domingo, 28 de diciembre de 2014

Elogio de la teoría II: la forma más elevada de práctica


Entre muchos hombres de acción existe un discurso generalizado acerca de la «inutilidad de la teoría»; lo que podríamos llamar una teoría sobre el desprecio a la teoría, lo cual resulta contradictorio, equivocado y un poco divertido. La razón de esta contradicción la apuntamos en Elogio de la teoría I: origen y perversión del concepto:
«Una de las esquizofrenias del hombre moderno es la oposición entre la “teoría” y la “práctica”. Hoy, ambas actividades nos parecen asuntos radicalmente distintos y así los tratamos, generando discursos, disciplinas científicas, sistemas educativos, obras culturales, profesiones, formas de organizar la vida social, etc., que fragmentan y separan aún más ambas dimensiones de la vida humana, produciendo consecuencias traumáticas en el interior de cada persona y en todos los órdenes ya mencionados».
En aquella nota recordamos también que la expresión griega theorein remite a la práctica de observar; y que el verdadero teórico no es el que hace castillos intelectuales, sino quien sale de su pequeño mundo y de sus prejuicios hacia el encuentro con lo real, lo cual le lleva no sólo a observar, sino a asumir la disciplina propia del observante. Como Mark Knopfler, a la escucha y al servicio de la música. Desde ese ángulo conviene mirar lo que ahora sigue.

domingo, 21 de diciembre de 2014

El mandamiento cero: «Escucha, Israel»

Foto: Álvaro Abellán-García Barrio, 2012.
Sobre la escucha se ha escrito desde el principio de los tiempos. Sin embargo, la tradición nos ha legado pocas palabras. Importantes, pero pocas. Como estas de Pitágoras: «El silencio es la primera piedra del templo de la sabiduría». O las primeras palabras de la Regla de San Benito: «Escucha, hermano...» Seguramente no era necesario decir más porque escuchar era algo que el hombre antiguo hacía más o menos habitualmente. O quizá lo hacía poco, pero muy intensamente, pues era un privilegio tener la posibilidad de dedicarse sólo a escuchar. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, la escucha se ha vuelto un asunto problemático.

El primer monográfico dedicado al tema -aunque sea indirectamente- del que tengo constancia es El arte de callar, del abate Dinouart. Lo escribe en tiempos revueltos: cuando la imprenta permite la proliferación de cientos de libros y la burguesía encuentra placer –y negocio– en la lectura. Sin esos factores, gran cantidad de libros no se hubieran escrito o no se hubieran difundido, pues las dificultades previas a la aparición de la imprenta hacía que sólo las mejores obras merecieran el esfuerzo de ser dictadas y copiadas por los monjes.

La aparición de El arte de callar nos da dos pistas. La primera: que cuando se empieza a escribir mucho sobre algo que anteriormente apenas merecía atención es porque ese algo se ha vuelto problemático. La segunda: que aprender a escuchar se convierte en un reto dificilísimo cuando nos sobran los estímulos informativos. Recientemente ha aparecido un tema de investigación y divulgación con igualmente pocos aunque notables antecedentes, muy relacionado con la escucha: la necesidad de atención (véase, por ejemplo, Focus, de Daniel Goleman).

martes, 16 de diciembre de 2014

Las "mates" no son como la vida

«El señor Jeavons decía que a mí me gustaban las matemáticas porque son seguras. Decía que me gustaban las matemáticas porque consisten en resolver problemas, y esos problemas son difíciles e interesantes, pero siempre hay una respuesta sencilla al final. Y lo que quería decir era que las matemáticas no son como la vida, porque al final en la vida no hay respuestas sencillas».

Este fragmento está tomado del best-seller de Mark Haddon El curioso incidente del perro a media noche. El libro cuenta la historia de Christopher Boone, un chico de 15 años con una mente prodigiosa para las matemáticas y nula para lo social y emocional. La aparición de un perro muerto en el jardín de su vecina le hará esforzarse por salir de sus rutinas y por enfrentarse a un mundo que odia.

Las reflexiones del chaval no dejan de ser curiosas. La inocencia con la que mira el mundo puede descubrirnos algunas cosas sobre nosotros mismos que no podríamos explicar así, porque llevamos demasiadas capas e interpretaciones a cuestas. En este párrafo escogido, el chico tiene razón. Las cosas que nos gustan y nos entretienen, los hobbies con los que perdemos horas y nos evadimos de lo cotidiano, nos gustan porque, al final, tienen solución. Tal vez nos cueste mucho llegar a ella, pero tienen solución.

