martes, 18 de diciembre de 2012

El periodismo como un juzgado: ¿neutralidad o contrapoder?


Will McAvoy, empujado por su feje Charlie Skinner, ha decidido convertir Noticias Noche en un juzgado. La idea de la prensa como Cuarto Poder entronca con la separación de poderes propuesta por Montesquieu en El Espíritu de las leyes. En ese planteamiento, la prensa se erige en vigilante de los tres poderes del Estado: Legislativo (Parlamento o Congreso), Ejecutivo (Gobierno) y Judicial.

Algunos periodistas y teóricos prefieren sostener que la prensa no es el Cuarto Poder, sino un “contrapoder”. En ese juego de palabras se deja entrever cierta mojigatería marxista mal disimulada, como si erigirse en poder fuera algo moralmente malo. Ser “contrapoder”, en el imaginario de la izquierda, nos pone del lado de los débiles y oprimidos y frente a los poderosos y opresores. La idea es clara: conquistar una autoridad moral... que luego se traduzca en poder de transformación social.

lunes, 17 de diciembre de 2012

La crisis de la universidad española no es financiera

Plaza de Menendez Pelayo, Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid. Cortesía de GoogleMaps

El recorte en educación e investigación a las universidades públicas españolas que recogen los Presupuestos Generales de 2013 ha provocado una contundente respuesta por parte de los rectores. Con motivo de esa protesta, Abc entrevistó al profesor José-Ginés Mora, especialista en la gestión de la enseñanza superior. Recojo los que a mi juicio son los cinco problemas más importantes que identifica el entrevistado, y los acompaño de algunas preguntas que, como profesor universitario, llevo formulándome varios años.

viernes, 14 de diciembre de 2012

El fracaso del periodismo: Will McAboy pide perdón


The Newsroom 1x03 empieza con el total de Richard Clarke, responsable de la oficina contra el Terrorismo en Estados Unidos durante los atentados del 11S, pidiendo disculpas a la nación por no haber evitado los atentados. Pedir perdón. Un acto humano difícil que implica reconocer nuestras miserias y equivocaciones. Un acto por el que reconocemos nuestra responsabilidad y fracaso: nos decimos "hemos fallado"; decimos "te he fallado".

Pedir perdón no está de moda. He escuchado argumentaciones muy sofisticadas para despreciar la necesidad de perdonar y de pedir perdón. Sin embargo, el perdón es condición necesaria para un nuevo comienzo. Eso pretende Will McAvoy, protagonista de la serie, al reconocer su fracaso como periodista. En el monólogo con el que da comienzo su informativo, Will confiesa sus pecados como periodista, explica las causas y se propone no volver a fallar.

Quiero destacar algunas de sus ideas:
  • “La razón del fracaso no es un misterio: nos vendimos por el share” (la audiencia). 
  • “El Congreso permitiría a las incipientes cadenas hacer libre uso de las ondas a cambio de un servicio público. Ese servicio público sería una hora de emisión cada noche para la difusión de información”
  • “los contribuyentes te entregan las ondas gratis y durante 23 horas diarias sacas un beneficio, pero durante una hora, por las noches, trabajas para ellos”
  • “Desde este momento decidiremos qué ocurre en nuestro espacio y cómo presentarlo, basándonos en la verdad de que nada es más importante para una democracia que unos electores bien informados”
  • “No somos camareros de un restaurante sirviéndoles la noticia del modo en que les gusta que se la preparen. Ni somos ordenadores que dispensan sólo datos, porque las noticias sólo son útiles en el contexto de la humanidad”. 
He transcrito su monólogo completo. Aquí lo copio, para que puedas disfrutarlo palabra por palabra.

domingo, 2 de diciembre de 2012

La rebeldía: virtud del joven

Gregorio Marañón nos provoca al proponer la rebeldía como una virtud fundamental de la juventud. Los clásicos entendían por virtudes aquellas disposiciones que, encarnadas siempre como hábitos, nos mejoran o nos hacen más fuertes. La prudencia es un buen ejemplo. Nunca está fuera de lugar. Aunque sea una frase común, es impreciso decir “es demasiado prudente”. Si es “demasiado algo” o “demasiado poco algo”, ya no es prudente. La prudencia, por definición, consiste en discernir y escoger la mejor opción posible, con los mejores medios posibles y el mejor modo posible de llevarla a cabo.

Sin embargo, la actitud de la rebeldía es ambivalente. Está bien -y nos mejora- rebelarnos contra algunas cosas. Rebelarnos por rebelarnos puede llevarnos al ridículo o a lo trágico, como ocurrió con ese Rebelde sin causa que encarnaba genialmente en la pantalla James Dean.

¿En qué sentido, por lo tanto, cabe decir que la rebeldía es no sólo propia de la juventud, sino, incluso, su “deber fundamental”? De estas cosas discutíamos hace años en la Fundación Iuve, como recuerda Amalia Casado en su artículo Hay luz, y creo que muchos de aquellos amigos son hoy de esos rebeldes con causa, ejemplo de virtud. Te dejo con el texto de Gregorio Marañón.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Repensar la comunicación

«La universidad debe repensar críticamente lo que cree saber, lo que ha recibido, los dogmas que ha heredado de la cultura y el pensamiento dominantes en los que ha sido formada. ¿Qué fundamentos laten bajo nuestros planteamientos intelectuales, bajo los objetivos que perseguimos como universidad, bajo los contenidos de nuestras asignaturas, bajo los criterios de evaluación?... Y, desvelados estos: ¿Estamos de acuerdo con ellos? ¿Se corresponden con lo que sabemos acerca del hombre, del mundo, de Dios? ¿Son esos los presupuestos sobre los que queremos edificar la universidad que queremos ser?» (p. 5).

Así empieza el documento Misión: Facultad de Comunicación, en el que hemos trabajado juntos profesores, investigadores y profesionales vinculados a la Universidad Francisco de Vitoria. Durante todo este proceso, he tenido el privilegio de participar como redactor y coordinador, junto con el profesor José Ángel Agejas Esteban. El sentido de nuestra reflexión es doble:

  • Cuestionarnos radicalmente nuestra vocación docente e investigadora preguntándonos por los presupuestos ideológicos y culturales que subyacen a las disciplinas y las profesiones vinculadas a la comunicación social.
  • Renovar nuestro compromiso de formación integral con nuestros alumnos, lo que siempre nos mantiene en la tensión de mejorar los contenidos y las metodologías docentes conforme a los retos intelectuales, profesionales y vitales a los que deben enfrentarse hoy los jóvenes.