahora al zorro enseñándole al principito que los ritos son importantes, transfigurados en rutina creativa (El Principito, Antoine de Saint-Exupery). ¿Pueden ser las vacaciones una forma de arte que nos revele quiénes somos y quiénes queremos ser?

martes, 28 de julio de 2015

Los hechos y su sentido: ¿por qué el pollo cruzó la carretera?

Fotografía de Arthur Tress, San Francisco, 1964.
«¿Por qué el pollo cruzó la carretera?» El hecho incuestionable es que el pollo cruza la carretera. Pero, ¿por qué? A la hora de encontrar el sentido de dicho acontecimiento es donde, demasiadas veces, ponemos más de nuestra subjetividad que del análisis de lo real. Prueba de ello son las respuestas ficticias que personajes históricos muy reales darían a esa pregunta:

Platón: «Porque al otro lado de la carretera se encuentra la verdad».
Aristóteles: «Porque está en la naturaleza del pollo cruzar las carreteras».
Buda: «Preguntarse tal cosa es renegar de tu propia naturaleza de pollo».
Galileo: «Y, sin embargo, la cruza».
Karl Marx: «El pollo cruzó la carretera porque era dialécticamente inevitable».
Joseph Stalin: «El pollo debe ser fusilado inmediatamente, junto con los testigos de la escena y diez personas más, escogidas al azar, por no haber impedido ese acto subversivo».
Sigmund Freud: «Que preguntes por un pollo revela tus traumas sexuales».
Albert Einstein: «El hecho de que el pollo cruce la carretera o de que la carretera pase por debajo del pollo depende del punto de referencia».

Si le preguntas a Google "por qué el pollo cruzó la carretera", encontrarás muchas otras variantes de este chiste, con cientos de respuestas previsibles de personajes históricos o ficticios, y hasta de arquetipos profesionales, como "profesor de primaria", "profesor de universidad", etc.

jueves, 23 de julio de 2015

Cormac McCarthy: lo esencial en la carretera

Fotograma de la película La carretera (The RoadJohn Hillcoat, 2009), protagonizada por Viggo Mortensen.
«Retirado en la paz de estos desiertos
con pocos, pero doctos, libros juntos
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos».

Así empieza el soneto que escribió Quevedo a su editor desde la torre que era a un tiempo refugio y destierro. En otros géneros, sería imprudente no leer a autores vivos pero en Literatura suelo seguir la máxima de Quevedo: «pocos, doctos y difuntos». Tenemos poco tiempo para leer, así que conviene acertar y la mejor criba la ofrece el paso de los siglos.

Mi consejo llevó a mi buen amigo Juan Pablo Serra a retomar la lectura de algunos clásicos y pronto me comunicó su alegría por haberse encontrado con la genial San Manuel Bueno Mártir, de Unamuno. Me recomendó, contra mi máxima, que leyera a un autor vivo. «Si te sirve de aliciente, te diré que el autor tiene 77 años». Humor negro. Hablaba de Cormac McCarthy y su breve La carretera (The Road, 2006) Luego llegó la película, pero leí primero el libro, definitivamente mejor.

lunes, 20 de julio de 2015

Frank Capra nos revela "El secreto de vivir"

Imagen promocional de El secreto de vivir, con Gary Cooper y Jane Athur, 1936.

Frank Capra aterrizó en el cine con la esperanza de ganar algunos dólares. Le cogió el truco y obtuvo muchos éxitos. Soñaba con ganar un Oscar. Obtuvo cuatro nominaciones por Dama por un día (1933) y, mientras ponía todo su empeño en promocionar esa película, rodó sin mucho interés Sucedió una noche (1934). La primera no obtuvo ningún Oscar; la segunda, pese a las regulares críticas iniciales, se convirtió en la favorita del público. Fue la primera película en ganar los cinco Oscar más importantes: director, película, guión, mejor actor y mejor actriz.

miércoles, 15 de julio de 2015

Discutir: esa es la tradición

Profesores de la Universidad Francisco de Vitoria discuten sobre el sentido del atrio de los gentiles en Jerusalén.
Septiembre de 2011. Foto: Álvaro Abellán-García.
Dos jóvenes rabinos discutían sobre si la tradición apoyaba unos u otros ritos. Fueron a exponer su disputa a uno de los más sabios. «Yo creo que la tradición es…», dice el primero. «No, esa no es la tradición», contesta el viejo rabino. Entonces el otro, envalentonado, espeta: «Claro que no es esa; la tradición es…». Pero el anciano contesta: «No, esa no es la tradición». Confusos, ambos piden la respuesta al sabio, para así evitar seguir discutiendo. «¡Ah! Discutir. ¡Esa es la tradición!», contestó el anciano.

Hay quien relata esta anécdota como un chiste sobre la cultura judía, pero otros saben que es verdad. Es propio de judíos discutir entre ellos el sentido correcto de sus tradiciones. Es propio de griegos discutir el origen de cada cosa y el sentido de las decisiones a tomar. Es propio de romanos discutir sobre política, derecho y guerras. Es propio de cristianos discutir de todo, incluso de Teología y aun cuando durante un tiempo se jugaran la vida al hacerlo. Es, en definitiva, propio de Occidente, creer que existe la verdad, que no la inventamos nosotros –ni como personas, ni como pueblos– y que está en nuestras manos, gracias al debate, llegar a certezas sólidas que dirijan nuestra vida, y no dejar ésta al capricho, la opinión o la moda.