Algo similar expresaba Andy, protagonista de Antes que el diablo sepa que has muerto (Sidney Lumet, 2007), respecto de la contabilidad: «¿Sabes una cosa? Lo bueno de la contabilidad inmobiliaria es que puedes… puedes sumar al final de una página o en medio de una página y todo encaja, al final del día todo encaja. El total es siempre la suma de las partes. Es limpio, claro, impecable, indiscutible. Pero mi vida no es… no encaja, es… nada está conectado con el resto, no. Yo no soy la suma de las partes. Todas las partes juntas no suman un único yo, supongo». Como comentamos entonces, los seres humanos no podemos ajustar cuentas con la vida. Nunca nos salen las cuentas.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Elogio de la teoría I: origen y perversión del concepto

El peine de los vientos. "Este lugar es el origen de todo. Él es el verdadero autor de la obra. Lo único que hice fue descubrirlo. Es imposible hacer una obra como ésta sin tener en cuenta el entorno. Sí, es una obra que he hecho yo y que no he hecho yo" (Eduardo Chillida). Fotografía de Álvaro Abellán.
Somos más herederos de Descartes de lo que pensamos. Entre los frutos de su modo de pensar al hombre y al mundo está el desarrollo de las ciencias naturales y exactas modernas y, con ellas, la tecnología que nos rodea y que articula en buena medida nuestra vida cotidiana. Entre las desgracias de su planteamiento está la hipertrofia de la razón, de la mentalidad analítica, que plantea casi como dilemas irreconciliables algunos ámbitos de la vida que, antes del siglo XVI, mantenían una relación armónica y orgánica mucho más humana.

sábado, 29 de noviembre de 2014

La mentalidad dialéctica, en las aulas

Diarios de la calle (Freedom Writers, 2007), película basada en hechos reales y en el libro homónimo de Erin Gruwell.
Esta historia relata la transformación de sus protagonistas al pasar de una mentalidad dialéctica a una mentalidad dialógica.
La historia que sigue es pura ficción, pero está basada en hechos reales. Hechos que yo viví como alumno en el colegio y, en menor grado, en la universidad. Hechos que quizá tú también has vivido. Cuento esta historia con tres objetivos:

  • Explorar hasta qué punto la mentalidad dialéctica, centrada en el conflicto, es la mentalidad dominante –en muchos casos de modo inconsciente– en la cultura occidental contemporánea.
  • Incidir en que la lucha contra la corrupción, que ahora nos preocupa tanto, no es una batalla contra un estamento concreto (la casta, los políticos, los banqueros), sino contra una mentalidad que anida en el corazón del hombre contemporáneo.
  • Proponer una mentalidad alternativa, que llamo dialógica, que no sólo es más auténtica, sino también más práctica, constructiva y creativa.

La historia empieza en un aula de enseñanza media. De un vistazo es fácil distinguir en ella dos roles o papeles muy distintos: el primero es el de profesor, ejercido por una sola persona. El otro es el de alumno, ejercido por 25 adolescentes. Entre estos últimos, si nos fijamos bien y escuchamos sus conversaciones, hay como pequeños sub-roles, etiquetas, casi como profecías auto-cumplidas, que a quien las sufre le hacen más o menos gracia: el payaso, calculín, el abusón, la chupap*ll*s, el chulo… En cualquier caso, por mal que estén las cosas, todos saben que ellos son alumnos y pertenecen la misma casta, a la que desde luego no pertenece el profesor, que tiene otros intereses, que es como “de otro planeta”, que nos es “de los nuestros”. Cuando hay que elegir –y siempre hay que hacerlo–, todos saben de qué lado deben estar.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Es culpa de ellos: “la casta”, los corruptos

Adolf Hitler y Mahatma Gandhi, dos casos extremos de mentalidad dialéctica-victimista y de mentalidad dialógica-responsable.

Es imposible erradicar la corrupción sin erradicar la libertad del ser humano. Lo que podemos hacer es orientar y formar la libertad mediante formas de convivencia –y educación, leyes, cultura, etc.- de tal manera que la corrupción sea vista por la mayoría como una opción marginal, más repugnante que atractiva, más arriesgada y penosa que beneficiosa. Para hacerlo, conviene estudiar las raíces y motivaciones que pueden alimentar, en cualquiera de nosotros, la tentación de cometer acciones corruptas. Entre las muchas causas de la corrupción hay dos importantes: la mentalidad dialéctica y el victimismo.

lunes, 17 de noviembre de 2014

El balcón de Sócrates: educar para la ejemplaridad



Más o menos, todos entendemos que la educación consiste en hacer partícipes a los niños de lo que los mayores consideramos bueno o malo, hermoso o feo, valioso o trivial. Diría Luigi Giussani: «Educar consiste en introducir en la realidad». Consiste en que el niño abandone el mundo fantástico o mítico y forme su propio criterio a partir de una hipótesis que debe verificar: la validez de las convicciones más valiosas de su tradición, encarnada en sus mayores. El niño puede asumir creativamente aspectos de su tradición y desechar otros. Lo decisivo es que forme su propio criterio y adquiera las convicciones necesarias para comprometerse con su propia vida, para responder de esas convicciones. Por eso identificamos la madurez con la responsabilidad; y la inmadurez, por el contrario, es el mariposeo contradictorio de quien se mueve sin orientaciones claras y firmes.

Sin embargo, el mundo que nos ha tocado vivir mira con sospecha a las convicciones. El relativismo público busca fundar el consenso social en acuerdos de mínimos. Ahora bien, ninguna convicción auténtica, ningún criterio de vida recta, ninguna de las preguntas fundamentales de la vida, son susceptibles de ser respondidas por el consenso. Ningún consenso puede suplantar nuestra conciencia. Sólo yo puedo obligarme, no por consenso, sino por las convicciones que me forme en diálogo con otras personas que muestren también sus convicciones, sean o no las mías.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Contra la corrupción, la ejemplaridad

Cuando la palabra condena al corrupto, sanea los corazones y salva la institución.
La primera catilinaria, Maccari, 1880. 

“¿Cómo voy a comprender a Francisco Granados?”, me preguntaba Mayra Ambrosio después de leer mis últimas Impresiones, donde llamaba a los periodistas a liderar la comprensión sobre el difícil momento que atraviesa la comunicación pública –la vida pública, que se expresa en esa comunicación– en nuestro país. Entre las diversas reacciones que recibió el artículo –de todo tipo– es la que más me ha ayudado hasta el momento para desarrollar mi idea, y no es casualidad que esa ayuda venga en forma de pregunta.

miércoles, 22 de octubre de 2014

¿Qué significa «encontrarse con uno mismo»?

En busca de la felicidad, uno más de los innumerables relatos que exploran el drama de encontrarse con uno mismo.

Así, a bocajarro, me dispararon esta pregunta quizá inocente, pero sin duda certera: «¿Qué significa, desde la filosofía dialógica, la expresión “encontrarse con uno mismo?”». Fue en la penúltima edición del IV Módulo de formación en el Ciclo Fundamental de Coaching Dialógico organizado por el IDDI en la Universidad Francisco de Vitoria.

Aunque estas sesiones son fundamentalmente prácticas y experienciales, reservan algunos momentos para profundizar en la filosofía del modelo. Ahí estaba yo para reflexionar con ellos sobre la experiencia de encuentro, central en cualquier estilo de coaching, pero sólo abordada en sus estratos más profundos en el modelo dialógico. Prometí entonces una respuesta algo más extensa de la que nos permitió aquel encuentro. Sirva esta nota para cumplir mi palabra.

La filosofía dialógica sostiene que las personas somos sujetos libres a quienes «la vida nos es dada, pero no nos es dada hecha: la vida es quehacer» (Ortega y Gasset). Ese «quehacer» pasa por buscar nuestra propia identidad, nuestra vocación, tarea que sólo logramos gracias a diversas experiencias de encuentro. Tienes una explicación sintética sobre el dinamismo del encuentro personal como camino para recuperar nuestra vocación en esta nota, ilustrada por una magistral secuencia de la película Veredicto final (Sidney Lumet, 1982).

miércoles, 15 de octubre de 2014

El Periodismo ya no es «el mejor oficio del mundo»

Viñeta de Andrés Rábago, El Roto.

Que me perdonen los fans de Gabo, pero el Periodismo ya no es «el mejor oficio del mundo» porque ya no es un oficio: el periodismo es una profesión. Mirar el Periodismo como oficio es un tópico que sobrevive gracias a la repetición de los veteranos –formados por maestros anteriores a la creación de los estudios universitarios de Periodismo–, un tópico alimentado por esa falsa idea de que «cualquiera tiempo pasado fue mejor».

El Periodismo era un oficio cuando se estudiaba en escuelas de Periodismo y, todavía antes, cuando se dedicaban a él las mejores plumas y los mejores testigos de cada época: los escritores, algunos con vocación juglar y aventurera y otros marcadamente intelectuales. Escribir, es verdad, siempre ha sido un oficio. Cuando el mundo era lo bastante sencillo como para que una inteligencia despierta con sentido común y sensibilidad humana y literaria diera buena cuenta de él, que un escritor oficiara de periodista era más que suficiente.

viernes, 10 de octubre de 2014

El primer día de clase: «Médicos ficticios para patologías reales»

Retrato del dr. House, imagen promocional de la serie House M.D.
«Tal día como hoy, en su primer día de clase en la universidad, un profesor de Medicina llevó a sus alumnos de Anatomía al depósito de cadáveres. Quería que los alumnos tuvieran su primer contacto con un paciente, en este caso, ya muerto. El profesor sacó un cadáver abierto de par en par y les dijo a sus alumnos: “Si quieren ser médicos, deben aprender a no tener miedo ni asco a los pacientes”. Dicho eso, se puso los guantes de látex e introdujo un dedo en los intestinos del paciente. Acto seguido se chupó el dedo y les dijo a sus alumnos que ellos tenían que hacer lo mismo para vencer sus miedos y sus ascos. Los alumnos -con cara de desconcierto, pero muy aplicados, como buenos estudiantes de Medicina-, se pusieron los guantes y tal como les había indicado el profesor metieron la mano en el paciente y se chuparon el dedo. Cuando todos los alumnos hubieron terminado, les dijo: “Para ser médicos tienen que aprender otra cosa más: deben ser muy observadores y estar siempre atentos, pues yo toqué al paciente con el dedo corazón y me chupé el índice”».

domingo, 5 de octubre de 2014

La medicina socrática: palabras y miradas que curan

Detalle de La muerte de Sócrates, Jacquez-Louis David, 1787.
Cuando el joven Cármides preguntó a Sócrates si conocía un remedio para su dolor de cabeza, éste le respondió que así era, pero que, para aplicarlo, primero debía conocer el alma de quien sufría el dolor. El método para conocer el alma y el ensalmo que nos cura de todas las dolencias resultaron ser lo mismo: el diálogo. Cuerpo y alma están interconectados, y una dolencia física puede ser síntoma de otra espiritual. Así fue como el viejo ateniense, interrogado sobre una lesión del cuerpo, supo proporcionar una respuesta a la vida entera de aquel joven, una respuesta de vida feliz y en plenitud.

Algunos ven en este ingenioso diálogo un precedente de la Medicina Centrada en la Persona: es un error tratar una dolencia particular sin preguntarse por las conexiones que ésta tiene con la totalidad del paciente. Los clásicos sabían que tanto el médico como el enfermo son personas integrales, no una suma de habilidades, ni un conjunto de órganos. Así, sabemos que Sócrates curaba mediante el diálogo y solía decirse de Hipócrates que «tiene una mirada que cura», pues no curan sólo sus manos, ni su ciencia, aunque ésta le es de sobra reconocida.

lunes, 29 de septiembre de 2014

El césped de Oxford

Keble College Chapel (Oxford University). Foto de David Iliff. Licencia: CC-BY-SA 3.0.

«En Europa todo es viejo y feo, no sé por qué tienen esa manía de conservar edificios antiguos. Aquí en Las Vegas tiramos y hacemos edificios nuevos constantemente y siempre tenemos la ciudad tal y como la queremos. Aquí tenemos una pirámide negra y nueva preciosa, con una luz en la cumbre, hecha por hombres libres, no como las de Egipto, viejas, con una tumba abajo y hecha por esclavos que sufrían latigazos constantemente». La transcripción es libre, pero más o menos eso vino a decir un yanqui enorme y con gorra en un programa de televisión. No merece la pena responderle a este hombre que Las Vegas nos parece a los europeos -y a los egipcios, que no son europeos- una imitación barata y cutre de algo que ese gigantón con gorra jamás podrá comprender.

domingo, 21 de septiembre de 2014

David Cameron condena la neutralidad moral en el discurso político

David Cameron frente al nº 10 de Downing street. Foto AP.
El entonces líder del partido conservador británico, David Cameron, pronunció en julio de 2008 -en uno de los barrios más deprimidos y pobres de Glasgow- un discurso que aún está de plena actualidad: «Hoy voy a decir lo que nadie se atreve a decir», espetó, y desde ese momento hasta el final se despachó con unas palabras sinceras y profundas, propias de un estadista e impensables en quien piensa en dorar la píldora a los votantes. Dos años después de hablar con esta dureza a su electorado se convirtió en primer ministro.

Siempre es estimulante, cuando estamos ante un político consolidado, rescatar sus discursos antiguos, cuando era un político emergente. El placer de valorar ese contraste -pocos días después de que Cameron se haya enfrentado a la posible salida de Escocia del Reino Unido- te lo dejo por entero. Mi pretensión al recordar este discurso es retomar la reflexión sobre la neutralidad, clave de interpretación de nuestro tiempo, tema que no olvido aunque apenas publique sobre él. Transcribo ahora algunas de las palabras de Cameron y te dejo a ti valorar si no deberíamos escucharlas y aplicarnos el cuento en nuestro propio país y circunstancia.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

La ecuación de Euler: «Misteriosa y sublime»

Viajando por la carretera de Jaén a Granada, visto en Microsiervos. Foto generosamente compartida por el mo.
Physics World, una de las revistas más relevantes que versan sobre física y matemáticas, propuso en 2004 a 120 de sus lectores -cualificados investigadores- que votaran por las mejores ecuaciones de todos los tiempos. El 6 de octubre de 2004 publicaron los resultados: The greatest equations ever. Empataron dos, con 25 votos cada una. En realidad, una de las ganadoras implica cuatro ecuaciones relacionadas del escocés Clerk Maxwell que demuestran la vinculación entre electricidad y magnetismo y cuyas aplicaciones en nuestra vida cotidiana son incontables (microondas, rayos x, telefonía móvil…). La otra ganadora fue la ecuación del suizo Leonhard Euler: ésta es considerada la más bella de las fórmulas matemáticas y se caracteriza, entre otras cosas, por su escasa utilidad en la vida cotidiana.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Tales de Mileto: una nobleza mayor que la riqueza y el poder

Imagen capturada de un vídeo de la serie Continuum, de Josué J. Ruíz, vídeo-artista e investigador en la UFV.

El primero de los siete grandes sabios de la antigüedad griega sólo estaba interesado por los movimientos de los astros. Cuenta Gerardo Vidal Guzmán (en Retratos de la antigüedad griega, Rialp, 2006) que la madre de Tales intentó casarle en numerosas ocasiones. Durante años el griego puso como excusa «todavía es pronto». Cuando esa dejó de servir, utilizó otra: «Ya es tarde». Su formación y logros muestran que tuvo contacto con Egipto, donde aprendió geometría; y que viajó a Babilonia, de donde además de importar el uso de la Osa Menor como huella del Norte aprendió bastante astronomía. Los babilonios, no obstante, aún leían los astros bajo la clave de interpretar designios divinos (como el de la estrella a la que siguieron los magos hasta Belén). Tales fue el primero en estudiar los astros con mentalidad científica.

A él debemos el famoso «paso del mito al logos», realidad a la que estamos tan acostumbrados que ya no nos sorprende. Imaginemos lo que supuso. En el año 585 a. C. estaba anunciada una guerra entre Lidia y Media, pero cuando un eclipse de sol oscureció el que en breve sería un campo de batalla, los reyes de ambas ciudades decidieron retirarse, pues leyeron, asustados, en el eclipse, una señal de que los dioses no aprobaban la contienda. Tales había previsto y anunciado ese eclipse como un hecho puramente natural un año antes.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Rembrandt y la mujer adúltera

Detalle del lienzo Cristo y la mujer adúltera, Rembrandt, 1644. National  Gallery, Londres.
«Escoge una idea, un texto, algo que te llame la atención. Dale vueltas, investiga un poco, vuelve sobre lo que te ha llamado la atención o sobre eso que no entiendes. Llévate esa cuestión de copas: háblalo con tus amigos, pregúntales, descubre dónde está el corazón de esa idea y qué es lo que tú ves en ella y quieres compartir con los demás. Luego, trata de contarlo plásticamente. Dale forma sensible».

Así trato de retar a mis alumnos de Bellas Artes y Diseño en la Universidad Francisco de Vitoria. Creo que lo que diferencia al gran creativo del mero efectista o técnico es su capacidad para captar lo esencial de una realidad y plasmarlo como nadie lo había hecho nunca. Un gran ejemplo de esa genialidad nos lo ofrece Rembrandt.

domingo, 7 de septiembre de 2014

García-Máiquez: para ser auténtico debía recurrir a las palabras de otro

¿Quién de los dos es el doctor Jones? / Indiana Jones y la última cruzada (Steven Spielberg, 1989).

Enrique García-Máiquez (@EGMaiquez) nos cuenta en Lo dicho de estar vivos su angustia pocos días antes de estrenar su curso de Introducción a la Literatura. Para responder a la pregunta «¿Qué es la Literatura?”», necesitaba, «para ser auténtico», recurrir «a las palabras de otro».Creo que su experiencia no es tan extraña: solemos descubrir lo mejor de nosotros mismos al reconocerlo en otro. Nuestra vocación y nuestro saber se forman en buena medida al reconocer lo que nos pertenece, lo que también está en nuestro corazón, sólo que nos damos cuenta después de verlo en otros. En García-Máiquez hay sin duda, además de esto, humildad. Pero eso es ya otra cuestión.

jueves, 4 de septiembre de 2014

El Proyecto Blog, en la II Jornada de Innovación y mejora docente de la Universidad Francisco de Vitoria

Póster del Proyecto Blog en alta resolución.
«No es suficiente enseñar a los hombres una especialidad. Con ello se convierten en algo así como máquinas utilizables pero no en individuos válidos. Para ser un individuo válido el hombre debe sentir intensamente aquello a lo que puede aspirar. Tiene que recibir un sentimiento vivo de lo bello y de lo moralmente bueno. En caso contrario, se parece más a un perro bien amaestrado que a un ente armónicamente desarrollado» (Albert Einstein, Mi visión del mundo, p. 29).

Así empezó mi intervención de tres minutos en la que expuse el póster del Proyecto Blog en la II Jornada de Innovación y mejora docente organizada por el Instituto de Innovación de la Universidad Francisco de Vitoria. Aquí tienes un enlace directo a los pósters presentados aquel 24 de junio de 2014. En el diseño del mío conté con la colaboración de esa buscadora de #cosasbonitas que es @AmaliaCasado.

sábado, 30 de agosto de 2014

Daniel Pennac, contra «la soledad y la vergüenza del alumno que no comprende»

Daniel Pennac es guionista de la entrañable Ernest & Celestine (2012).
«A todos los que hoy imputan la constitución de bandas sólo al fenómeno de los suburbios, les digo: tenéis razón, sí, el paro, sí, la concentración de los excluidos, sí, las agrupaciones éticas, sí, la tiranía de las marcas, la familia monoparental, sí, el desarrollo de una economía paralela y los chanchullos de todo tipo, sí, sí, sí… Pero guardémonos mucho de subestimar lo único sobre lo que podemos actuar personalmente y que además data de la noche de los tiempos pedagógicos: la soledad y la vergüenza del alumno que no comprende, perdido en un mundo donde todos los demás comprenden». 
Éste es el primero de muchos párrafos memorables de Mal de escuela (2008), un ensayo en el que Daniel Pennac repasa los problemas de la educación actual y recuerda sus experiencias como alumno zoquete y, más tarde, como veterano profesor de instituto francés.

miércoles, 27 de agosto de 2014

La mayor obra que tienes entre manos eres tú mismo

Fuente: Arqueo, nº 8. RBA Revistas, Barcelona, 2002. Visto en Sofiaoriginals.

Cuenta San Agustín en sus Confesiones que de pequeño y adolescente aborrecía el saber, y que sólo le interesó la elocuencia «con el fin condenable y vasto de satisfacer la vanidad humana». No obstante, al leer sobre tales temas se encontró con el muy recomendable Hortensio, «de un cierto Cicerón».«“Semejante libro -escribe- cambió mis afectos y mudó hacia ti, Señor, mis súplicas […] De repente apareció a mis ojos vil toda esperanza vana, y con increíble ardor mi corazón suspiraba por la inmortalidad de la sabiduría, y comencé a levantarme para volver a ti».

Sin duda, el Hortensio fue decisivo para que San Agustín no fuera sólo un orgulloso orador, sino el padre intelectual de un modo de comprender el mundo que configuró Occidente durante casi mil años. Curiosamente, el libro del pagano resultó ser un hito fundamental para la conversión de Agustín al cristianismo. Nos gustaría saber qué encontró el de Hipona en esa obra y leerlo también nosotros, pero aquel opúsculo al que indirectamente tanto le debemos se ha perdido.

sábado, 23 de agosto de 2014

Antes que el diablo sepa que has muerto: ¿podemos "ajustar cuentas" con la vida?

Fotograma de Antes que el diablo sepa que has muerto (Sidney Lumet, 2007).
«¿Sabes una cosa? Lo bueno de la contabilidad inmobiliaria es que puedes… puedes sumar al final de una página o en medio de una página y todo encaja, al final del día todo encaja. El total es siempre la suma de las partes. Es limpio, claro, impecable, indiscutible. Pero mi vida no es… no encaja, es… nada está conectado con el resto, no. Yo no soy la suma de las partes. Todas las partes juntas no suman un único yo, supongo».

Así se desahoga el protagonista de Antes que el diablo sepa que has muerto (2007), hablándole al camello que le proporciona droga, una vez que su plan perfecto para hacerse rico destroza la vida de las personas a las que quiere. Sidney Lumet nos ofrece otra película cuya excesiva crudeza no deja de regalarnos reflexiones interesantes.

La contabilidad es un artificio, una abstracción, un juego exacto de nuestra inteligencia para cuadrar las cuentas de otro artificio milenario: el dinero. La vida humana es otra cosa. No entiende de fórmulas matemáticas, no puede reducirse a un puñado de variables y ni siquiera es la suma de todo lo que hacemos con ella. Cuando aplicamos las reglas de la contabilidad a nuestra vida, ésta se rebela. Y, como toda rebelión, trae consigo gran violencia. A veces, física; otras, moral; pero, las más de las veces, estallan las dos juntas.

martes, 19 de agosto de 2014

Jiménez Lozano: «Está el lenguaje oficial y técnico; y luego está el lenguaje verdadero»

Retrato de José Jiménez Lozano, tomada de su página web oficial: JimenezLozano.com.
«Está el lenguaje oficial y técnico, el de “esto es una copa” o “tráeme esto”. Y luego está el lenguaje verdadero, el literario, el de la oración, el del amor». Así sintetizó José Jiménez Lozano, premio Cervantes 2002, la distinción entre las obras bien escritas y las mal escritas. Curioso en un gran literato, sobre todo porque respondió con esas palabras a una universitaria que se quejaba de cuánto se venden buenas historias mal escritas y de cuántos libros hay sintácticamente perfectos que nadie leía. Así, aunque el mismo autor se lamenta de lo mal escrito de muchos libros, puso el acento en lo más importante: ni los temas, ni las historias, ni las reglas gramaticales, sino la hondura de las palabras y la intencionalidad de quien las pronuncia.

sábado, 16 de agosto de 2014

Cometas en el cielo: del éxito profesional al examen de la vida

Fotograma de Cometas en el cielo.
El buen cine aún le debe mucho a la literatura; y ambas artes, a las experiencias importantes de la vida. Es el caso de la cruda aunque esperanzadora Cometas en el cielo (2007), inspirada en la novela del afgano Khaled Hosseini. Esta película, dirigida por Marc Forster (Descubriendo Nunca Jamás, Más extraño que la ficción, ambas recomendables), nos cuenta la historia de Amir, un escritor afgano felizmente casado y que acaba de publicar su primer libro. El éxito en su vida esconde el fracaso de un corazón herido por el pasado. Una extraña llamada desde el otro lado del mundo le dará la oportunidad de cerrar sus heridas.

En 1978 Amir era un niño que apenas entendía lo que estaba a punto de pasar en su país. Aunque su padre quiso educarle en el respeto por los distintos, y aunque su mejor amigo (Hassan) era también el hijo de su sirviente, en la calle aprendió que las creencias religiosas y la procedencia social marcan el territorio y dividen a los hombres. Si Hassan era valiente y leal, Amir era muy imaginativo, pero inhábil y cobarde. Quizá las debilidades de Amir les distanciaron más que lo social o lo religioso, hasta el punto de que cualquier reconciliación parecía imposible.

martes, 12 de agosto de 2014

Punset: ¿el amor es un instinto de supervivencia?

Retrato de Eduard Punset, por Ramón Mascarós.
El divulgador científico Eduard Punset me resulta bárbaro en dos sentidos bien distintos de la expresión. ¡Bárbaro!, que diría un hermano argentino, por su inquietud intelectual, por su capacidad de sorpresa, por su afán de responder a las preguntas importantes de la vida –unas, por implicarnos existencialmente y, otras, por el placer de saber más– y por su capacidad para comunicar no tanto su saber, como sus ganas de aprender. Sin duda es de esas personas que alimenta la curiosidad intelectual de muchos otros y, en eso, veo a un compañero de viaje divertido, valiente, conversador y muy agradable.

Sin embargo, a veces tengo la impresión de que Punset es un bárbaro en el sentido orteguiano del término: un observador con anteojeras que cree que puede interpretar toda la realidad desde una mirada científica, que todo lo explica la física, la química, la fisiología, etc. Así, el hermoso camino que podemos iniciar con él no nos lleva, lamentablemente, a ningún sitio en el que merezca la pena quedarse demasiado tiempo. Cuando nos mira, podemos estar seguros de que no ve a una persona –un ser único e irrepetible, dotado de libertad y cuya dignidad remite a la ciudadanía divina–, sino a un individuo de la especie humana –un conjunto de fosfatos determinado por las leyes físicas–.

jueves, 7 de agosto de 2014

Homero: el ciego que nos trajo la luz

Troya (Wolfgang Petersen, 2004), inspirada en el relato de Homero, 
no supo captar algunos valores esenciales de la obra original. 
Algunas fuentes populares nos informan de que el divino Homero, padre de La Ilíada y La Odisea, era ciego. Casi con seguridad eso no es cierto, pero la sabiduría del pueblo gusta más de las anécdotas -reales o no- que nos ayudan a entender una realidad o un personaje, que del puro dato objetivo y descontextualizado. Al común de los mortales nos inspira mucho más la imagen de un hombre ciego que hacía ver grandes batallas a los nobles de su tiempo que el dato de que Homero nació en la Jonia del siglo VIII a. C.

domingo, 3 de agosto de 2014

Ratatouille: «Cualquiera puede cocinar»

Fotograma de la película Ratatouille, (Brad Bird, 2007).

Además de persecuciones, golpes, humor y todo lo que necesita para convertirse en la favorita de los niños, Ratatouille (Brad Bird, 2007), nos regala reflexiones para todas las edades, especialmente para los jóvenes y adultos que aún quieren sentirse vivos. Es habitual que muchas de sus secuencias y frases aparezcan en cursos sobre comunicación, trabajo en equipo, coaching y desarrollo personal. Por ejemplo: cuando uno recibe un don, por absurdo que parezca -en el caso de esta rata, es su olfato-, debe aprovecharlo. En orden a la supervivencia y gracias a su olfato, Remy salva la vida a su padre y se convierte en el olfateador oficial, capaz de detectar cualquier alimento envenenado. En orden a algo mucho más valioso y creativo que sólo comer sin morir, Remy usa su olfato para cumplir su vocación de ser un gran chef.

«Cualquiera puede cocinar», sostiene el gran Gusteau, quien, incluso ya fallecido, inspiró con su arte y consejo a Remy, una sencilla rata de campo, hasta convertirla en chef del más reputado restaurante de París. En un primer sentido, esta frase viene a decir que con buena voluntad, constancia y un buen maestro cualquiera puede llegar a cocinar dignamente. Sin embargo, la frase tiene un sentido más profundo, que nos revelará el exigente crítico Anton Ego hacia el final de la película: «No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista sí puede provenir de cualquier lado».

miércoles, 30 de julio de 2014

Chesterton: vivir en familia supone «entrar en un cuento de hadas»

Chesterton at work. Desconocemos al autor de la fotografía.

«La defensa más común de la familia es que, en medio de las tensiones y cambios de la vida, resulta un sitio pacífico, cómodo y unido. Pero es posible otra defensa de la familia, y a mí me parece evidente; consiste en decir que la familia no es ni pacífica, ni cómoda ni unida. […] La razón es obvia. En una comunidad grande podemos elegir a nuestros compañeros. En una comunidad pequeña nuestros compañeros nos vienen dados». Así comienza G.K. Chesterton La familia como institución en el mundo moderno, uno de sus muchos artículos en defensa de la familia.

Nuestro autor británico hacía así una radical crítica al modelo moderno-victoriano de familia. Esta crítica carece hoy de sentido si la hacemos a la realidad familiar contemporánea, tan poco cuidada y desestructurada que en nada se parece a ese concepto idílico de lugar estable y tranquilo. Pero mantiene toda su vigencia respecto del ideal moderno de familia que todavía permanece en muchas mentes, especialmente en las de los actuales enemigos de la familia, que atacan esta institución precisamente porque la desconocen -confundiéndola con el ideal moderno-.

domingo, 27 de julio de 2014

Hacia Rutas salvajes: «la felicidad sólo es real cuando es compartida»

Imagen promocional de Into The Wild. Paramount Vantage / River Road Entertainment.

«Hay placer en los bosques sin hollar
hay éxtasis en las costas solitarias
hay sociedad, donde nadie se inmiscuye,
junto al hondo mar, y música en su rugido;
no amo menos al hombre, sino más a la naturaleza».

Con estos versos de lord Byron arranca Into the Wild (Hacia rutas salvajes, 2007), una película dirigida con más inteligencia que agilidad por Sean Penn. Esta adaptación al cine de una novela inspirada en hechos reales (escrita por Jon Krakauer) cuenta la historia de un joven graduado con sobresaliente y amante de los libros que abandona a su familia y su futuro asegurado de éxito programado para recorrer Alaska, lejos de cualquier vestigio de una humanidad que considera corrupta y falsa.

Es una historia de iniciación y maduración. La aventura de un chico que debe dejar de ser chico, que necesita rebelarse contra lo establecido y descubrir su propio camino. Una dura crítica a un mundo que vive de apariencias y otra, aún más cruda, a esas células sociales que de familia sólo mantienen el nombre.

martes, 22 de julio de 2014

Salvador de Madariaga: «Los problemas nos solucionan»

Salvador de Madariaga. 
Fotografía de autor desconocido.
Salvador de Madariaga Rojo habló para TVE en 1978, recién estrenada nuestra democracia, desde su retiro en Locarno (Suiza), poco antes de fallecer. Le preguntaron por los problemas que debería afrontar España y los problemas que debían afrontar los propios españoles durante lo que se ha dado en llamar años de la Transición.

De España dijo lo siguiente: el vasquismo y el comunismo. Porque los independentistas vascos no admitían ninguna postura que pudiera aceptar el resto de los españoles y porque el comunismo no es lo que parece y, por lo tanto, es peligroso. Su visión me parece ahora providencial.

De los españoles dijo una cosa aún más profunda y universal: «Los problemas del hombre son siempre los mismos, y duran mientras el hombre piensa que debe solucionarlos; pues lo cierto es que más bien esos problemas están para solucionarnos a nosotros» [cito de memoria]. Entre esos problemas de «siempre», explicó tres:

  • «El hombre piensa y quiere que todos los hombres sean iguales, sean como él; pero la realidad es que cada hombre es distinto de otro».
  • «El hombre piensa y quiere creer que es autónomo, que es independiente, que su libertad es individual y que no necesita de los demás; pero lo cierto es que el hombre, desde que nace hasta que muere, necesita de los otros hombres para sobrevivir, para madurar y para crecer en humanidad».
  • «En toda sociedad, en toda convivencia, es necesario un mínimo de orden, y el orden exige el ejercicio del poder; pero es fácil que quien ejerza el poder se deje corromper y tienda a abusar de ese poder».

Esos tres problemas «del hombre» se dan hoy en nuestra democracia. Supongo que también en cada familia, en cada empresa, en cada equipo de fútbol… en cada comunidad humana. Y, verdaderamente, son problemas que no podremos solucionar jamás pero que, sin duda, están ahí para solucionarnos a nosotros.

sábado, 19 de julio de 2014

Rilke al joven poeta: «Su vida debe ser un signo y un testimonio»


«Nadie puede aconsejarle, nadie. Hay un único medio. Entre en usted. Examine ese fundamento que usted llama escribir; ponga a prueba si extiende sus raíces hasta el lugar más profundo de su corazón; reconozca si se moriría usted si se privara de escribir. […] ¿debo escribir? Excave en sí mismo, en busca de una respuesta profunda. Y si ésta hubiera de ser de asentimiento, […] entonces construya su vida según esa necesidad: su vida, entrando hasta su hora más indiferente y pequeña, debe ser un signo y un testimonio de ese impulso. […] Y si de ese giro hacia dentro, brotan versos, no se le ocurrirá preguntarle a nadie si son buenos versos».

Es el no-consejo que Rainer María Rilke comparte con el joven Kappus en la primera de las que hoy llamamos Cartas a un joven poeta. Esta joya de la literatura universal, que nos revela la intimidad de Rilke como pocas de sus otras obras, se la debemos a un joven y desconocido poeta que se atrevió, sin conocerle de nada, a escribir al maestro y pedirle consejo sobre sus versos. El atrevimiento de ese joven y la dispuesta y generosa respuesta de Rilke hicieron el resto. Hoy contamos con 10 de esas hermosas cartas.

martes, 15 de julio de 2014

Pedro Salinas y la magia del teléfono fijo

Fotografía del Archivo fotográfico de la Fundación Telefónica. Tomada de Nacional3rutahistorica.blogspot.com.

«Estabas muy cerca. Sólo
nos separaban diez ríos,
tres idiomas, dos fronteras:
cuatro días de ti a mí.
Pero tú te me acercabas
circos azules del aire
con el tonelete blanco,
en la mano del balancín
sonriente en el alambre.
Por el alambre, en la noche,
sin ver nada, te acercabas,
a oscuras, derecha, a mí.
Me decías: "Aquí estoy".
Aquí.
Me llegabas,
en alambre, por tu voz.
El mundo era, aquí, tu voz.
¡Qué ojos sin color, qué boca
sin trazo, qué carne ausente
de lo blanco, de lo rosa,
qué tú deshecha, tu voz!
[…]».
(Fábula y signo, Pedro Salinas).

Un hilo de cobre atraviesa el mundo para unir la voz y el oído separados por miles de kilómetros. Los alquimistas sabían que el cobre encerraba magia. Los científicos que inventaron la electricidad y el teléfono, lo demostraron. Nosotros, simples mortales, cuando usamos de la magia, nos acostumbramos al milagro. Por eso los magos no explican sus trucos: preservan nuestra alma de la falsa seguridad de lo falsamente explicado. Aun así, como nos empeñamos en normalizar lo extraordinario, el poeta nos devuelve a lo sagrado.